Por Juan Rafael Rodr�guez Calvo, ex Jefe de Fracci�n del PUSC
Un N�bel de la Paz que minimiza un memor�ndum “calificado de oficial” por el Tribunal Supremo de Elecciones, recibido por el Se�or Presidente de la Rep�blica, enviado por su Vice-Presidente como un “mensaje a favor del miedo”, utilizado para chantajear y aterrorizar al ciudadano, incluyendo a los alcaldes, no deja de ser una insensatez.
Quienes lo idearon y ejecutaron, no tienen la menor capacidad de comprender o “conciencia” de lo que significan los cargos que ostentan; y quien apoya con actitud simplista y pasiva, incurre en un doble desatino: a) cohonesta tal perversi�n y b) desatiende su obligaci�n de mantener la paz social de nuestro pa�s. M�xime siendo el Presidente de todos los costarricenses. No se trata entonces, de una “tormenta en un vaso de agua”, como �l dijo.
Para no caer en complicidad total, debe el Se�or Presidente, sin ambages y de inmediato, pedir la renuncia al cargo del Vice-Presidente y Ministro de Planificaci�n, as� como al del Diputado, que lo asesoran tan mal, por cuanto con ese nefasto “memor�ndum” demostraron no tener los valores legales, ni morales para ocupar sus relevantes cargos, al encontrarse ellos en los linderos de un acto penal y contravenir todo principio c�vico y democr�tico.
Se trata en consecuencia de un hecho grav�simo, el cual no se puede pasar por alto.
Tiene la palabra el Se�or Presidente.
Columnista huésped | 21 de Septiembre 2007
1 Comentarios
Lo bueno, si breve, doblemente bueno. Al pan, pan; y al vino, vino. Tiene la palabra el se�or Presidente y que no se salga por la tangente…