• Considerado como un verdadero gur� de las nuevas tecnolog�as y su impacto en la econom�a y la sociedad, el norteamericano Paul Saffo opina que la democracia y sus instituciones deber�n adaptarse a los cambios y a la instantaneidad de la era de Internet. De lo contrario, se�ala, “los canales de decisi�n informales contar�n m�s que los formales”
Por Massimo Gaggi
STANFORD, California - “Con la difusi�n de los nuevos medios electr�nicos personales, los diarios y la TV est�n en medio de la tormenta. No desaparecer�n pero su papel cambiar�. Lo que le est� pasando al periodismo, obligado a inventarse nuevos rumbos, es, sin embargo, s�lo un aspecto de una realidad mucho m�s compleja: en la era de Internet las tecnolog�as digitales son el solvente que despega el adhesivo de las instituciones tradicionales”.
A pesar de haber sido durante 25 a�os el alma m�ter del Instituto para el Futuro, de Palo Alto, a Paul Saffo no le gusta ser definido como futur�logo, en parte porque en la lengua inglesa no se establece la diferencia entre futur�logo y futurista y �l no quiere ser confundido con un artista italiano de los a�os 20. “Soy un espectador profesional”, dice con una nota de humor el estudioso que en la universidad de Stanford, analiza el impacto de las nuevas tecnolog�as sobre la econom�a y la sociedad. Silicon Valley lo ha elegido como su or�culo.
-El “hombre nuevo” que usted describe en los debates y en sus escritos ya no es m�s un consumidor, ni un lector habitual, ni un elector que verdaderamente est� en condiciones de tener peso. El “prosumidor” es alguien que participa activamente en la creaci�n de los contenidos que luego utiliza. Un “creador”, asegura usted. Pero los escenarios que describe no son para nada tranquilizadores.
-Vamos a ver. La sociedad de los creadores puede producir valores que duren, un nuevo compromiso social, o ser un fracaso: otro caso de grandes civilizaciones que caen porque transforman todo en entretenimiento. Yo tengo fe en lo nuevo y por eso soy optimista en el largo plazo, pero soy pesimista a corto plazo porque existe el riesgo de desarrollos negativos en varios campos, desde el social, en el que asistimos a una suerte de abolici�n del concepto de privacidad por parte de los j�venes, hasta el pol�tico: Internet est� poniendo contra las cuerdas los mecanismos de la democracia representativa.
Saffo, hijo de una pareja formada en la posguerra, en Venecia (el padre era m�dico en Praga, la madre una norteamericana que trabajaba en American Express y que en su tiempo libre hac�a de baby-sitter), est� habituado a hablar el idioma de la sociolog�a, del an�lisis de los medios masivos, de la ingenier�a de sistemas, no el de la pol�tica. Pero, en la California donde se revolucionan las fronteras entre partidos y en la cual Arnold Schwarzenegger se mueve m�s como el jefe de una naci�n que como gobernador -firma acuerdos con el primer ministro brit�nico Tony Blair, impone sus l�mites ecol�gicos a la industria automotriz, se opone a la pol�tica del presidente Bush en varios campos, desde la energ�a hasta la investigaci�n con c�lulas madres-, los planos que traza Saffo tienen su utilidad.
-La era de los medios ha cambiado los mecanismos de la pol�tica pero no sus reglas que, en Estados Unidos, son las mismas de hace dos siglos: se vota en noviembre, despu�s de la siembra, y California, que tiene un PBI superior al de algunos pa�ses del G-8, elige dos senadores como cualquier otro estado, desde Alaska, que tiene 700 mil habitantes, hasta el min�sculo Rhode Island, de 3000 kil�metros cuadrados.
-La �poca de los medios tradicionales era todav�a una era de comunicaci�n lenta. Con Internet las cosas cambian: todo sucede a alta velocidad, cada acci�n pol�tica provoca en la red un “feed back”, una reacci�n inmediata y mensurable. Sin embargo, todav�a votamos no por el presidente sino por colegios electorales estatales, que a su vez eligen al presidente. Al jefe de la mayor�a parlamentaria lo llaman todav�a “speaker”. �Se da cuenta? �Cu�nto puede durar esto?
-�Cu�l es la alternativa? �La democracia directa telem�tica?
-El sistema actual ya est� en ruinas. F�jese en qu� condiciones est� Bush. No s� si se llegar� a la democracia directa, pero s� que el parlamentarismo no funciona m�s. Si no se logra reformar el sistema, se crear� una situaci�n de hecho en la cual los canales de decisi�n informales contar�n m�s que los formales. Ya estamos yendo en esa direcci�n. Y los casos de votaciones al filo de la navaja con resultado dudoso, como en Florida, ser�n cada vez m�s frecuentes, porque el uso masivo de las t�cnicas de marketing en las campa�as electorales tiende a equilibrar el peso de los dos campos: no habr� m�s candidatos elegidos masivamente.
-En Italia, Berlusconi a menudo pareci� tentado por la “democracia de las encuestas”.
-Estoy feliz de que Berlusconi no haga pol�tica en Estados Unidos, pero debo decir que observo con mucho inter�s su aventura montada entre la pol�tica y la gran empresa. Es inquietante, pero es un signo de los tiempos. Por otro lado, con la esclerosis cada vez mayor de los Estados-naci�n, crecer� en el futuro el papel de otras entidades: de las organizaciones no gubernamentales a las empresas multinacionales.
