La verdad sea dicha no tiene por qu� incomodar, el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos es ya ley de la Rep�blica, y que cada palo comience a aguantar su vela. Ya se sabe de los dinerales que gastaron los que los poseen en abundancia; se sabe del cumplimiento estricto y puntual que se hizo del inmortal memor�ndum Casas-S�nchez, muy �til para que nos enter�ramos de que el establishment mangoneante est� dispuesto a todo, y principalmente a humillar a los humildes, con tal de mantener su control sobre la econom�a, la pol�tica y el porvenir mismo de Costa Rica. Todo por supuesto, sin violar la ley, aunque se violen otras cosas m�s trascendentales.
Hago examen de conciencia y llego a la conclusi�n de que mi oposici�n al famoso tratado iba dirigida m�s a las leyes adicionales que Costa Rica ofreci� a los grandes banqueros del mundo, que al tratado mismo. No quiero decir con eso que yo est� de acuerdo con la excesiva protecci�n que se da a los capitalistas extranjeros, mayor que la que jam�s hemos concedido a los empresarios nacionales. Pero lo que m�s me ha preocupado es la llamada apertura, que es el paso fuerte que hace tiempo vienen queriendo dar algunos para seguir desmantelando (esto comenz� en la administraci�n Arias de hace 20 a�os) la rep�blica solidaria y socialdem�crata que construimos los costarricenses inspirados o conducidos por gobernantes como Alfredo Gonz�lez Flores, Ricardo Jim�nez, Jos� Figueres, Francisco Jos� Orlich y Daniel Oduber.
Ahora bien, lo que llaman la apertura de un monopolio de comunicaciones no es tal. Jam�s ha habido tal monopolio. Simplemente la Constituci�n dice, desde los tiempos de don Julio Acosta, que las comunicaciones inal�mbricas no pueden salir de poder del Estado. De all� que las radioemisoras y las televisoras necesiten que el Estado les conceda una frecuencia para poder trabajar.
Nada, pues, proh�be que haya telefon�a celular en manos de particulares (aunque me dicen que la experiencia latinoamericana sobre eso es pavorizante, sobre todo en tarifas). Pero ya la Sala Constitucional (en una de las pocas decisiones fundamentales y buenas que ha dictado), dijo que no se puede adjudicar una banda de celulares mediante acuerdo ministerial en La Gaceta, como hizo don Oscar Arias en su anterior administraci�n.
A mi modesto juicio, y perd�neme que opine el desconocido amigo que solo me juzga capacitado para opinar sobre cultura popular, este asunto de los celulares debe adjudicarse mediante una licitaci�n p�blica. Que el ICE, (yo creo que debe ser el ICE pero podr�a ser ARESEP), abra una licitaci�n para otorgar una, dos o m�s bandas de celulares, al mejor postor. Tengo informes de que Colombia lo hizo as� y pudo cancelar buena parte de su deuda p�blica con el producto de la licitaci�n.
Y as� sucesivamente. O sea que las leyes que nuestros “negociadores” propusieron que se obligara a Costa Rica a dictar, (y que satisfacen sus ideolog�as personales) no se limiten a ser los proyectos que prepar� el Ejecutivo (o le prepararon otros, como fue el caso del Combo del ICE en el 2000). La Asamblea debe considerar y discutir otras opciones. Hay un proyecto elaborado por la Universidad de Costa Rica, existe el que en 1996 redactaron los entonces diputados Hern�n Fournier, Francisco Antonio Pacheco, Ott�n Sol�s y Gerardo Trejos, que conozco y s� conveniente, tan conveniente que don Miguel �ngel Rodr�guez lo sabote� obligando a los diputados de su partido a romper el qu�rum de la comisi�n que lo estudiaba. Ese es much�simo mejor que el que el Gobierno tiene en la Asamblea: abre el mercado pero no liquida al ICE (como liquid� la administraci�n Arias de 1986 el Consejo de Producci�n sin decirlo expresamente).
Los que ponen el grito en el cielo cada vez que un diputado presenta una moci�n, que estudien el proyecto del Ejecutivo, el de la UCR y el proyecto Fournier-Pacheco-Sol�s-Trejos. El pa�s (y su Asamblea Legislativa) tienen derecho a escoger. �O no?
(La Rep�blica)
Alberto F. Cañas | 30 de Octubre 2007
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