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Contestaciones imprescindibles al pueblo para no decidir: "ante la duda abstente"

Columnista huésped | 28 de Agosto 2007

Por Andr�s Borras�

Al pueblo se le debe hablar con la verdad y el conocimiento sobre las implicaciones resultantes de aprobar o no el discutido superficialmente TLC, para que, en esa forma, el ciudadano pueda ir a votar el referendo con alg�n conocimiento de causa, que lo haga sentir seguridad sobre lo que est� haciendo y no efectuarlo como reba�o, o abstenerse ante la falta de definiciones de fondo que resultan imprescindibles para que el pueblo consciente no se frene de ir a las urnas, teniendo presente el sabio aforismo popular que expresa: “ante la duda abstente”.

Ahora bien, en vista de que el TSE asegura que publicar� un resumen del TLC imparcial, para que todos los costarricenses cuenten con herramienta segura que los ayude a decidir en favor del no o del s� en el referendo, una buena cantidad de ciudadanos necesitamos urgentemente, se nos aseguren en ese resumen respuestas fidedignas sobre la serie de dudas que se han presentado, a trav�s de los meses, respecto a la conveniencia o no de aprobar la ratificaci�n del TLC, y as� saber a ciencia cierta si por no satisfacer esas respuestas seguimos titubeando y por tanto votamos no o por satisfacci�n con ellas votamos s�.

Sin confusi�n, necesitamos un TLC justo y digno, que nos garantice la continuidad de nuestro Estado Social de Derecho Solidario. Nadie duda que esto ser� lo �ptimo para Costa Rica y Estados Unidos y para nuestro desarrollo, diferente al de otros pa�ses y que nos satisfar� plenamente. En concreto votar por un TLC que sea un instrumento que sepamos manejar con sabidur�a y que, con las salvaguardas constitucionales necesarias, nos permita avanzar hacia un futuro promisorio.

Somos muchos los que entendemos que se debe estimular el libre comercio, la producci�n y el consumo pero tambi�n sabemos que debe lograrse sin da�ar la soberan�a ni la dignidad de nuestras leyes y nuestra Constituci�n. Los entendidos deben demostrar que el texto del TLC no se redact� para saciar los deseos de las grandes transnacionales y que no afectar� negativamente a la mayor�a de los peque�os y medianos agricultores, ni a la iniciativa privada intermedia, ni al derecho del Estado de dise�ar pol�ticas solidarias e inclusivas para todos los costarricenses y quienes con nosotros conviven.

Tambi�n deben demostrar que no se est�n defendiendo actos que podr�an dejar sin muchas medicinas a la poblaci�n asalariada, lesionando la salud p�blica y la seguridad social. Sin protecci�n al trabajador en caso de que los grandes inversionistas extranjeros no quieran cumplir con las garant�as sociales. Dejar bien claro que los nacionales y los extranjeros se van a regir por las leyes del pa�s y no que estos �ltimos podr�n demandar al Estado usando el derecho privado o internacional. Definir que el territorio nacional y su mar patrimonial no se ver�n afectados por el tratado. Definir que la contrataci�n p�blica est� sobre la directa en las licitaciones estatales.

Es conveniente, tambi�n, una clara explicaci�n sobre el por qu� se incluy� en el Tratado las negociaciones del ICE y del INS ignorando la posici�n de todo el pa�s, que no las quer�a por el riesgo del servicio universal que prestan y el peligro del alza en las tarifas el�ctricas, cuando se multipliquen los cogeneradores privados. As� mismo debe aclararse si se ocasionar� o no el encarecimiento de los productos agr�colas por posibles alzas en plaguicidas, abonos y maquinaria para efectuar las labores del campo, lo mismo que las medicinas, por la aplicaci�n de la llamada propiedad intelectual que restringe, a su m�nima expresi�n, la venta de medicamentos gen�ricos.

Los anteriores son apenas algunos ejemplares que destacan entre los muchos que, reiteramos, deben ser debidamente aclarados en el resumen anunciado, para que una amplia parte de la poblaci�n alcance el sosiego necesario para ir a votar el referendo con plena conciencia de lo que est� haciendo y sin el cargo encima de que puede estar poniendo en peligro con su voto, de forma inconsciente, el modelo de Estado solidario que estamos viviendo en Costa Rica desde hace muchos a�os.

Columnista huésped | 28 de Agosto 2007

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