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El estado actual del mundo

Columnista huésped | 9 de Julio 2007

A paso de cangrejo Por Umberto Eco Editorial Debate, 2007 398 p�ginas-($ 49)

Por Miquel Porta Perales

MADRID - La ca�da del Muro y del totalitarismo comunista, la extensi�n de la democracia y el triunfo del liberalismo, el desarrollo econ�mico y el progreso de la ciencia y la t�cnica invitaban a contemplar, como plausible, la hip�tesis de Isaiah Berlin seg�n la cual el hombre pod�a entrar en la Edad de la Raz�n, como �l la denominaba. Pero la realidad muestra lo contrario. Muestra un presente marcado por el terrorismo, la exacerbaci�n de determinados conflictos, el populismo, el retroceso de la democracia, el renacimiento �tnico, el fundamentalismo religioso e ideol�gico. Ni el desarrollo econ�mico ni el progreso cient�fico y tecnol�gico han sido capaces de superar ciertas fronteras. Nada es como se pensaba que pod�a ser. En un mundo as�, hay quienes afirman, como Umberto Eco en su �ltimo libro, que “avanzamos hacia atr�s”. Como los cangrejos.

En A paso de cangrejo, que recopila conferencias, ensayos y art�culos publicados entre 2000 y 2006, el semi�logo y novelista italiano se propone levantar acta del estado actual del mundo. Sostiene, por ejemplo, que la pol�tica militar de George Bush supone un retroceso que nos devuelve a la paleoguerra, al esp�ritu de cruzada y a un futuro violento -de ciencia ficci�n, por el momento- del que nadie saldr�a vencedor.

Umberto Eco -que reivindica el derecho a la divergencia frente a la pol�tica estadounidense- no pierde de vista los matices: que quiz� George Bush no pod�a actuar de otra manera, que la idea de paz es equ�voca, que toda paz es el resultado de una conquista. Sobre el terrorismo, Eco, poco amigo de la doctrina neoconservadora, reconoce las razones de realpolitik, como las denomina, de la pol�tica que se propone el mantenimiento de la llamada pax americana. Pero reclama que cualquier pol�tica antiterrorista se mueva en el marco estricto del Estado de derecho.

Cambiando de continente, el autor arremete contra un Silvio Berlusconi al que concibe como una suerte de embaucador de ciudadanos incautos y paradigma del pol�tico populista que vende imagen a la manera del modelo publicitario propio de nuestras sociedades desarrolladas. No s�lo eso: en el modus operandi del ex primer ministro italiano ve las formas propagand�sticas del viejo comunismo de un Palmiro Togliatti que criminalizaba y deslegitimaba agresivamente toda oposici�n. Idea interesante que hoy podr�a aplicarse a muchas formaciones pol�ticas. En la misma Europa, el autor constata la fractura existente entre la Uni�n Europea y los Estados Unidos, as� como las diferencias internas en el seno de la primera. Diferencias que no auguran nada bueno si se tiene en cuenta que Europa s�lo ser� si consigue -afirma el autor- tener una pol�tica exterior unificada y un sistema de defensa propio.

Por lo dem�s, Umberto Eco, en sus propias palabras, deviene un “cr�tico de costumbres” que disecciona con finezza y mordacidad algunas de las manifestaciones de la cotidianidad pol�tica y cultural. El autor brinda un trabajo que escapa del manique�smo al uso -el tratamiento de la figura de Silvio Berlusconi podr�a ser la excepci�n, aunque el personaje se merece la cr�tica- y apuesta por algo tan necesario como la cautela intelectual ante un presente incierto como el nuestro. Cautela que esconde el escepticismo de quien -bella paradoja- no renuncia a la convicci�n y firmeza democr�ticas.

En A paso de cangrejo, una invitaci�n a pensar y repensar las cuestiones de nuestro tiempo, se desliza la sospecha de que la historia y el progreso pueden ser reversibles. Acaso, contrariando el optimismo heredado de la Ilustraci�n, siempre haya sido as�. Probablemente, como el C�ndido de Voltaire, haya que conformarse con el mejor de los mundos posibles.

(ABC – Madrid)

Columnista huésped | 9 de Julio 2007

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