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Un libro fundamental, imprescindible, de lectura obligatoria

Alberto F. Cañas | 19 de Mayo 2007

Transcripci�n de las palabras de don Alberto F. Ca�as en la presentaci�n del libro El lado oculto del Presidente Mora: resonancias de la Guerra Patria contra el filibusterismo de los Estados Unidos (1850-1860), del autor Armando Vargas Araya, publicado por la Editorial Juricentro y distribuido por la Librer�a Internacional. Museo Hist�rico Cultural Juan Santamar�a, Alajuela, 10 de mayo de 2007.

Conmemoramos 150 a�os de nuestra Guerra de Independencia. La conmemora todo el pa�s, menos el Gobierno. El Gobierno tiene miedo de que si recuerda a Juan Rafael Mora, se le resienta el Sr. Bush. Esa es la Costa Rica que nos est�n dejando…

Todos hemos crecido oyendo hablar en la escuela y en nuestra casa, de la Guerra del 56 contra los filibusteros, de Juan Santamar�a, de Santa Rosa, Rivas y San Juan –del San Juan menos, aunque ah� fue donde ganamos militarmente la guerra–.

Pero no es sino hasta ahora, con este libro de don Armando Vargas Araya, que adquirimos una nueva perspectiva de lo ocurrido. Se nos ha contado la historia militar, de c�mo los filibusteros entraron a Costa Rica y en 14 minutos fueron expulsados de Santa Rosa y del pa�s, para que no volvieran nunca m�s. Y se nos cuenta de la batalla de Rivas donde se sacrific� Juan Santamar�a y se convirti� en el H�roe Nacional, el ep�nimo representante de nuestro pueblo. Pero nunca hemos tenido una clara noci�n del significado pol�tico internacional de la guerra.

�Es que esa guerra la peleamos aqu� en la frontera norte, sin que nadie se diera cuenta? �Es que la Am�rica hispana vio con indiferencia lo que ocurr�a en Costa Rica? �Es que fue una escaramuza? Estas son preguntas que tal vez no nos hemos hecho, hasta que ha venido el autor a hac�rselas �l y a hac�rnoslas a nosotros. Y se puso a investigar c�mo se vio la guerra desde afuera, c�mo la vieron en la Am�rica del Sur, c�mo la vieron en Europa, qu� significado le dieron los hombres de aquel tiempo.

Este libro nos demuestra que, para los ojos de Am�rica y para los ojos de Europa, Santa Rosa y Rivas fueron el sitio donde la Am�rica Latina –representada por Juan Rafael Mora– le puso luz roja al intervencionismo del destino manifiesto y a la invasi�n de los territorios nuestros.

William Walker se sent�a una segunda edici�n de Sam Houston, aquel se�or que se meti� a Tejas y termin� por provocar una guerra entre los Estados Unidos y M�xico, para quedarse con el estado de Tejas. Walker ven�a a hacer lo mismo en Nicaragua y en Centroam�rica, para que estos pa�ses dejaran de ser cinco republiquetas infelices, pobres y miserables, y pasaran a ser gloriosos estados esclavistas angloparlantes y protestantes. Porque para las gentes que dominaban los Estados Unidos en aquel tiempo, la religi�n cat�lica era una cuesti�n muy sospechosa, hab�a que ser protestante y hablar en ingl�s. (Tan importante es hablar ingl�s que ya convencieron a muchos costarricenses de que quien no lo hable, �es mejor que se suicide!)

En este libro venimos a saber que la Am�rica del Sur se conmovi� con la decisi�n de Costa Rica, el paisecito peque�o al extremo sur de la Am�rica Central, el que hab�a decidido plantarse a los filibusteros, el que hab�a expulsado a los filibusteros de su territorio, el que sosten�a la guerra. La Am�rica del Sur se dio cuenta porque Juan Rafael Mora se movi� diplom�ticamente, envi� emisarios de alto nivel. Costa Rica logr� movilizar a la Am�rica del Sur. Por supuesto, la diplomacia de Washington se movi� por todas las canciller�as tratando de impedir que ayudaran a Costa Rica. No consigui� detener a Per� ni a Chile, que nos ayudaron, principalmente Per�.

Mientras tanto, en Europa se daban cuenta tambi�n de lo que aqu� ocurr�a. Una cosa muy curiosa que se desprende de este libro –que nunca, que yo sepa, a ning�n costarricense se nos hab�a ocurrido–, es que todo giraba alrededor de la propiedad del Mar Caribe. Algunos se�ores, en los Estados Unidos, lo consideraban como un lago interno de ellos. Sin embargo, Inglaterra ten�a inter�s en el Caribe, se hab�a apoderado de Jamaica, ten�a muchas islas en las Antillas hasta Trinidad y Tobago. Adem�s, ten�a mucho inter�s en la costa de Centroam�rica. �Por qu�? Porque el r�o San Juan posibilitaba la apertura de un canal entre el Lago de Nicaragua y el Oc�ano Pac�fico, de 14 a 20 kil�metros. Inglaterra quer�a construir ese canal. Pero Estados Unidos, tambi�n quer�a hacer ese canal; por eso necesitaba influir sobre Centroam�rica y la mejor manera era apoderarse de ella.

