En días pasados, salió una entrevista en el Diario Extra a Fernando Sánchez según la cual él afirmaba que ahora es mejor político. Leerla causaba más asombro que asco. Una persona que hasta por escrito expresaba la necesidad de sembrar cizaña entre sus compatriotas, porque para defender la Patria habíamos alcanzado una formidable organización pese a no tener recursos económicos, es algo que no puede quedar en el olvido.
Una persona que piensa así, ni por asomo puede considerarse “buen político”, menos aún podría aspirar a dirigir una nación… obviamente sí lo haría muy bien en un periódico con ese nombre.
Fernando Sánchez debería enfrentar un proceso por sedición o traición a la Patria y quien sabe cuantas cosas más por aconsejar de esa forma y otra causa menos severa por ser tan tonto como para ponerlo por escrito.
Afortunadamente el pueblo no está tan adormecido o hipnotizado como cree Sánchez y en una encuesta que ese mismo diario hizo, reveló que 90% de la gente no creía las afirmaciones de Sánchez, el restante 10% no le daba crédito, sino que casi la mitad marcó “No sabe-No responde”. Fue una excelente paliza la que se llevó el niño mimado de la Administración Arias, que sigue sin tener la decencia de renunciar a su cargo y más bien es alcahueteado por los poderes de la dictadura que encabeza Arias, donde todos se someten a su voluntad.
Por más esfuerzos que hace el gobierno por demostrar notables índices económicos, sabemos que son esos logros son más frágiles que cascaritas de huevo y pronto se pondrá en evidencia que son tan falsos como quienes conducen el país. 20 años fueron suficientes para evidenciar que las casas de cartón construidas por el gobierno constitucional de Arias hace 20 años, fomentaron el desarrollo de enormes precarios según denunció el Alcalde de Goicoechea recientemente.
Cuando todavía no salíamos del asombro del cinismo de Fernando Sánchez, apareció el flamante Antonio Álvarez Desanti de regreso al partido que con sobrada razón había abandonado y denunciado por corrupto y lo hizo en momentos en que más necesitaban de su apoyo.
El PLN, ahora convertido en PNL -Partido Neoliberal-, es sorprendido con el escandaloso regreso de Álvarez Desanti tan ruidoso como su salida y con pretensiones presidenciables para colocarse de primero en la fila que es larga. Lo primero que se encuentra es a Francisco Antonio Pacheco, quien con toda la razón lo recibe de un sabroso pescozón, ¡muy bien puesto por cierto!
Pese a que difiero radicalmente del pensamiento neoliberal de Álvarez Desanti y de su propuesta, creía que era un hombre inteligente y sensato. Hoy vemos cómo dejó el mundo de los caracoles para unirse al de los buitres y como tal fue tratado. ¿Qué esperaba? ¿Quién lo aconsejó tan mal? La única forma de regresar era de puntillas y esperar que todo se olvidara, así en 2 o 3 períodos, pretender una candidatura en su antiguo partido sería algo muy gracioso, en este momento quedó como un oportunista más y difícilmente logrará borrar esa imagen. Acharita, dirán muchos que lo apreciaban, hasta nunca dirán sus detractores.
Si la política es ciencia de realidades, el mínimo sentido de la realidad aconsejaría a los políticos actuales comprender que para nosotros, ciudadanos comunes y corrientes, el mejor político en este momento es el que se quita. El que desaparece de escena y da oportunidad a nuevos liderazgos a desarrollarse. El mejor político es el que deja de serlo, para que otros tengan alguna oportunidad.
El mejor político no puede aspirar a postularse, sino a que le llamen y le aclamen. No puede seguir con poses de salvador, sino con sentido común y sensibilidad. El mejor político debe ser una persona que escucha a los demás y elabore pensamiento recogiendo ideas de muchos. Debe poseer un corazón enorme que palpite por los deseos de servir en lugar de servirse. Debe ser una persona joven que ambicione un futuro promisorio para los demás y no la clásica codicia que tanto detestamos en los políticos.
El mejor político debe ser un hombre o una mujer que no sea político o política, sino patriota que se haya untado de pueblo en lugar de sentir asco de la gente humilde. Es una persona libre de prejuicios, que acepta la diversidad, que tiene conciencia de la fragilidad y peligro que corre el ambiente, que comprende que las cifras macroeconómicas no son las que cuentan, sino el bienestar de las personas que tienen ingresos microscópicos con los que no pueden vivir ni salir adelante.
Es una persona que no considera “minoría” a las mujeres pues somos la mitad de la población. Cree en la libertad comenzando por la de opinión y no se deja mangonear por lo que dice la prensa corrupta y vendida. Es una persona de paz y comprende que la pérdida de la seguridad ciudadana tiene como punto de partida la exclusión de miles de personas. Es quien ve en la agricultura una forma de subsistencia de la gente y no una forma de patentar el conocimiento y las semillas.
El mejor político sabe que el la producción de alimentos debe servir a las personas y no a los vehículos (etanol). Es alguien que ve en la educación una forma de mejorar la calidad de la gente y su bienestar, en lugar de hacer de la misma un mito o una forma de lucrar con la misma. Es quien siente pasión por nuestros indígenas y por todas las maravillosas manifestaciones culturales y artísticas de nuestro país y fuera de las fronteras.
El mejor político no conducirá el país en el 2010 ni en mucho tiempo porque el poder mediático, los anquilosados politiqueros, la oligarquía y las corporaciones que hoy conducen el mundo se lo van a impedir, entonces nos espera lo peor: soportar políticos como Fernando Sánchez, a Antonio Álvarez Desanti, a Junior Calderón en la otra acera o a Otto Guevara en media calle… o a tantos lacayos que siguen en las filas del cinismo, mientras nosotros, el pueblo, no desarrollemos la Nueva Opción (N♥O), no saldremos de esa gente… y en tan solo 2 años estaremos de nuevo en las urnas con un Tribunal Electoral incompetente, “eligiendo” quien nos vendrá a someter a los mismos designios, o engrosando el abstencionismo. Por ahora apuesto a lo segundo aunque José Manuel Echandi (otro de los que se creen el mejor político) pretenda penalizarnos por negarnos a apoyar al nefasto de turno o a su adversario.
Flora Fernández | 4 de Febrero 2008
0 Comentarios