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Nueva t�ctica del S�

Columnista huésped | 2 de Junio 2007

Por Juan Peregrino

La nueva t�ctica de los que apoyan el Tratado de Libre Comercio y promueven el S� en el referendum es grosera y calumniosa. Debemos estar preparados para enfrentarla.

Su objetivo con esta t�ctica es doble:

(a) que los que nos oponemos al TLC seamos vistos como unos mentirosos que queremos enga�ar a los costarricenses y

(b) que todas las cr�ticas que hacemos al Tratado sean consideradas como falsas.

El procedimiento de la calumnia tiene tres pasos:

Paso 1. Inventan una mentira sobre el TLC. Mientras m�s rid�cula la mentira que inventan, piensan que es mejor.

Paso 2. Le atribuyen esa mentira a quienes nos oponemos al Tratado.

Paso 3. Rebaten la mentira que ellos mismos inventaron.

Veamos un ejemplo que est� circulando por Internet.

Una mentira que inventaron y que se la atribuyen a los opositores al TLC es la siguiente: “Con el TLC Costa Rica renuncia a aplicar la legislaci�n nacional, y todo litigio se traslada a arbitrajes internacionales”.

Luego refutan esa mentira.

Lo cierto es que nadie ha dicho semejante barbaridad.

Lo que se ha sostenido, y est� muy claro en el documento sobre “Roces Constitucionales del TLC”, preparado por un grupo de acad�micos y especialistas de la Universidad de Costa Rica, es que el TLC pone en desventaja al inversionista nacional respecto al inversionista extranjero en raz�n del arbitraje obligatorio.

Veamos.

En caso de conflicto el inversionista extranjero puede acudir tanto al arbitraje internacional (al que el Estado no puede negarse) como a la legislaci�n nacional. En el arbitraje internacional impera la ley del TLC. Desde luego, el inversionista extranjero preferir� acudir al fuero internacional.

En cambio el inversionista nacional no tiene la potestad de demandar en un panel internacional y solo puede hacerlo en los tribunales nacionales.

Esta situaci�n resulta discriminatoria para los costarricenses, constituye un beneficio exagerado para los empresarios de los otros pa�ses y pone en riesgo a los empresarios nacionales que tendr�an que enfrentar la competencia en condiciones desiguales.

Este es solo un ejemplo de las t�cticas enga�osas y perversas que est�n usando los que quieren el TLC a toda costa, para beneficios de unos pocos y en perjuicio de las grandes mayor�as de costarricenses que ven afectados derechos fundamentales como la salud, la educaci�n, las telecomunicaciones, la biodiversidad y los recursos h�dricos.

Por amor a Costa Rica,
digamos NO al TLC.

Columnista huésped | 2 de Junio 2007

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