Por Mario Mondol García, historiador - [email protected]
La construcción del “Faro de la Libertad”, en la ciudad de Puntarenas, es un proyecto de un gran atractivo turístico por su significado histórico, y su simbolismo. El “Faro de la Libertad”, sería un monumento en honor al expresidente Juan Rafael Mora Porras, prócer de la libertad.
Así describe Carlos Monge Alfaro, exrector de la UCR, la llegada a San José, de don Juanito y sus tropas, el 13 de mayo de 1857: “…las mujeres arrojaban desde los balcones flores, ramilletes y coronas sobre el General en Jefe y sus valientes soldados (…). El clamoreo de las campanas, el estampido del cañón, el ruido de los fuegos artificiales, los vivas sonoros, las músicas marciales, las salutaciones generales de júbilo y aún con el llanto de dolorosos recuerdos…”. Cuando el presidente Mora llegó a la catedral, la emoción invadió a todos los asistentes. “Las madres, las esposas, los hijos y demás deudos de los vencedores lloraban…”.
En la ciudad de Puntarenas, en una de las playas del estero, conocida como los Jobos, a las tres de la tarde del domingo 30 de septiembre de 1860, es fusilado el expresidente Mora, junto a Ignacio Arancivia, dos días después, el general José María Cañas. Don Juanito había desembarcado en Puntarenas, el 17 de septiembre, con el propósito de derrocar al Dr. José María Montealegre y recobrar la presidencia.
El plan de los moristas de un alzamiento en San José y Alajuela, fracasó; alguien en la capital le enteró del movimiento al Gobierno. Los principales líderes fueron arrestados. El expresidente Mora se quedó en Puntarenas con pocos hombres y muy mal armamento. En la noche del 28 de septiembre, soldados del Gobierno provenientes de puerto Escondido, un caserío al otro lado del estero de Puntarenas, desembarcaron y atacaron sorpresivamente. Los partidarios de Mora no resistieron. Don Juanito se asiló en la casa del cónsul inglés.
Otras tropas atacaron la trinchera ubicada en La Angostura. La superioridad de los gobiernistas era evidente, lo que fue decisivo para su victoria. La cantidad de muertos y heridos fue numerosa. Don Juanito, pensando en proteger a sus compañeros en desgracia, decidió entregarse y entregar su vida para salvar las de todos ellos. Así se lo habían prometido. Compromiso que no fue respetado.
La obra de Mora es, sin duda, polémica, pero tiene a su favor el mérito de haber liderado a Costa Rica, a Centroamérica, en una de las jornadas libertadoras más sobresalientes de América. El presidente Mora logró unir por primera vez, en un esfuerzo colectivo, al país, mostrando al mundo cómo un pueblo pequeño estaba dispuesto al mayor de los sacrificios para defender la independencia, la libertad y su soberanía. En 1821, la noticia de la independencia nos tomó de sorpresa; en las jornadas heroicas de 1856-1857, reafirmamos nuestra vocación de ser libres, de forjar una identidad y un destino como nación.
En la ciudad de Puntarenas, al final del “Paseo de los Turistas”, se encuentra La Punta, sitio donde se unen las aguas del estero y el mar, lugar con una vista maravillosa al golfo de Nicoya y a sus islas. La Punta es el sitio ideal para construir “El Faro de la Libertad”.
Hoy Puntarenas tiene la oportunidad de hacer justicia a don Juanito Mora, “arquitecto de nuestra nacionalidad”, prócer de la libertad de Costa Rica y de Centroamérica, héroe de América que dejó su vida en sus calientes arenas, Presidente que firmó el decreto de fundación del hospital San Rafael en 1852, que declaró como “ciudad” a Puntarenas, el 17 de septiembre de 1858. El monumento podría incluir sus proclamas, las banderas de los países centroamericanos, e integrar en su diseño al futuro centro turístico de La Punta. “El Faro de la Libertad” le devolvería a la ciudad de Puntarenas el faro que por muchos años fue su símbolo, como “La Estatua de la Libertad” lo es para el puerto de Nueva York.
(La Nación)
Columnista huésped | 15 de Marzo 2008
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