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TLC: lo que pudo haber sido

Columnista huésped | 2 de Septiembre 2007

Por Jorge Arturo Chaves, economista

La discusi�n sobre el TLC con los EE. UU. abri� una hist�rica ventana de oportunidad para el pa�s, pero no simplemente por la ocasi�n que se brind� para redefinir la relaci�n mercantil con el principal socio comercial de Costa Rica. Por importante que esto sea, los inicios de la negociaci�n del Tratado dieron lugar a una coyuntura de mucha mayor trascendencia. Se pudo haber generado un debate nacional en profundidad que ayudara al despegue de nuestro desarrollo. Hasta el momento la impresi�n es que es poco lo que se ha producido en esa direcci�n.

Los del S� y los del NO difieren en muchas cosas, pero parecen coincidir en dos. Una es que en el TLC se juegan muchos temas de gravedad para el futuro del pueblo costarricense. Dejando a un lado los extremismos de la propaganda de ambos lados, quedan consideraciones a las que hay que examinar con atenci�n. Por ejemplo, del lado de los defensores del Tratado, la posibilidad del retiro de empresas del territorio nacional o de p�rdida de empleos y de mercado de nuestros productos. Del lado de quienes lo adversan, la ruina de peque�os productores, el crecimiento de la desigualdad o el impacto sobre los derechos humanos, en especial el de la vida.

La otra coincidencia aparente de ambos bandos est� en reconocer que el TLC consolida el proceso que ha seguido la econom�a costarricense durante los �ltimos 20 a�os. Esto les parece un desider�tum a los que impulsan la ratificaci�n, mientras que para sus oponentes ah� esta una de las principales razones para adversarlo.

Si tan serio, a juicio de todos, es lo que est� en juego en el TLC –y, por tanto, en la prevista votaci�n legislativa y ahora en el referendo–, �no exig�an las circunstancias aprovechar la coyuntura para una gran discusi�n nacional sobre lo que queremos los costarricenses como futuro del pa�s? As� se pod�an realizar las oportunidades para las que el tema abri� grandes ventanas: se pudo haber intentado evaluar la estrategia econ�mica aplicada por los diversos gobiernos desde mediados de la d�cada de 1980. Se pudo haber generado un proceso para que cada grupo ciudadano conociera mejor y en directo las necesidades y los intereses de los dem�s y c�mo estaban siendo afectados por la din�mica mercantil y financiera. Se pudo haber indagado con m�s atenci�n qu� est� generando la creciente desigualdad entre los costarricenses y c�mo las pol�ticas econ�micas y los tratados comerciales inciden en ella. Se pudo haber intentado identificar y construir intereses y metas comunes a todos los grupos ciudadanos, articulados en una agenda de desarrollo, no partidaria, sino realmente nacional.

Todo esto parece que hubiera sido lo deseable y sensato, aunque algunos colegas economistas creen que es “muy acad�mico” y nada realista pensar que exist�an esas oportunidades ni antes ni simult�neamente a la negociaci�n del Tratado. Alegan limitaciones de tiempo y el peligro de discusiones inacabables. El hecho es que la firma del TLC en relativamente pocos meses no logr� acelerar su aprobaci�n y lo que se pretendi� como una v�a m�s r�pida se ha convertido en un proceso que lleva ya m�s de 4 a�os.

Quiz�s lo que m�s ha influido en que la discusi�n del TLC no se asumiera como la ventana de las oportunidades mencionadas es otro tipo de factores. Vale la pena pensar si entre estos no se encuentra la confusi�n entre los intereses particulares del sector a que se pertenece con los de todos los dem�s sectores del pa�s –seg�n el viejo eslogan estadounidense de que “lo que es bueno para General Motors es bueno para mi pa�s”–. Y otro elemento influyente podr�a ser la creencia err�nea en que los di�logos ciudadanos y los procesos concertadores son farragosos e imperfectos y mejor sustituidos por an�lisis supuestamente m�s exactos de los economistas y de algunos pol�ticos.

El logro ciudadano de someter el TLC a un referendo ha permitido una mayor participaci�n y reflexi�n sobre el tema. Pero deja como tareas pendientes las oportunidades de discusi�n de fondo que se nos hab�an abierto desde el 2002. �Qu� habr� que hacer para que todas las partes puedan retomarlas despu�s del 7 de octubre?

(La Naci�n)

Columnista huésped | 2 de Septiembre 2007

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