En una informaci�n de La Naci�n en estos d�as sobre el proceso que se sigue contra un ex-defensor p�blico acusado de asesinar a su esposa, se lee la siguiente frase: “el ex-defensor p�blico… le confes� ser el autor del crimen de su esposa”.
Se incurri�, pues, una vez m�s (y ya llevamos como cien) en confundir el significado y la funci�n de la palabra crimen. Porque si, como dice el Diccionario de la Academia, crimen es “delito grave, acci�n indebida o reprensible, acci�n voluntaria de matar o herir gravemente a alguien”, y es indiscutible que a la se�ora que muri� no se le puede atribuir ninguno de los actos que dice el diccionario, no se debe hablar del crimen de ella, sino del crimen de quien la mat�.
Varias veces he hablado de esto, y hecho ver que, en vista de lo que queda dicho, la costumbre, m�s que las reglas, ha impuesto que la palabra “crimen” se emplee para referirse al autor del acto, como se desprende de lo que dejo copiado. Y que para referirse a la v�ctima de un asesinato, en vez de usar la palabra crimen se hable del asesinato de Fulano de Tal. Todo con tal de no hacer confusiones.
Las veces que me he referido a esto, he puesto ejemplos sacados de la literatura, sean los t�tulos de dos novelas muy conocidos. Una costarricense: El Crimen de Alberto Lobo se llama as� porque Alberto Lobo es el criminal. Otra inglesa, El Asesinato de Roger Ackroyd, en la que Roger Ackroyd es el muerto, no el asesino. As� de sencillo y todos nos entendemos. No hay como dar a las palabras un significado espec�fico. Inventar sinonimias es peligroso.
Tambi�n en La Naci�n, y fue el jueves, le� (p�gina 2A). lo siguiente. “Paco Amighetti, cuyo centenario de su nacimiento se conmemora hoy”. Ya en cuarto grado sab�amos que se dice as�; “Paco Amighetti, el centenario de cuyo nacimiento se conmemora hoy”.
(La Rep�blica)
Alberto F. Cañas | 21 de Julio 2007
2 Comentarios
Ejemplos como estos nos dio siempre don Alberto en sus clases de Historia del Periodismo, en la UCR. Do�a Carmen Naranjo tambi�n correg�a en voz alta sobre lo publicado en peri�dicos. El caso m�s recordado de don Alberto: hacer el bien o realizar correctamente equis cosa y no “obrar” bien sobre…(:); y de do�a Carmen, escribir y decir “en relaci�n con ” y “de acuerdo a…”
La Naci�n, don Beto, usted bien lo sabe, no es otra cosa que el refugio de escribientes que ignoran las m�s elementales reglas de la Gr�matica Catellana.
Le pasar� a usted lo mismo que a don Cristian Rodr�guez, pues criticar los errores de los periodistas de La Naci�n tiene el mismo efecto que darle serenata a una sorda.
Creo que La Naci�n, con la prepotencia que la caracteriza, ha creado su propio idioma.