Independientemente de su significado en relaci�n con el Tratado de Libre Comercio, la concentraci�n ciudadana del pasado domingo en el Paseo Col�n y Avenida Fern�ndez G�ell fue importante por una raz�n menos ef�mera que la campa�a del refer�ndum que termina dentro de cuatro d�as.
Y es que puso de manifiesto lo que desde hace gran cantidad de a�os muchos a�or�bamos, y es la disposici�n de los costarricenses de interesarse en las grandes decisiones, hacerse presentes en ellas, y alertarse ante las cosas. No hace falta ser partidario del NO para entender que la gente que se congreg� el domingo est� interesada en el porvenir del pa�s, no quiere que lo comprometan sin enterarla, y acudi� a un llamado que se le hizo para que sostenga lo que de mejor tiene nuestro pasado.
El hecho de que los partidarios del S� no piensen igual que los que se congregaron, no le quita importancia al hecho de que los que lo hicieron son ciudadanos costarricenses preocupados por el futuro de su pa�s, y que creen que hay cosas en �l que debemos defender aunque plenipotenciarios costarricenses hayan pactado su modificaci�n.
Esto lo veo, pues, como un buen augurio a mucho m�s de una semana de plazo. Cualquiera sea el resultado del refer�ndum del domingo (soy tan enemigo de hacer profec�as como de hacer depender la bondad de una causa de la simpat�a que me despiertan quienes la apoyan), lo que tenemos es una poblaci�n alerta, o alertada.
Que gobernantes extranjeros aqu� aborrecidos est�n con el NO, es tan poco importante como el que ex-gobernantes costarricenses sospechosos y hasta acusados de corrupci�n est�n con el S�.
Y veo que una poblaci�n que parec�a adormecida, o no lo estaba o se ha despertado, y est� en alerta como lo estuvieron sus antecesores en las d�cadas del 40 y las siguientes, hasta que comenz� a funcionar el cloroformo oficialista que se empe�� en adormecer a los costarricenses.
Sobre todo (lo cual no pod�a observarse desde un avi�n), la cantidad de mujeres y la cantidad de j�venes que concurrieron. Un viejo como yo pudo sentirse estimulado y creer que su vida entera, la vida entera de su generaci�n, no fue vivida en vano.
Debo declarar, cambiando el tema, que el horrible y antigramatical gerundio que apareci� en el �ltimo p�rrafo de mi columna del s�bado, no era m�o, Alg�n benefactor decidi� corregir un giro desusado pero correcto que quise emplear, y me puso a decir un disparate. Donde mis lectores leyeron “sent�ndome” yo hab�a escrito “sent�dome”. Lo hago constar porque el gerundiazo me puede traer una reprimenda si no la expulsi�n de la Academia de la Lengua.
(La Rep�blica)
Alberto F. Cañas | 2 de Octubre 2007
2 Comentarios
�Gana el NO!
La manifestaci�n del 30 de setiembre preludia el triunfo del NO el 7 de octubre. Por primera vez, una encuesta para el Grupo Naci�n apunta a la triple derrota del TLC, del r�gimen arista y del modelo neoliberal.
La encuesta de Demoscop�a para el peri�dico “Al D�a” no puede ser m�s contundente. Entre los decididos a votar, el resultado es 52,4% para el NO y 47,6% para el S�, una diferencia de casi 5%.
Seg�n el presidente de Demoscop�a, hermano de Julio Rodr�guez del diario “La Naci�n”, el dec�logo de la antidemocracia escrito por el vicepresidente Kevin Casas y el diputado Fernando S�nchez, influye en el resultado. Casi 7 de cada 100, entre las 1.200 personas consultadas, decidieron votar NO como consecuencia del vergonzoso memor�ndum.
Como se ve, don Beto Ca�as, tiene raz�n en su an�lisis. Ahora, hay que recoger la enorme cosecha de votos del NO, defender la limpieza del proceso contra las tentaciones fraudulentas y enrumbarnos hacia la nueva Costa Rica.
No se si estos comentarios llegaran hasta sus ojos, pero escribo con esa esperanza.
A menos de 40 horas del referendo, recien he terminado de leer por segunda vez su libro, “80 a�os no es nada”.
No solo por su valiosa carrera literaria, sino por que ha sido usted uno de los seres humanos que ayuda a cambiar (y para bien) el entorno en el que hoy vivimos.
Para jovenes como yo (soy un “carajillo” de 27 a�os), sirve usted de ejemplo e inspiracion. Usted, don Alberto, nos ayuda a querer seguir creyendo que este pais puede ser mejor.