�Por qu� cay� Walker en Nicaragua en aquel momento? Porque Inglaterra estaba ocupada con otra cosa. Se hab�a embarcado en una guerra con Rusia, que llamamos la Guerra de Crimea. Como estaba distra�da, era el momento de meter a Walker en Nicaragua, porque Inglaterra no se iba a enojar, no iba a protestar, no se iba a dar cuenta. Lo m�s divertido es que Inglaterra gan� la Guerra de Crimea en el a�o 55, de tal manera que tuvo tiempo en el 56 de ocuparse de lo que ocurr�a aqu�. Ese tiro estrat�gico fall�. Inglaterra volvi� a preocuparse del Caribe.

La guerra la gan� Costa Rica casi sola, porque la cooperaci�n de los dem�s pa�ses centroamericanos fue limitada y tard�a. En realidad, el peso de la guerra lo llev� el pueblo costarricense, ese ej�rcito, no improvisado porque los Mora lo prepararon debidamente para lo que se ven�a. Juan Rafael Mora vio a tiempo el peligro y se prepar� a tiempo para enfrentarlo. Cuando los filibusteros cruzan la frontera y se meten a Santa Rosa, Costa Rica ya est� preparada.

Este libro nos ense�a que Europa se dio cuenta de lo que pasaba. En Francia se dieron cuenta y en Inglaterra tambi�n. En Francia exaltaron la figura de Juan Rafael Mora como un hombre que se estaba oponiendo, con las escasas armas que pod�a tener un pa�s de 100.000 habitantes, a una invasi�n muy parecida a la del Sr. Houston en Tejas. Hab�a fuerzas en los Estados Unidos que quer�an repetir en Centroam�rica, y en Costa Rica principalmente, una pel�cula con el mismo argumento. De pronto, los filibusteros, como ciudadanos de los Estados Unidos, iban a pedir auxilio de su Gobierno. El hecho es que no tuvieron tiempo de hacerlo, porque la derrota militar que les inflingi� Costa Rica en el San Juan, los dej� hasta con hambre. La estrategia costarricense consisti� en tomar el Castillo Viejo y que no pasara un solo barco. En esa forma logramos que Walker se quedara sin armas, sin balas y sin qu� comer, hasta obligarlo a rendirse. Y esto fue celebrado en Am�rica.

Nos cuenta el autor que, precisamente de esa guerra escenificada en Costa Rica –que la Am�rica del Sur contemplaba con enorme inter�s y con pasi�n–, surgi� la idea de que era una lucha entre una Am�rica inglesa y una Am�rica latina. Porque no �ramos solamente una Am�rica espa�ola: estaba Brasil que habla portugu�s, estaba Hait� que habla franc�s, ten�amos en com�n esa ra�z latina. Sudam�rica reconoci� en Mora al hombre que encarnaba el esp�ritu latino, frente a las apetencias de los sajones. El esp�ritu del idioma espa�ol, frente a las ambiciones del idioma ingl�s. El esp�ritu de una Am�rica cat�lica, ante los empujes de una Am�rica protestante. Am�rica Latina es nomenclatura que emerge de esta guerra. Es durante nuestra guerra que surge el concepto de una Am�rica Latina frente a una Am�rica sajona, divisi�n que todav�a sigue en pie.

Todav�a hoy, preguntan si en Costa Rica hubo lucha entre conservadores y liberales. En el 56, las luchas pol�ticas fueron de �ndole personal, problemas de intereses, no ideol�gicos. No hab�a divisiones ideol�gicas en Costa Rica en ese tiempo. Pero s� hubo uni�n. La guerra fue una causa nacional, una causa de todos. Este libro reafirma nuestra idea de que esa fue la Guerra de Independencia. Un pueblo que 35 a�os antes no sab�a si aceptar o no aceptar la independencia, en aquel momento decidi� pelear por ella. Y todo el pueblo apoy� a Mora… excepto el peque�o grupo de enemigos de �l que pensaban en negocios y otras maneras de hacerse ricos.

Todas estas cuestiones aparecen en El lado oculto del Presidente Mora. Yo dir�a, el lado oculto de la gran guerra. El lado oculto de la pol�tica costarricense de esa d�cada. El lado oculto del fusilamiento de Mora. Muchas cosas que han estado ocultas, que no hemos podido conocer, aparecen en sus p�ginas con una gran apertura.

El historiador Armando Vargas Araya nos da un libro nuevo, un libro ins�lito, un libro que nos dice que en la guerra del 56 se decidi� el destino de la Am�rica Latina. Costa Rica decidi� el destino de Am�rica Latina cuando par� y derrot� militarmente al �ltimo filibustero, al descendiente directo de Sam Houston. A partir de entonces, no hubo m�s filibusterismo. Dichosamente, los norteamericanos tuvieron la Guerra Civil y se olvidaron, por un tiempo, de nosotros.

