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Enfoque

Jorge Vargas Cullel | 6 de Marzo 2008

Costa Rica califica internacionalmente como un país de alto desarrollo humano, debido, sobre todo, al progreso social de los últimos cincuenta años. Por eso, según los registros del Ministerio de Salud, entre el 2004 y el 2006 solo 17 niños murieron de hambre, junto con otros tantos viejitos que también fallecieron por esa causa. Por dicha son poquitos, pues es peor en África, donde miles mueren de hambre. Pero ¿qué digo? Lo que acaban de leer.

Han pasado poco más de dos semanas desde que se conoció esta noticia y nadie ha dicho ni mu, con excepción de algunas reacciones aisladas. No es motivo de interés público que haya gente muriéndose de hambre en este país tan ufano de sus virtudes. ¡Qué mal gusto tiene esa gente de morirse así! Nos joden las estadísticas. Quizá esta indiferencia se origine en que todos estábamos demasiado ocupados con nuestras grandes o pequeñas cosas; o quizá pensemos que ese no es nuestro problema: para eso está el Gobierno. Supongamos, solo por la majadería de ser necio, que más de 30 personas muertas de hambre no conmueven a esta sociedad. Me pregunto: ¿cuántos muertos tendremos que tener para que el problema capte la atención? ¿Cien?

El tema es incómodo, no hay duda. Más de alguno podría estar pensando: “Ya viene Vargas rasgándose las vestiduras y con pose de santo”. De santulón, nada, como atestiguarán quienes me conocen; sin embargo, estas muertes me dan mucha vergüenza personal y social, y nuestra indiferencia me ha desmoralizado. Una sociedad que se precia de civilizada y de tener cierta decencia no puede permitirse estos resultados.

Propongo que, si una sola persona más muere de hambre, Costa Rica pida a los organismos internacionales que publiciten este hecho por todos los medios y que a este país se le rebaje a la categoría de bajo desarrollo hasta que pasen 5 años sin otra muerte por este motivo. Aquí adentro propongo sentar responsabilidades individuales y colectivas: en lo personal, una nueva muerte y los jerarcas del sector salud asumen la responsabilidad por el fracaso del plan de 0 muertes al 2012; en lo colectivo, un impuesto extra en el aeropuerto a los ticos que viajan en avión, los más pudientes, para que les (nos) recuerde que tienen medios de influencia para garantizar que nunca más pasen estas cosas.

¿Que estoy loco al proponer estas cosas? Entonces, propongan otras, pues estoy seguro de que hay mejores ideas. Mi cordura y buen tino han sido siempre materias opinables, como mi papá puede confirmar. En mi defensa señalo que más problemas tienen quienes consideran que en este país las muertes por hambre son algo normal. O los que se encogen de hombros.

(La Nación)

Jorge Vargas Cullel | 6 de Marzo 2008

3 Comentarios

* #3284 el 6 de Marzo 2008 a las 10:42 PM Alvaro Suárez dijo:

Esas 17 personas muertas de hambre, no en sentido figurado, son la punta del iceberg de las reales condiciones de salud de nuestro pueblo. Mortalidad infantil y esperanza de vida, son dos indicadores demasiado gruesos, con los que nos hemos la boca por décadas Uno sólo dato: UN TERCIO DE LOS PENSIONADOS EN LA CCSS ESTÁN EL RÉGIMEN DE INVALIDEZ.

* #3312 el 7 de Marzo 2008 a las 10:08 AM siempre luchando dijo:

Los patriotas, los ciudadanos mejor informados de esta tierra, sabemos como esta de mal el pais, y sobretodo, mucho mas doloroso, hacia donde nos quieren llevar. Cuando uno lee “El Libro Negro de las Marcas” que recomiendo leer, entre muchos otros, como los de Noam Chomsky, puede ir vislumbrando nuestro futuro, cercano al de paises africanos que han venido sufriendo las politicas neoliberales globalizantes que Oscar Arias nos impone ahora Diecisiete niños hoy, ¿cuántos mañana?

* #3313 el 7 de Marzo 2008 a las 10:46 AM Leda Mendez Arias dijo:

Para su tranquilidad, somos muchos locos y locas, en este país hoy en día, pero dudo mucho que la gente que está en los puestos donde se deben responsabilizar de esas muertes tengan el mas mínimo interés en oir siquiera el clamor de un pueblo hoy acallado, alienado, engañado y, hoy ya empezando a morir sin que su partida sea motivo de ningún ápice de misericordia por parte de este mal llamado “grupo gobernante” Ellos son parte de la hueste que sirve a las empresas y solo tienen en su mente el dinero. Esos son los “cuerdos”. Nosotros los locos. Prefiero ser loca. ¿y ustedes?

Leda Maria Méndez Arias

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