Por Rub�n Loza Aguerrebere, columnista de libros y opini�n de El Pa�s de Montevideo
�Una de las cosas que m�s amo en esta vida que tanto amo? Los libros. Entre ellos, y de manera especial, quiero mencionar los del acad�mico franc�s Jean d’Ormesson.
Le conozco gracias a ellos y, asimismo, merced al placer adicional de las numerosas cartas que me ha hecho llegar (alg�n elogio, tambi�n, dicho sea de paso y perdonen la inmodestia).
Salvo seis de sus novelas traducidas a nuestra lengua, los dem�s libros, ya sean ensayos, novelas o bien sus recientes memorias (por llamarlas de alguna manera), tan bellas, tituladas C’�tait bien, he debido leerlas en su lengua original. Por cierto, no me es f�cil escribir sobre �l porque es uno de los escritores que est� m�s cercano a momentos agradables de mi vida, a esos instantes gratos debidos a sus p�ginas, que tantas veces me han acompa�ado m�s all� de las vigilias llev�ndome hasta esa zona donde se entrelazan el coraz�n y la memoria.
Nacido en el seno de una aristocr�tica familia francesa, el conde d’Ormesson es una de las figuras de primer plano en el paisaje literario franc�s. Miembro de la Academia Francesa, fue director de Le Figaro, y ha obtenido numerosos premios con sus fastuosas novelas. Entre estas, baste recordar algunos t�tulos como La gloria del Imperio (premio de la Academia Francesa), Por capricho de Dios, Historia del Jud�o Errante, La Aduana del Mar y, en fin, Le Rapport Gabriel.
Sus libros se han gestado entre la metaf�sica y la historia universal. Participan tanto de lo novel�stico como del periodismo, y nos seducen por su inteligencia y su mirada, l�cida y conmovedora, sobre el ser humano. Ha levantado, ciertamente, espl�ndidos castillos de papel.
En este �ltimo libro que ha escrito ha escrito de pu�o y letra, en la primera hoja, que se trata de: “una fiesta de l�grimas cargada de mis recuerdos”. Con humor, erudici�n y unas gotas de melancol�a, va edificando esta historia de s� mismo. Aqu�, da cuenta de sus sue�os, de sus libros, de escritores que admira y quiere, as� como de sus esperanzas. Aqu� est�n Homero, Virgilio, Racine, Chateaubriand, Andr� Gide, Malraux, Paul Valery, Aragon, Sartre y, en fin, Fran�ois Mauriac. Est�n los grandes hombres (de Gaulle, por ejemplo); y ciertos emisarios de la nada.
Jean d’�rmesson no escribe por fr�volo af�n; siempre ha elaborado personajes y p�ginas que han trascendido el tiempo (el tiempo, que es su tema esencial) y, a merced de su pluma gr�cil, recorremos con �l este vertiginoso mundo cambiante que habitamos, sin pasarnos por alto las miserias y las pasiones humanas, el absurdo y las esperanzas renovadas del mundo. Todo lo ve con agudeza y todo lo muestra desde perspectivas diferentes.
Quiero dejar escritas aqu�, para terminar, dos o tres palabras de esta obra que he le�do y rele�do con sumo placer. Lo hago, sencillamente, porque cu�nto habr�a dado por haberlas escrito yo.
Dice Jean d’Ormesson, entrando a traici�n en el libro: “Gracias a los libros me acompa�an los mejores esp�ritus de todos los tiempos”. M�s adelante, observa: “Nada nos es m�s pr�ximo que el tiempo… Yo no he hablado jam�s de otra cosa que del tiempo”. Y hablando de sus propios y numerosos libros, nos deja estas palabras conmovedoras: “Yo escribo novelas para burlar mi tristeza y nadar bajo las palabras”.
Hay algunos viajes (y �ste, en verdad, lo es) que son aut�nticas b�squedas, con deleitables descubrimientos.
Jean d’Ormesson, C’�tait bien, Gallimard, Par�s, 2003. [Disponible en Librer�a Internacional, San Jos�]
(El Pa�s – Montevideo)
Columnista huésped | 9 de Julio 2007
1 Comentarios
Me gustar�a saber si el libro ” Una fiesta en l�grimas” est� traducido tambien en espa�ol y donde puedo adquirirlo
NOTA DE LOS EDITORES: Puede consultar en Librer�a Internacional o Librer�a Nueva D�cada. Tal vez ah� puedan informarle si existe la traducci�n al espa�ol de “Une f�te en larmes”.