Han pasado 150 a�os. El mundo es otro. Hemos tenido �pocas dif�ciles y �pocas de relaciones f�ciles con los usamericanos, como muy ingeniosamente los llama el autor. Pero en realidad, Costa Rica ha sido el pa�s de esta zona que menos ha tenido que sufrir a los Estados Unidos. Yo no ser�a tan charlat�n de decir que despu�s del 56 nos tuvieron miedo. Pero la verdad es que no se volvieron a meter con nosotros. Se han metido muchas veces con Nicaragua, con Honduras y con Guatemala. No digo que nos tuvieron miedo, pero aprendieron a respetarnos. �Por qu�? Porque hace 150 a�os nos dimos a respetar. Cuando un individuo o un pueblo, se da a respetar, es respetado. A costa Rica, desde hace 150 a�os, la respetan en el norte y la respetan en el sur. Costa Rica es un pa�s apreciado, respetado y querido en el sur; apreciado y respetado en el norte, no s� si querido tambi�n, aunque no hay raz�n para que los del norte no nos quieran.

Esta perspectiva nos la abre este libro fundamental. Libro del cual los costarricenses nunca m�s podremos prescindir. Libro de lectura obligatoria para todos. Este es un libro que nos muestra un lado oculto de la patria. Esta patria que se desangr�, que se diezm�, que se la jug� entera por defender su dignidad y su integridad, la dignidad y la integridad de los otros 18 pa�ses latinoamericanos. Ya se hab�an llevado la mitad del territorio mexicano, segu�amos nosotros y lo que viniera detr�s. Pero Costa Rica dijo hasta qu� paralelo pod�a llegar el filibusterismo, hasta qu� paralelo pod�an llegar las invasiones armadas, hasta qu� paralelo pod�a extenderse el concepto del Caribe como un lago interno. Fue Costa Rica la que dijo, hasta aqu�.

Un europeo tan eminente como el ge�grafo franc�s Eliseo Reclus, dice en el tomo 17 de su tratado de geograf�a, que la batalla de Rivas es para el hemisferio americano, el equivalente de lo que fue la batalla de Marat�n para el continente europeo. En Marat�n, los griegos detuvieron a los persas y Europa se desarroll�. En Rivas, los costarricenses detuvieron a los filibusteros y, desde entonces, venimos desarroll�ndonos solos. Haciendo, poco a poco, nuestra peque�a rep�blica solidaria, pac�fica, democr�tica. Sin jadear, pero sin parar nunca. Esa rep�blica de la que nos hemos enorgullecido, que ha tenido el mayor �ndice de salud de Am�rica Latina, que en alg�n momento tuvo una educaci�n, de tal calibre, que en la Universidad de Par�s un bachillerato de Costa Rica exim�a de hacer examen de admisi�n. Esa Costa Rica que fueron construyendo hombres como Juan Rafael Mora y los que le siguieron: Jes�s Jim�nez, Tom�s Guardia, Bernardo Soto, Cleto Gonz�lez V�quez, Ricardo Jim�nez, Alfredo Gonz�lez Flores, Jos� Figueres, Francisco Orlich.

Esta rep�blica solidaria, pac�fica, honorable, enemiga de la corrupci�n, con libertad electoral, perfeccion�ndose cada d�a, arranca del siglo XIX. Tal vez la concibi� Carrillo. Puede ser que la haya pensado Jos� Mar�a Castro. Pero se la debemos a Juan Rafael Mora porque �l pele� por ella, �l se enfrent� por ella, �l se sacrific� por ella. Lo mataron por ella. Le hab�a hecho mucho bien al pa�s, pero hab�a hecho mucho mal a algunas personas. Y lo pag� con su vida, lo pag� con su peque�a vida terrena pero se gan� la vida eterna del h�roe. Es el hombre m�s grande en la historia de Costa Rica. Eso es lo que don Armando Vargas pone muy en claro, muy en su lugar y con todos los honores.

Aunque la derrota de Walker, no la conmemore el Gobierno de Costa Rica.

Muchas gracias.

Alberto F. Cañas | 19 de Mayo 2007

2 Comentarios

* #2252 el 2 de Agosto 2007 a las 07:54 PM JULIO CHAVARRIA dijo:

Escelente comentario. Efectivamente este libro debe ser de lectura obligatoria

* #2530 el 30 de Septiembre 2007 a las 10:40 AM Arturo Beeche dijo:

Estimado “don” Beto,

Deseo extenderte mi m�s s�ncero reconocimiento por este interesante y erudito discurso.

Costa Rica, la patria, que tanto amamos a veces sufre de amnesia hist�rica, lo cual es una lata. A Mora y a Ca�as les debemos la fuente de riqueza democr�tica que tantos, hoy por hoy, toman tan a la ligera.

Tu pariente,

Arturo Beeche

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