Armas prohibidas para la represión
Publicado por Flora Fernandez en ago 12, 2012 en Articulos | 1 comentarioUn grupo de ciudadanos diverso, serio, responsable, amantes de la paz y la no violencia, recientemente tuvimos un triunfo importantísimo ante el Tribunal Contencioso Administrativo al traernos al suelo un decreto que permitía el uso de armas prohibidas para reprimir a los ciudadanos que osaran manifestarse, lo que además violentaba los derechos humanos fundamentales de los ciudadanos y criminalizaba aún más la protesta y la manifestación.
De ninguna manera ese triunfo ciudadano ocasionaba un daño a la policía, como maliciosamente han publicado algunos medios, afirmando que los dejábamos combatiendo el hampa con armas de juguete. ¡Falso!, Los comandos especiales la policía podrá seguir utilizando armas de alto poder, eso sí, no podrán hacer es un uso indiscriminado de armas de guerra para reprimir a los ciudadanos con una simple autorización de jefes de unidad de policía -quizás sin el conocimiento ni entrenamiento suficiente para hacerlo-.
Todo se remonta al segundo gobierno de Oscar Arias, considerado por muchos su “período no-constitucional”, quien recién entrando en el año 2006 sorprendió a la ciudadanía con la publicación de un decreto firmado conjuntamente con la Ministra de Salud María Luisa Ávila, que se conoció como el “Decreto de Armas” según el cual se abría el portillo para permitir la fabricación y tráfico de armas de guerra, escondido entre un sinnúmero de permisos sanitarios. El Lic. Roberto Zamora, avezado abogado en materia de no violencia, paz y contrario al armamentismo presentó una acción ante la Sala IV que se trajo abajo el decreto de la misma forma que había logrado que se declarara inconstitucional el apoyo del país a la invasión a Iraq en el año 2003.
Curiosamente el Nóbel de la Paz 1987, que hemos visto involucionar muy negativamente, alejado de los principios de la no violencia y el pacifismo, reincide con otro Decreto Ejecutivo, esta vez a través del Ministerio de Seguridad Pública (34850-MSP), según el cual se delegaba en simples jefes de la unidad de policía para emprenderla a diestra y siniestra contra ciudadanos indefensos usando nada menos que armas prohibidas de calibre militar para reprimir hasta la más pacífica manifestación, cuando la legislación costarricense establece que la utilización de armas prohibidas por la Fuerza Pública, únicamente puede darse mediante decreto de emergencia y en situaciones de conmoción interna, invasión extranjera o estado de sitio.
Ante semejante amenaza, un grupo de ciudadanos de diversas procedencias y género, preocupados por ese decreto y conociendo la destreza y capacidad del Lic. Roberto Zamora, le solicitamos apoyo para traernos al suelo tan descabellado decreto y así lo hizo ante el Tribunal Contencioso que falló a favor nuestro, luego la Sala ratificó la sentencia del TCA.
Y esque mientras hemos visto con horror cómo en varias partes del mundo ciudadanos indefensos son reprimidos al manifestar su repudio a sistemas represivos, los regímenes perversos responden usando armas prohibidas con las que masacran jóvenes, asesinan niños, acribillan adultos. En Costa Rica no podrá suceder lo mismo tras estos fallos. Una vez don Pepe nos garantizó que ningún costarricense iría a a guerra o tendría que ser un soldado. Carazo nos impregnó de dignidad ante la pobreza a la que nos sumió el FMI al rechazar sus exigencias y Monge consiguió proclamar la Neutralidad Perpetua y Activa que nos impide formar parte de conflictos ajenos. ¿Por qué el galardonado con un Nobel de la Paz en 1987 actuó tan extrañamente?
Hoy, la lucha de ciudadanos responsables, pensantes, sin temor a ser señalados, no manipulables, impedirá un baño de sangre de civiles que participen en manifestaciones pacíficas. Este triunfo además constituye un homenaje póstumo a un gran hombre que también firmó la petición pero no alcanzó vivir este momento, nuestro queridisimo Dr. Carlos Agustín Páez Montalbán.
Parece increíble que este decreto existiera, me siento apenada de decirme ciudadana e ignorar realidades como esta. Le agradezco a la señora Fernández por dar a conocer esta situación y además de analizar su claro contexto. Y todavía celebran el premio nobel de la paz…