Por Sergio Erick Ard�n, exdiputado
En la historia reciente de Nuestra Am�rica destacan dos personajes singulares, el costarricense Jos� Figueres y el cubano Fidel Castro.
Algunos son tentados a usar como refuerzo de sus argumentos, an�cdotas o hechos que tienen que ver con ambos personajes. Eso es comprensible y perfectamente v�lido. En la lucha por definir un derrotero para nuestro pa�s los hechos hist�ricos que involucran a Don Pepe, as� como su pensamiento y posiciones pol�ticas son de incuestionable importancia. Con justeza una mayor�a de analistas de todos los colores concluy� que es �l el costarricense m�s relevante del siglo XX.
Es en ese marco trascendente que debe ser, con el debido respeto y mayor rigor, analizada la conducta de hombres tan notorios e influyentes.
En este caso la intenci�n es llevar luz sobre las relaciones humanas y pol�ticas entre ambos.
Dec�a Mart�, que si un hombre calla lo que sabe no es un hombre honrado; y como no queremos dejar de serlo, nos sentimos en la obligaci�n de salir al paso a una columna period�stica reciente del se�or Julio Rodr�guez, en “La Naci�n”, que trae a cuento un episodio hist�rico cierto que enfrent� a Don Pepe con Fidel Castro en los albores de la Revoluci�n Cubana. Solo que don Julio da por sentado que no hay m�s. Pero la verdad completa es que s�, que hay mucho m�s.
1959: Ante miles de cubanos, Figueres, que hab�a viajado a Cuba a solidarizarse con su revoluci�n, us� el micr�fono que le fue ofrecido para aconsejar moderaci�n con el trato con los EE.UU. David Salvador, entonces dirigente del sector el�ctrico reci�n nacionalizado y hoy residente en Miami, arrebat� el micr�fono al osado y rechaz� el consejo de forma airada. El resentimiento que exist�a en Cuba por la pol�tica de apoyo a la dictadora de Batista por parte del gobierno de Eisenhower era muy grande. Fidel, presente en la tribuna de aquel acto, con su silencio acuerp� el desaire.
Aquel hecho marc� un distanciamiento prolongado entre Fidel y Don Pepe.
1980: Primer aniversario del triunfo sandinista. Nicaragua celebra la ca�da de la tiran�a somocista y convergen en Managua muchos dirigentes latinoamericanos que de una u otra forma apoyaron el derrocamiento de los Somoza. Ah� est�n Fidel Castro y Jos� Figueres.
En el Centro de Convenciones C�sar Augusto Silva, los sandinistas atienden a sus invitados y ah� Don Pepe y Fidel se encuentran, se saludan y hacen las paces. Fui testigo presencial de aquel episodio que fue saludado con aplausos por muchos de los presentes. Don Pepe, al dirigirse a Fidel dice “Comandante, quiero felicitarlo por sus �xitos en Cuba”, Fidel responde “no son m�os, son del pueblo cubano”. Por un buen rato departen amistosamente ante la curiosidad de quienes �ramos testigos.
As� fue: 20 a�os despu�s de los hechos que los enfrentaron en La Habana, Fidel y Don Pepe se reconcilian. A partir de entonces se establece una relaci�n humana y pol�tica entre ambos.
Posteriormente Figueres viaja a Cuba en repetidas ocasiones y es recibido y atendido con toda deferencia y respeto.
Evidentemente los acontecimientos pol�ticos de la regi�n valorados y analizados por Don Pepe lo llevaron a asumir una actitud comprensiva y abierta al di�logo con el l�der cubano.
Esta es una verdad verificable. Sin embargo, don Julio Rodr�guez prefiri� quedarse en la an�cdota del 59, solo que para su pesar la historia no termin� ah�.
Don Pepe supo ver m�s all� de ese desencuentro y sabio como era, cultiv� una relaci�n respetuosa y c�lida, yo dir�a incluso c�mplice, con un personaje que ha tenido y tiene, nos guste o no, una importancia de primer�simo orden.
Dec�a en un reciente debate sobre el TLC un destacado jurista nacional que cuando se dice toda la verdad, se miente: lleva raz�n.
Columnista huésped | 30 de Mayo 2007
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