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Carta de un pobre tatarabuelo incomprendido

Columnista huésped | 22 de Junio 2007

Solo espero que queden costarricenses que s� entienden el Himno Patri�tico del 15 de Setiembre y lo canten como himno de batalla en esa nueva Campa�a de Costa Rica contra el “inicuo opresor”.

Por Isabel Ducca, profesora

Desde lo m�s profundo del sentimiento, tengo que mandarte estas cuatro letras porque lo que m�s anhelamos los viejos es quedar en la memoria, que no nos olviden y, sobre todo, que nos comprendan. �Hay algo m�s triste en la vida que ser un viejo incomprendido?

Y yo me declaro incomprendido por mis descendientes. Bueno, por lo menos hay algunos o alguna que no entendi� ni una palabra de la herencia que les dej�. Pues ya se sabe que el tiempo todo lo borra y de uno no queda m�s que un nombre en una tumba hasta que el viento y la lluvia lo hacen desaparecer. Pero yo pretend� fijarme en el recuerdo de mi pa�s escribiendo algo para que cantaran orgullosos mis compatriotas y reflejara los aires de hidalgu�a, libertad y dignidad que se respiraban en mi pa�s. �Ah! �Qu� tiempos eran esos! �Qu� ambiente se viv�a! Me toc� recoger una cosecha de frutos madurados con la luz de la valent�a y la libertad. Te voy a explicar porque ya est�s haciendo caras de qu� le pasa a este viejo chocho. As� nos tratan estas juventudes que creen saberlo todo.

�Diay! Yo escrib� en la Costa Rica que surgi� despu�s de la Campa�a de 1856. Despu�s de aquella haza�a tan gloriosa para el pa�s y para Centroam�rica. �D�biles e indefensos! Pero qu� ejemplo de dignidad le dimos al mundo y a Am�rica. Claro, continuamente escuch�bamos hablar del sabor de la victoria y del horror de aquella peste tan terrible. Est�bamos muy orgullosos de ser costarricenses y ve�amos en el horizonte escrito con la luz de los h�roes aquellos pensamientos que yo puse en mi himno:

Los hijos del pueblo levanten la frente al sol refulgente de la libertad. Sepamos ser libres no siervos menguados, derechos sagrados la patria nos da.

Yo me dirijo a “los hijos del pueblo”. El pueblo fue el que acudi� masivamente al llamado de don Juanito Mora. Del pueblo salen los valientes, aunque sus nombres nunca aparezcan en los libros. Sab�s por qu� me dirijo a los siervos, porque el pueblo siempre tiene que trabajar para ganarse el pan. Pero hay maneras de maneras. Un trabajador es un esclavo, cuando es cobarde, falto de juicio, miserable o ruin. Cuando no conoce sus derechos. Por eso, es que hablo de los derechos sagrados. Ahora ustedes hablan de los derechos humanos. Me gusta m�s que los derechos sean sagrados porque est�n por encima de cualquier asunto, de cualquier pol�tico o ambici�n voraz.

Necesito detenerme en eso de los derechos sagrados porque creo que no has entendido. Son sagrados los derechos que defienden y posibilitan la vida como: el alimento, la vivienda, la salud, la educaci�n, el salario y el descanso de los trabajadores. Cualquier cosa que atente contra esos “derechos sagrados” es una opresi�n.

Por esa raz�n, es que despu�s en todas las estrofas hablo de opresi�n, de la urgencia de luchar contra los d�spotas, o bien de que la libertad solo se sostiene con la ley. Repito lo de la ley, porque los derechos solo se garantizan con leyes. La patria, so�ada en mi himno, estaba representada en una ley justa para que ustedes pudieran crecer y desarrollarse en paz. La justicia es equilibrio. El d�spota, el inicuo opresor, siempre, siempre se adue�a de la ley y la hace a su antojo y conveniencia. Es un peligro que amenaza a la sociedad en cualquier momento. Por eso, insisto y repito en mi himno el llamado a luchar contra la opresi�n.

Por �ltimo, te quiero dar mi definici�n de humanidad. El ser humano se caracteriza por tener derechos. Quien le arrebata los derechos a los hombres (me dicen que ahora tengo que escribir hombres y mujeres), le roba su humanidad. Y frente a una situaci�n de despojo de los derechos solo cabe la dignidad y la lucha. Para la dignidad, me gust� mucho el s�mbolo de la bandera desplegada. Para el combate, ese soldado con la bandera como mortaja, por eso finalizo as� el himno.

Ten�a el compromiso conmigo mismo de aclararte estos conceptos porque me han venido a dar quejas. �Ser�n ciertos los rumores que se han colado hasta aqu�? Dicen los que saben y van y vienen de all� para ac� que una de mis descendientes fue a pactar con los bisniestos y tataranietos de los filibusteros una ley que estar� por encima de la Ley de la Patria y que acaba con los derechos sagrados.

Solo espero que si eso es cierto, queden costarricenses que s� entienden el Himno Patri�tico del 15 de Setiembre y lo canten como himno de batalla en esa nueva Campa�a de Costa Rica contra el “inicuo opresor”. Esos s� son mis descendientes.

Nota: En una entrevista publicada por el Semanario Universidad en marzo del 2003, la ex jefa del equipo negociador, Anabel Gonz�lez, afirm� ser descendiente del autor del himno aludido.

(Informa-Tico)

Columnista huésped | 22 de Junio 2007

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