Por Rolando Araya Monge
Las soluciones forzadas s�lo sirven para crear problemas mayores. Esta es una ense�anza pr�ctica de la vida y de la historia. Y no tengo duda: el resultado del referendo fue forzado. Podr�n certificarlo como legal, pero no fue leg�timo. La democracia debe respirar libertad, pero no fue libre el voto de miles de trabajadores amenazados por sus patronos con despidos y cierres. Y menos libre fue el voto de masas empobrecidas captadas con dinero y prebendas para votar por el S�. Y no sigo, pues el pa�s entero pudo ver el desigual combate librado. Todo el poder, todo el Gobierno, todo el dinero, pretendi� avasallar a un pueblo indefenso que, no obstante, logr� obtener un 48,4% de los votos.
En verdad, este es el triunfo de una nueva conciencia. Y esto es m�s fuerte que el TLC para reorientar el pa�s. Los costarricenses pueden discernir. Se saben guiar por valores y ver qui�n est� a un lado y qui�n al otro. En este caso, supo distinguir qu� lado defend�a al trabajador, al agricultor, al usuario, al ciudadano, y cu�l estaba de parte de los intereses extranjeros. Existe una capacidad intuitiva capaz de mirar m�s adentro: las intenciones, los intereses, la cultura social. �Por qu� Guanacaste vot� en contra? Porque ya est� viendo lo que ser�a el TLC para todo el pa�s. Bienvenidas las inversiones. Pero el modelo de desarrollo tur�stico que se ve ah�, diferente al de La Fortuna y Arenal, es excluyente. All� hay un proceso de extranjerizaci�n, al local solo le queda su modesto salario. Algo es algo, pero as� no es la v�a costarricense.
Volviendo al referendo, �scar Arias y su gobierno exigen al pueblo que luch� con tanto orgullo, que se allane y acepte la aprobaci�n de la agenda de implementaci�n, sin decir nada. “Toda soluci�n forzada…” Pero no aprenden. Del resultado de las elecciones del 2006, tan ajustadas, debi� haber sacado como conclusi�n una pol�tica diferente. Ese resultado no le autoriz� tales grados de autoritarismo y prepotencia. Ahora hacen lo mismo. Menosprecian la inteligencia de este pueblo. “�C�mo dice que esa billetera es suya, si me la sacaste del bolsillo?” – nos dice, el l�cido agricultor Jos� Calvo, refiri�ndose al referendo. Hay mucha indignaci�n en la calle, y no es solo por lucha ideol�gica. Hay mucho m�s en el coraz�n de los costarricenses.
Los jefes legislativos claman por respeto a la democracia. �De qu� democracia est�n hablando? Y por el respeto a las leyes. Est� bien. �Pero no fue acaso el propio Gobierno y la dirigencia del S� quienes violaron las leyes y la Constituci�n a vista y paciencia del TSE? �Con qu� moral forzar al pa�s por su camino? Tienen el poder, es claro. Han juntado una mayor�a entre los diputados y, despu�s de lo ocurrido en los �ltimos a�os, muchos pueden ver su influencia en el Poder Judicial y el Tribunal Electoral. Tienen el poder, pero ya no la autoridad.
Es cierto, este no es el inicio ni el fin del mundo. Pienso que esta lucha, por desigual que fuera, permiti� la creaci�n de una nueva conciencia en Costa Rica. Algo est� naciendo que se nutre de esperanza. Y ante la desolaci�n que han dejado los desastres naturales, primeros anuncios de la terrible amenaza del calentamiento global, y el temor que causa dejar nuestro destino en manos de la �tica de las ganancias y de una globalizaci�n desalmada, el costarricense logra divisar un renacimiento, un nuevo comienzo, una refundaci�n democr�tica, un nuevo acuerdo social. Este pueblo logr� ver en esta lucha c�mo funciona la autoorganizaci�n, la espontaneidad, la creatividad colectiva, y no duda que los problemas de la democracia s�lo se arreglan con m�s democracia, como dijo Jefferson. Esa nueva conciencia ser� m�s poderosa que las garras ultracapitalistas del TLC. Y como ya vemos la reacci�n en el propio Estados Unidos, ante tanto caos mundial causado por un proceso guiado por afanes totalmente materialistas, surge la esperanza: no es impensable una renegociaci�n. Ya los l�deres dem�cratas lo est�n anunciando para el NAFTA. �Por qu� no Costa Rica?
Si el Gobierno comprendiera lo que vive en el coraz�n de centenares de miles de costarricenses, que ya no cree en su propuesta viciada de intereses, actuar�a de otra manera. Y no pueden culpar a quienes no solo quieren reivindicar nuestro derecho a ser naci�n independiente, sino tambi�n desagraviar a la democracia mancillada. Este pueblo se arrodilla ante el altar de los valores que le sirven de gu�a: libertad, democracia, justicia, paz y solidaridad. Pero estar� de pie ante el autoritarismo, los tr�mites antidemocr�ticos, el cinismo de las c�pulas y ante la soluci�n, forzada tambi�n, del capitalismo salvaje que denunci� Su Santidad Juan Paulo II.
Columnista huésped | 5 de Noviembre 2007
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