La lucha de la gente de Sardinal, la lucha de un pueblo que se organizó para enfrentar un referéndum sin dinero pero confiado en la pureza del sufragio, la lucha de la gente contra la marina de Puerto Viejo y muchas otras luchas que surgen cada día tienen un denominador común: vienen de abajo hacia arriba y por eso han sido exitosas.
Descontrolan a los políticos afines o contrarios porque la gente simplemente les ignora y hacen lo que consideran correcto; son la forma más pura de democracia que el país ha conocido.
Hemos sido testigos vivos de un cambio que no imaginábamos iba a darse y nada tiene que ver con extremismos. Es un cambio que viene de abajo hacia arriba, como crecen las plantas y las personas, como se escalan las montañas, como se eleva el agua para formar las nubes.
Los comités patrióticos han forjado una gran alianza de abajo hacia arriba, porque es ahí donde la gente logra ponerse de acuerdo y si algo poseen es armonía y entendimiento. Las cúpulas siguen compitiendo desorientadas en un mundo donde la cooperación crea unidad mientras la competencia la destruye.
Los comités patrióticos han seguido funcionando en todo el país y solidariamente han sido los primeros en atender a sus hermanos que caen en desgracia frente a siniestros de todo tipo. Además, siguen escuchando a su gente, sus planteamientos y están elaborando planes de trabajo para el futuro, muy pocos se han desarticulado y fácilmente pueden volver a funcionar, como lo reconocieron Casas-Sánchez en su memorando al decir que contábamos con “una organización formidable”.
Los comités patrióticos han sido atacados precisamente por quienes violentaron el proceso de referéndum, desde los hermanos Arias que hoy les tildan de “extremistas de izquierda” a quienes son solidarios, cuando son ellos quienes como mendigos cambiaron las relaciones de la China en Taiwán con la China “comunista” que daba más plata. Fueron ellos quienes usaron fondos públicos en la campaña del TLC con la complacencia de los magistrados del TSE. También la pequeña prensa de la oligarquía, que habiendo sido parte del fraude mediático, hoy pretende criminalizar a quienes pacíficamente y con gran estoicismo ven cómo los bienes del Estado se dilapidan sin poder participar en un festín donde todo está repartido.
El movimiento patriótico respetó el resultado de un referéndum espurio y todavía le cobran quienes deben dar la cara al ser partícipes del fraude, que mantienen su visión “de arriba hacia abajo” dictando y queriendo dirigir un país que cambió para siempre en un proceso de evolución y no de revolución.
El movimiento patriótico en el referéndum logró que las jerarquías quedaran atrás y surgió una gran red desprovista de dirigentes y de doctrinas, pero con objetivos muy claros, la victoria era un hecho en el referéndum hasta que el fraude se paseó en todo. Cada grupo trabajó en forma autónoma y con dirección propia. Las decisiones se tomaron en todo momento desde los niveles más bajos, se formó una red de cooperación e intercambio de ideas y recursos a partir de simples volantes y materiales diseñados por cada comité que intercambiaron con los diseñados por otros comités.
El proceso de abajo hacia arriba, no es de corto plazo, integra e invita a la gente a participar de todos los niveles socioeconómicos y educativos. La lucha contra el TLC fue así, nadie se sentía superior ni inferior porque lo que se reconoció fue que el valor de la persona va más allá de sus posesiones materiales o intelectuales. Quienes podían aportar más dinero “no mandaban el baile”, quienes podían aportar más conocimientos no controlaron a sus compañeros.
La campaña del referéndum es un fenómeno que debería analizarse con calma y seriedad para recuperar lo bueno de la misma y analizar los errores para no repetirlos. El electorerismo para el 2010 no está dañando al Movimiento Patriótico porque nadie le está haciendo caso, pero si se desea forjar una gran alianza nacional sin politizar ni aprovecharse de los Comités Patrióticos para fines personales, debe volverse a la estrategia acertada: ¡De abajo hacia arriba! No hay otra forma. Esa táctica nos permitirá entonces tener el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, un sueño que no nos hemos atrevido a hacerlo realidad.
Flora Fernández | 16 de Junio 2008
2 Comentarios
Me parece un artículo que combina muy bien la capacidad de síntesis al analizar el tema, con un estilo agradable. En lo que toca al fondo, la famosa definición de Abraham Lincoln (que es parte de esa síntesis de que es capaz la escritora), nos refiere hoy al poder horizontal, a la horizontalidad que al construirse construyeron los Comités Patrióticos. La Democracia de estos tiempos no puede ser si no es horizontal, tal como la anticiparon Lincoln y José Martí, en oposición a la “democracia” monárquica que aún reina en las mentes de muchos políticos, y que cada vez está más fuera de los tiempos que corren.
Ahora voy cayendo en la cuenta,cómo es que uno no se acuerda de todos los chiquillos con los que jugó siendo niña! Aunque rondo los 50 no creo que sea fallo en mis circuitos, creo que ha sido más bien una desafortunada practica en mi. En fin, recuerdo que hace unos 35 años, me encantaba acompañar a mi abuela, que era una refinada costurera de las de aquel tiempo, de vestidos voluptuosos, forrados con tafetan o tafetalina, con guipiur y todos los demás rellenos de esa moda. En esa época había sido contratada por una temporada en la tienda más fina de San José centro, donde solo las damas encopetadas de verdad entraban. Esa tienda se llamaba la DAMA ELEGANTE y era de dos judíos divinos, que eran una pareja de homosexuales de plata, así que no eran mal vistos. Así, algunas tardes mi abuelita, me llevaba a acompañarla al taller de la tienda. Aquello era fascinante porque podía jugar largas horas entre maniquíes, cajas de hilos y vestidos de dama, tan vaporosos como la imaginación de una niña de esa edad. Lo que me trae a este comentario, es que al frente de esa tienda estaba la RELOJERIA DE DON JULIO FERNANDEZ. En esa relojería, también pasaba que la hija o una de las hijas corría la misma suerte que yo, aunque con diferentes artículos para imaginar, hasta que fue así que nos conocimos. Fuimos dos niñas en medio de esos mundos prestados que jugamos no me acuerdo ni a qué, pero si recuerdo esa calidez y amabilidad transparente, en donde no importaba nada, solo tu mundo. Esa niña, si no me equivoco tuvo que haber sido Flora Fernández, a quien relaciono màs que todo por ese recuerdo de transparencia que lo refleja hasta en lo que escribe ya siendo adulta. Por lo anterior aprovecho para saludarla y desearle mucha fortaleza ante este mundo que nos identifica también.