Disminuir tamaño de letraAumentar tamaño de letraImprimir paginaEnviar esta pagina por e-mailAmpliar el ancho de la paginafluid-width

Chisporroteos

Alberto F. Cañas | 4 de Agosto 2007

No s�lo el cinematogr�fico; todo el mundo cultural se ha conmovido ante la muerte de Ingmar Bergman, durante d�cadas el m�s admirado, el m�s aclamado, el m�s pol�mico, el m�s individual de los cineastas.

Se ha dicho por aqu� que fue el padre del cine sueco. No es cierto. El prestigioso cine sueco fue m�s bien el padre de Bergman. Dos notables directores de los a�os 20: Mauritz Stiller y Victor Sjostrom, pusieron el cine sueco en primera fila; el primero de ellos, adem�s, descubridor y mentor de Greta Garbo. La Garbo lleg� a Hollywood porque Hollywood contrat� a Sjostrom y a Stiller, y Stiller exigi� que la llevaran a ella, convencido de que ser�a una estrella de las grandes. Poco conocemos de su cine, y ni siquiera pudo dirigir a su pupila en Hollywood, donde muri� muy joven, pero se le cita con frecuencia elogiosamente. M�s suerte tuvo Sjostrom, que s� dirigi� a la Garbo en la �nica pel�cula de ella que se ha perdido (La Mujer Divina), pero queda la elogiosa cr�tica que obtuvo. Sjostrom dirigi� igualmente a Lillian Gish, la m�s cotizada actriz del cine mudo, en dos piezas notables que s� subsisten: La Letra Escarlata y El Viento. Sjostrom dej� de dirigir en 1937, pero se mantuvo como actor, precisamente como el protagonista de algunas de las m�s celebradas pel�culas de Ingmar Bergman.

La primera vez que el nombre de Bergman apareci� en nuestras pantallas, fue cuando se exhibi� la pel�cula Hets (en espa�ol Suplicio), primera pel�cula sueca que recuerdo haber visto aqu�, en 1950. Un notable drama sobre una estudiante perseguida por un profesor s�dico, interpretado por la entonces c�lebre Mai Zetterling, a�os despu�s supimos que sobre un gui�n de Ingmar Bergman. (El director de Suplicio era Alf Sjoberg, pero se sabe poco de �l).

Que Bergman se iniciara como guionista es sintom�tico. A la larga era un notable escritor que luego llev� personalmente al cine sus guiones. As�, las pel�culas de Bergman eran con frecuencia deliberadamente lentas, anal�ticas, como carentes de ritmo, como si la relaci�n entre el cine y la palabra griega “kino” que significa movimiento, le fuera ajena.

Fue el suyo sin duda un cine de minor�as, pero la profundidad, seriedad y calidad literaria y psicol�gica de sus textos, unida a su notable talento de director de actores lograba siempre pel�culas brillantemente interpretadas, aunque algunas veces (por lo menos para este modesto columnista) totalmente incomprensibles. Siempre envidi� mucho a los que afirmaban haber entendido algunas que para m� fueron jerogl�ficos.

Uno de los momentos m�s gloriosos para Ingmar Bergman fue aquel en que descubri� el color. Sus �ltimas pel�culas, filmadas a colores, fueron verdaderas sinfon�as pl�sticas, de una indescriptible belleza. Recuerdo entre ellas, con gran entusiasmo, dos que no llegaron aqu�: La Flauta M�gica, filmaci�n de la �pera de Mozart en el escenario y entre bastidores. Y otra, la �ltima, Fanny y Alexander, filmada para la televisi�n como miniserie con una longitud de m�s de cuatro horas, y notable y emocionante evocaci�n de la infancia de su realizador. Una verdadera obra maestra.

Tal vez esas dos no est�n consideradas por los que saben, entre sus mejores obras. Pero las he citado porque fueron las que con m�s certeza penetraron en mi �nimo y conmovieron mi sensibilidad.

(La Rep�blica)

Alberto F. Cañas | 4 de Agosto 2007

0 Comentarios

Publique su Comentario




Recordar mis datos?


Reglas para publicar comentarios: Antes de publicarse, cada comentario ser� revisado por el moderador. Su direcci�n de e-mail no aparecer�.