Ya esta columna lo hab�a anunciado con alguna anticipaci�n: el aniversario 150 de la rendici�n de William Walker no ser�a conmemorado de ninguna manera por el Gobierno de Costa Rica.
Lo malo de todo esto, no es tanto que no lo haya hecho, sino lo que la gente malpensada va a suponer que indujo a las autoridades a semejante omisi�n. Porque es parte de la sabidur�a popular que las cosas no suceden porque s�, y que para todo hay alguna raz�n pretexto.
Un d�a de estos —cuando termine su lectura— me propongo comentar con ustedes el libro de Armando Vargas Araya El lado oculto del Presidente Mora, en el que su autor desenmascara la conspiraci�n que sus enemigos armaron en torno al gran presidente, para desprestigiarlo, derrocarlo y finalmente fusilarlo. (Vargas no dice fusilarlo sino asesinarlo.) Esa conspiraci�n de alguna manera prosigue, pues los enemigos de Juan Rafael Mora todav�a est�n busc�ndole cosas negativas para se�alarle. (�Como si alg�n ser humano no las tuviera!)
Este libro se agrega a la notable cosecha que estamos disfrutando de obras sobre la gran gesta nacional, sobre nuestra verdadera guerra de independencia, algunas de las cuales he tenido oportunidad de comentar con ustedes.
Clar�n Patri�tico, de Juan Rafael Quesada, Im�genes del poder (omito el extenso subt�tulo), de Rafael �ngel M�ndez, Los soldados de la Campa�a Nacional, de Ra�l Francisco Arias, son otras contribuciones importantes. Del primero ya me ocup� en esta columna, se�alando que es un libro transcendental e imprescindible. De los otros me propongo hacerlo conforme vaya realizando su lectura. Y no debo omitir la lind�sima novela rosa que nos leg� Carlos Gagini con el t�tulo de El Erizo, verdadera joya, m�s joya a�n porque carece de pretensiones y est� dirigida obviamente a un p�blico juvenil.
Con esto quiero decir que el mundo cultural y acad�mico costarricense s� ha estado alerta, estudiando y preocupado. Que el sesquicentenario de la m�s grande gesta y haza�a del pueblo costarricense no ha pasado inadvertido aunque la Asamblea Legislativa no le haya devuelto al 11 de abril el car�cter de feria que le quit� su antecesora, y aunque la fecha crucial de la victoria costarricense no haya sido conmemorada por lo menos con himnos y banderas.
Entiendo que hay m�s estudios en camino; que se est� clarificando el significado profundo de la guerra, y ojal� que en lo sucesivo, escuelas y colegios la ense�en con empe�o y detalle, porque de ella arranca la conciencia, esencia y verdad de nuestra nacionalidad. En 1821 todav�a no sab�amos siquiera si quer�amos ser independientes, pero en 1856 y 1857, el pueblo entero se lanz� a la guerra para defender la soberan�a del pa�s.
Los pueblos que no conocen su historia est�n condenados a repetirla, dijo un alto pensador del siglo XIX.
Echemos en nuestro saco.
(La Rep�blica)
Alberto F. Cañas | 2 de Mayo 2007
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