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TLC, �qui�n se hace responsable?

Columnista huésped | 26 de Septiembre 2007

Por Franz Ulrich, empresario

Al repasar todo lo que aconteci� en torno al TLC en los �ltimos d�as obtenemos que no hay nada nuevo que reportar. Las ofensas personales ocupan el primer lugar, la sinraz�n esta a la orden del d�a y la politiquer�a est� desnud�ndose frente a un p�blico cada vez m�s maduro y despierto. Sin tener que recurrir a encuestas, podemos afirmar que nadie est� en contra de un TLC porque la gran mayor�a de los ciudadanos est� consciente de que Costa Rica debe abrirse a los mercados mundiales pero no est� dispuesto a ceder parte de su plena libertad, ni permitir� jam�s que terceros vengan a juzgar su forma de ser y menos a�n a que minimicen nuestra acostumbrada astucia.

Lo que se rechaza es que algunos intentan llevarnos a golpe de tambor hacia un tratado que presenta m�s dudas que beneficios y recurren, a fin de sacarnos el S� de apoyo, a artima�as y manipulaciones poco conocidas en nuestro ambiente, todo lo cual ha provocado graves confusiones dentro de la opini�n p�blica y pone al descubierto la forma y las condiciones superficialmente negociadas en torno a ese tratado. Dar un S� bajo esas condiciones y donde nadie va a ser responsable en caso de que “las cosas no salgan como las pintan” es sencillamente irresponsable y, en cierta forma, hasta negligente.

El S� es definitivo y terminar� con todo

La vida cotidiana nos aconseja ser prudentes y estar bien preparados en el momento de dar un S�, ya que una decisi�n tal es definitiva y nos compromete t�citamente a aceptar, so pena de represalias, todas las cl�usulas all� contenidas, fuera de que cierra el camino a enmiendas y negociaciones posteriores.

El NO abre nuevas puertas y esperanzas

Por su lado, un NO nunca es tomado como una decisi�n final, ni es sin�nimo de incompetencia ni de ingenuidad, sino que es una forma diplom�tica de postergar una decisi�n para “ganar tiempo” y abre nuevas puertas que permiten a las partes sentarse a (re)negociar los t�rminos, enmendar cl�usulas e incluir condiciones m�s favorables para un mayor beneficio mutuo. Lejos de sancionar el NO con represalias como bloqueos comerciales, cierre de fronteras a turistas y aplicar restricciones financieras, cualquier naci�n democr�tica u organizaci�n mundial respeta las decisiones tomadas por un pueblo libre y coopera (seguir� cooperando) en todo momento para que pa�ses como el nuestro puedan seguir el camino hacia una ilimitada prosperidad totalmente de acuerdo con su soberan�a y su criterio popular.

Por lo tanto, se sobreentiende que el NO es un acto de prudencia y de reflexi�n que nos permite, una vez m�s, analizar a fondo y dentro de un tiempo prudencial, los pasos a seguir. El TLC seguir� discuti�ndose, pero ya sin presi�n alguna, y ojal� aprovechemos ese tiempo para analizar las ventajas que ofrecen otros tratados, como por ejemplo los BILATERALES que son los m�s comunes y beneficiosos en este momento.

Columnista huésped | 26 de Septiembre 2007

1 Comentarios

* #2498 el 26 de Septiembre 2007 a las 05:44 PM julio chavarria dijo:

Concuerdo plenamente con el Sr. Ulrich. lo conveniente es una renegociaci�n, donde los negociadores sean personas verdaderamente competentes que puedan discernir entre una negociaci�n equitativa y justa; y una negociaci�n puramente econ�mica donde el que tiene m�s galillo traga m�s pinol.

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