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Identidad y convivencia, ejes de Informe Nacional de Desarrollo Humano

Columnista huésped | 13 de Junio 2007

• Entrevista a Alexander Jim�nez, Coordinador del pr�ximo Informe Nacional de Desarrollo Humano de PNUD.

Por Gustavo Delgado Ram�rez

�Cu�l es el objetivo de este nuevo informe?

El Informe Nacional de Desarrollo Humano (INDH) se enmarca dentro de los esfuerzos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) orientados a construir, divulgar y utilizar el enfoque del desarrollo humano. Sus objetivos fundamentales son producir un reporte innovador desde la perspectiva del desarrollo humano, acerca de alg�n tema relevante para el desarrollo de Costa Rica y contribuir en el dise�o de pol�ticas p�blicas y formas de acci�n social que fortalezcan capacidades, oportunidades y libertades en las personas.

�Cu�l es el prop�sito de este nuevo informe que se presentar� el pr�ximo a�o?

El Informe Nacional de Desarrollo Humano 2008 se ha propuesto estudiar, en la sociedad costarricense contempor�nea, c�mo las identidades y las din�micas de convivencia asociadas con ellas potencian o inhiben el desarrollo humano, entendido �ste como el conjunto de oportunidades y capacidades que hacen posible el ejercicio de libertades personales y colectivas. Nuestra tesis es que las identidades socioculturales y las din�micas de convivencia son relevantes para el desarrollo humano. La manera en que las personas y los grupos se definen a s� mismos, as� como las formas en que organizan sus afiliaciones y su convivencia cotidiana, tiene repercusiones —positivas o negativas, seg�n el caso— sobre las posibilidades de desarrollar capacidades y ejercer las libertades, propias y de los otros.

�Por qu� este tema?

El tema elegido adquiere especial relevancia en un periodo en que la sociedad costarricense es escenario de profundas transformaciones socioecon�micas y pol�ticas estrechamente relacionadas con cambios relevantes en los c�digos culturales, en las identidades que parecen ser cada vez m�s diversas, as� como en las formas de organizaci�n de la convivencia, cada vez m�s complejas. Adem�s, pareciera que las trasformaciones sufridas por la sociedad costarricense en los mecanismos socioecon�micos de integraci�n, as� como en los comportamientos subjetivos relacionados con la cohesi�n y el sentido de pertenencia, vienen acompa�adas de dilemas vinculados a horizontes y a modelos de desarrollo contrapuestos. Es preciso identificar y valorar los mismos, con sus consecuentes repercusiones sobre su desarrollo humano. As�, el segundo Informe Nacional de Desarrollo Humano intenta responder a la cuesti�n general de c�mo las identidades y las formas de convivencia potencian o inhiben el desarrollo humano. Los alcances y la complejidad de ese reto se hacen m�s evidentes cuando se descompone esa pregunta general en interrogantes espec�ficas como las siguientes:

�Qui�nes somos y c�mo convivimos?

�C�mo la manera en que convivimos repercute sobre nuestro desarrollo humano?

�C�mo ha cambiado nuestra forma de vivir juntos y cu�les son los factores que afectan la calidad de nuestra convivencia?

�Cu�les son las tensiones y desacuerdos normativos con los que debemos lidiar cotidianamente?

�Qu� es lo que, pese a esos desacuerdos, nos permite mantenernos unidos y vivir juntos?

�Qu� podemos hacer para fortalecer nuestra convivencia y nuestro desarrollo humano?

Este ser�a el Segundo informe de este tipo. �Qu� resultados arroj� el primer informe?

El primer Informe Nacional de Desarrollo Humano en Costa Rica fue publicado en el a�o 2005 y trat� el tema de la seguridad ciudadana. Con el t�tulo de Venciendo el temor: (In)seguridad ciudadana y desarrollo humano en Costa Rica, su tesis principal es que la inseguridad ciudadana obstaculiza el desarrollo humano, pues limita las posibilidades para concebir y concretar un proyecto de vida. Nuestro primer informe mostr� c�mo ciertas formas de vulnerabilidad relacionadas con la seguridad ciudadana restringen las posibilidades de llevar adelante proyectos de vida valiosos y, al mismo tiempo, desgastan la confianza, la cooperaci�n social y la lealtad ciudadana hacia las instituciones democr�ticas. Sus resultados permiten vislumbrar la fragilidad de una convivencia social marcada por el temor y la desconfianza, sentimientos que se hacen manifiestos en la creencia de que “hemos perdido el pa�s de antes”.

(Democracia Digital)

Columnista huésped | 13 de Junio 2007

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