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TLC: texto y contexto

Columnista huésped | 31 de Julio 2007

Por Arnoldo Mora

La suerte corrida por los TLC ha sido muy variada. Prueba de ello es que han tenido resultados totalmente contradictorios en los dos principales bloques pol�tico-comerciales del continente. Estos tratados comenzaron y fueron aprobados sin resistencia en el bloque de Am�rica del Norte, compuesto por Estados Unidos, Canad� y M�xico. Pero los resultados han sido nefastos para esos pa�ses que, como dec�an los mexicanos del siglo XIX, tienen la desgracia de ser vecinos del T�o Sam (“�Pobre M�xico! Tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos”). Los resultados han sido tan desastrosos para esos pa�ses circunvecinos que ya la evidencia no se puede ocultar ni por el propio Estados Unidos. La mejor prueba y el m�s doloroso y vergonzoso monumento de lo dicho y que, por lo dem�s, quedar� como recordatorio para las presentes y futuras generaciones, son los 1.500 kil�metros de muro que los yanquis est�n levantando en su frontera Sur y que —dicho sea de paso— se ha convertido en el asunto m�s controversial en las ya habitualmente conflictivas relaciones entre ambos pa�ses. M�s a�n, el tema de la masiva e indetenible migraci�n ha llegado a ser parte obligada de la pol�tica interna y de la pr�xima campa�a electoral de Estados Unidos.

Si las pol�ticas econ�micas del TLC tuvieran los efectos prodigiosos que dicen tener apologistas medi�ticos y demagogos pol�ticos, no habr�a millones de empobrecidos mexicanos jug�ndose la vida para atravesar el muro y buscar vivir en semiesclavitud (“indocumentados”) antes que morirse de hambre en los desolados campos de un M�xico, en donde los desequilibrios entre el Norte y el Sur amenazan con destruir a la naci�n entera.

Es por eso, entre otras razones, que el ALCA fue rechazado por los pa�ses del Mercosur. Esta ha sido una de las mayores derrotas de Bush en Nuestra Am�rica. Brasil y Argentina, por no decir Venezuela, emergen como potencias de mediana dimensi�n en el �mbito internacional porque rompieron sus v�nculos de dependencia con el Norte. M�s a�n, desde entonces Am�rica del Sur muestra una indetenible e inconfundible tendencia hacia la plena independencia respecto de las potencias hegem�nicas y neocoloniales que, desde Col�n, han sojuzgado a nuestros pueblos mestizos y explotado sin misericordia nuestros recursos naturales. As� lo est�n demostrando no solo Venezuela, Bolivia y Ecuador, sino tambi�n los ya mencionados Brasil y Argentina.

Lo anterior prueba hasta la saciedad para quienes no son fan�ticos ideol�gicamente ni obtusos mentalmente —aunque algunas veces ambas aberraciones �ticas e intelectuales se dan en los mismos individuos y grupos— que el contexto internacional actual favorece m�s a quienes estamos en contra de la firma del TLC que es objeto de discusi�n en el pa�s, porque no es m�s que una componenda entre las c�pulas olig�rquicas criollas y las transnacionales que destruye a quienes han conformado la nacionalidad costarricense, como son los campesinos y, con ello, golpea gravemente a la Iglesia Cat�lica y enfrenta a los m�s l�cidos y honestos sectores intelectuales y culturales, como lo demuestra la posici�n cr�tica asumida por las Universidades p�blicas. La patria de Juanito Mora y Garc�a Monge est� de pie y ya nadie la podr� poner de rodillas.

(La Rep�blica)

Columnista huésped | 31 de Julio 2007

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