-Schwarzenegger, que no puede aspirar a la Casa Blanca porque naci� en Austria, � es ya, de hecho, un jefe de Estado?
-El mundo no es m�s aquel del Tratado de Westfalia. Dentro de medio siglo EE.UU, tal como lo conocemos hoy, quiz�s no exista m�s. Europa ha perseguido durante largo tiempo la unidad pol�tica, el sue�o de Jean Monnet, no realizado, provoc� mucha frustraci�n. Pienso, m�s bien, que las estructuras actuales de la Uni�n Europea pueden quiz�s adaptarse mejor que las norteamericanas para afrontar una era nueva en la cual las regiones, como Catalu�a y Lombard�a, o las ciudades Estado, como Singapur o la cuenca de San Francisco-Silicon Valley, tendr�n m�s peso que las entidades estatales.
-Pero la defensa, la seguridad interna, el derecho al uso legal de la violencia, sin embargo, pertenecen siempre a las naciones.
-Es verdad. Pero tambi�n es cierto que �sta no es una verdad inmutable. Hace un tiempo, Bush, al tener que mandar m�s soldados a Irak, solicit� a Schwarzenegger que enviara soldados de California a la frontera con M�xico en lugar de los del ej�rcito federal. El gobernador le respondi� con un seco “no”. Hace veinte a�os esto hubiera sido impensable. Estados Unidos gasta en defensa m�s que el resto del mundo en su conjunto. Con un “retorno de la inversi�n” poco reconfortante, a juzgar por su prestigio y su papel en la era Bush. Tarde o temprano, algo cambiar�. Veo indicios hasta en la arquitectura. �Cu�les son los edificios m�s imponentes construidos por el hombre? Primero fueron los castillos, luego vino la era de las grandes catedrales, finalmente la de municipios espl�ndidos y sedes gubernamentales monumentales. Hoy la edificaci�n m�s suntuosa y simb�lica es la de los rascacielos de las grandes corporaciones.
-Fascinante, pero quien detenta el poder no acepta f�cilmente las reformas que se lo sustraen.
-Quiz�s asistiremos tambi�n a procesos violentos. Como he dicho, no soy necesariamente optimista. En mis an�lisis distingo entre escenarios que considero auspiciosos y los que las fuerzas en juego tienden naturalmente a producir. Es como en Internet: es un fen�meno positivo y su avance es imparable, pero cada vez que participo en una convenci�n invito a sus defensores, a aquellos que piensan que la red har� nuestra vida mejor, a ser cautos.
-Entonces, nada de democracia electr�nica directa.
-Internet hoy se nos aparece como un instrumento democr�tico, abierto, accesible: el m�ximo de la democracia. Pero con la maduraci�n del sistema surgir�n vallados, �reas exclusivas, prohibiciones. Hoy veo demasiado entusiasmo, sobre todo en los j�venes, que ya no tienen ning�n sentido de la privacidad. Podr�a costarles caro de aqu� a algunos a�os.
-�Qu� intenta decir?
-La generaci�n de My Space exhibe todo en la gran plaza electr�nica, desde datos personales a confidencias �ntimas. Dentro de algunos a�os tendremos millones de reconocidos profesionales que potencialmente podr�n ser chantajeados con im�genes y memorias de sus aventuras juveniles. Una especie de versi�n interpersonal del viejo “equilibrio del terror” entre Estados Unidos y la Uni�n Sovi�tica, en el cual cada uno amenaza con poner en problemas al vecino de enfrente. M�s a�n, en una sociedad que expone todo en p�blico, lo que se vuelve m�s precioso es el secreto. No s� qu� tipo de sociedad estamos construyendo. Ya se lo dije: no soy un futur�logo, s�lo un espectador profesional.
(Corriere della Sera - Mil�n y La Naci�n - Buenos Aires)
El perfil
Primeros a�os Naci� en 1954, en Los Angeles, California. Realiz� estudios en las universidades de Harvard, Cambridge y Stanford, y se ha especializado en el an�lisis del impacto social de largo plazo de las nuevas tecnolog�as.
Libros y ensayos Durante m�s de dos d�cadas fue investigador del Instituto para el Futuro, de Palo Alto. Ha publicado varios libros, entre ellos Dreams in Silicon Valley y The road from Trinity, as� como numerosos ensayos y art�culos.
Columnista huésped | 27 de Junio 2007
1 Comentarios
Es m�s meritorio ser un pintor futurista que un futur�logo de los que profetizan m�s de lo mismo. Pero evidentemente el se�or Saffo no es de esos. Sus observaciones son agudas y por supuesto pesimistas. Hacemos el cambio y no sabemos la clase de consecuencias que traer�. Yo no s� si las elecciones “al filo de la navaja” son una, pero evidentemente si est�n ocurriendo continuamente y desvirt�an el concepto mismo de la democracia electoral. Claro que hay un problema anterior a eso cuando “no hay por qui�n votar”. No veo como podr�an los Estados Unidos mantener la federaci�n si el n�mero de senadores fuera proporcional a la poblaci�n. Ojal� vi�ramos m�s predicciones de esta naturaleza.