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Como cristiano, me opongo al TLC

Columnista huésped | 1 de Octubre 2007

Por Juan Stam, te�logo

Le� con mucha sorpresa, en “El Camino” del mes pasado, el informe del reciente foro de la Alianza Evang�lica sobre el TLC, con su t�tulo “Consejo de Liderazgo respalda tratado”. Lo primero que me impresion� fue el desequilibrio y extrema parcialidad del programa: Francisco Pacheco de PLN, Amparo Pacheco de Comex, Luis Gamboa de la “American Chamber” y Atlas El�ctrica, Mario Aguilar de PRN, y, solito, como Daniel en el foso de los leones, don Ott�n Sol�s. Da la impresi�n de que los evang�licos nos hemos casado con el PLN y las c�maras de comercio e industria. �Qu� injusticia!

Dado el asalto propagand�stico con que PLN y los medios nos han bombardeado, y dado el prejuicio previo que sin duda prevalec�a en ese p�blico, lo justo y sabio hubiera sido hacer exactamente lo opuesto: junto con uno de PLN (�por qu� llover sobre mojado con alguien de Comex?), lo apropiado hubiera sido invitar a dos opositores, para compensar toda la desventaja desigual a favor del PLN. �Por qu� no invitaron a Alberto Salom, Jos� Merino, �scar L�pez o �lvaro Montero? Adem�s de Mario Aguilar del PRN, �por qu� no alguien de los otros partidos unipersonales que se oponen al TLC? Y con la mesa ya de por s� tan cargada al lado del TLC, �por qu� invitar tambi�n a uno de la “American Chamber” y Atlas, que es de la misma argolla? Y bien, si lo quieren invitar, �por qu� no se incluy� ni una solo voz de los sindicatos? �No cuentan ellos, no vale la pena escucharlos tambi�n?

Como cristianos, debemos analizar muy cuidadosamente el papel de los medios de comunicaci�n masiva, y en ellos, el papel que juega, por desgracia, el dinero. Nuestra “democracia” es en gran parte una “mediocracia”. Hoy d�a, en el mundo y en Costa Rica, todo se nos vende por televisi�n. Mucho antes de un per�odo razonable y saludable de campa�a presidencial, don Oscar Arias comenz� a “carpetear” el pa�s con una avalancha de propaganda pagada para su presidencia y a favor del TLC. Le favorec�a tambi�n el apoyo incondicional de los principales medios televisivos e impresos. Pero a pesar de haber gastado much�simo m�s dinero que su rival m�s cercano, apenas gan� la presidencia por un pelo. Sin toda esa propaganda, en una cancha bien nivelada, seguramente hubiera perdido.

Pero ahora utiliza su precaria victoria presidencial, y los pactos cuestionables que ha forjado, para tratar de vendernos el TLC. Mucho de esa nueva oleada de propaganda es con recursos del gobierno (“cortes�a de Comex“, etc.) o donada por los mismos medios (“cortes�a de esta emisora”, “servicio p�blico de este canal”).

Para m�, como estudioso de la Palabra de Dios, encuentro que el TLC est� radicalmente opuesto a la �tica social y econ�mica de la Biblia. Lo que Dios quiere es la mayor igualdad posible, legislada en el Antiguo Testamento por el A�o Sab�tico y el A�o de Jubileo, representada por el Dios que es defensor de la viuda, el hu�rfano y el desahuciado (el peque�o agricultor), y encarnada en el Rico que se hizo Pobre (II Cor 8:9). Lo que Dios quiere es la igualdad (II Cor 8:14), la que se realizar� plenamente en la Nueva Creaci�n (Apoc 21-22).

El TLC, en cambi�, favorece a los ricos y castiga a los pobres, en un grado inaceptable para cristianos que nos orientamos por las escrituras. Como conferencista b�blico me toca viajar frecuentemente a muchos pa�ses, y he visto personalmente los estragos que estos tratados (Nafta, TLC) han causado a los pobres. No hace tanto estuve en el sur de M�xico, donde el Nafta ha destruido la peque�a agricultura. En noviembre estuve en Managua. De las noches que estuve, s�lo una no trajo un apag�n de varias horas. �Qu� hab�a pasado? En Nicaragua se hab�a privatizado, por “concesiones”, la energ�a el�ctrica. Naturalmente, la empresa privada siempre busca su propia ganancia, lo que en el campo de los servicios p�blicos, significa apagones, falta de agua, peor servicio telef�nico en �reas donde no es rentable, etc. etc. He escuchado las supuestas explicaciones de estos hechos, y tambi�n que el TLC no significa privatizaci�n, aun que el neoliberalismo no existe, y tantos argumentos m�s. No soy tan ingenuo como para creerlos. Si todo eso fuera cierto, no ser�a necesario someter el pa�s a tales asaltos propagand�sticos. Los defensores del TLC se abrir�an a un verdadero debate, en t�rminos iguales, y no impondr�an una virtual ley de mordaza en nuestra Asamblea Legislativa.

Es muy sospechoso el p�nico con que se pretende legislar el TLC. �Cu�l es la prisa? Es un documento de miles de p�ginas e innumerables asuntos important�simos a discutir con cuidado. �Cu�ntos diputados han le�do aun la mayor parte, con cuidado? Tomando decisiones de tanta trascendencia para el futuro del pa�s, y con todos los dem�s temas obligados de la agenda legislativa, �podr�a la Asamblea Legislativa debatir seriamente el TLC en menos de un a�o? �Lo dudo mucho!

(Diario Extra)

Columnista huésped | 1 de Octubre 2007

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