Por Esteban Caama�o Lizano
Me pregunto si, en lo concerniente al Tratado de Libre Comercio, los principales medios de comunicaci�n nacionales han cumplido a cabalidad con el mandato que se desprende de su propio c�digo de �tica. En lo personal, pienso que algunos de ellos han renunciado a su obligaci�n de colaborar con la formaci�n de ciudadanos cr�ticos e informados de manera integral, para convertirse en impulsores de tendencias y visiones de pa�s comprometidas, tanto es as�, que terminan traicionando la raz�n de ser y la esencia misma de su carrera profesional.
Varias personas pertenecientes al medio, algunas de ellas de gran prestigio, han expresado la necesidad de realizar reformas a las leyes que regulan la actividad period�stica, esto, seg�n dicen ellos, en beneficio de la libertad de prensa. Como todo ciudadano que cree en la democracia y que ve a la libertad como su piedra angular, reconozco la importancia de un Estado que propicie un ambiente en donde todas las voces sean escuchadas por igual, dejando atr�s prejuicios de cualquier �ndole, pero los medios de comunicaci�n deben mostrarnos que con el goce de esas libertades ejercer�n su oficio en apego estricto a los valores �ticos y morales que su profesi�n les demanda. De lo contrario, lejos de colaborar en la construcci�n de una sociedad cr�tica, educada, y libre de pensamiento, estar�an ayudando a tejer los hilos de un pueblo inmerso en la oscuridad, la desinformaci�n y la manipulaci�n, en donde la opini�n privada de unos pocos se convierte en la opini�n p�blica de todos. �No son estos los mismos resultados que se dejan ver en un estado represivo y autoritario que con tanto fervor y aparente preocupaci�n critica, en estos d�as, cierto columnista de un peri�dico matutino? Por esa raz�n, debemos ser sumamente cautelosos.
Un examen de conciencia por parte de quienes trabajan en el �mbito period�stico es m�s que necesario, m�s a�n cuando un refer�ndum hist�rico se aproxima a paso firme y las voces de la democracia claman por la transparencia, la equidad y la justicia.
(La Rep�blica)
Columnista huésped | 18 de Julio 2007
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