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Zambrana y el Estado Solidario

Columnista huésped | 27 de Abril 2007

Por Gerardo Fumero Paniagua

El 27 de abril de 1876 llega a Costa Rica el Doctor Antonio Zambrana, de quien Eugenio Rodr�guez Vega opina: “Las instituciones democr�ticas construidas en la primera mitad del siglo XX son, en buena medida, fruto magn�fico de la siembra de ideas que llev� adelante con tenaz confianza en el destino superior de Costa Rica. La pr�ctica de respeto a las libertades fundamentales es, en gran medida, obra de muchos disc�pulos suyos, como don Ricardo, don Cleto o don Mario Sancho Jim�nez”.

Hoy, cuando las pr�cticas neoliberales no dejan espacio ni para el “derrame”, cuando el negocio de la guerra, las patentes, las droga, los recursos naturales, el espectro radioel�ctrico y hasta la vida humana, son monopolios de unos pocos, que concentran la riqueza, obnubiladas sus mentes por el solo af�n de aumentar sus fortunas, los ideales de Zambrana colisionan de frente con la concepci�n de un mundo reducido a un mercado global.

Exig�a Zambrana, “… poner la tierra arable al alcance del trabajador pobre… Debe ayudarse a los artesanos para que lleguen a poseer hogar propio, … que tenga la manera de hacer frente a las enfermedades y al desvalimiento de la vejez, as� como a dejar asegurada la suerte de su viuda y sus hu�rfanos cuando llegue la muerte. Podemos, en cambio ser el pueblo m�s cristiano, esto es, el m�s fraterno de todos los pueblos de la tierra. Aquel en que el verdadero dolor de la vida sea menos intenso, en que el fr�o de la desesperaci�n no existe, en que nadie est� a solas con su pena. Que no haya ignorancia extrema. Perfectamente posible es –en un pa�s como este, sobre todo- que no haya siervos de la miseria, desamparados de la sociedad, casa sin pan, ni sue�o sin hogar, ni dolor que viva solo. La actual sociedad acabar� por modificar, sin duda, la propiedad y la herencia para que haya mayor equidad en el reparto. Que la Rep�blica se gobierne por los que siendo sanos, sean los m�s doctos, pero que sea Rep�blica de veras, es decir: para todos”.

Estos nobles ideales calaron profundo en la mente de los disc�pulos de Zambrana, que hicieron suyos los principios de equidad y hermandad, que han caracterizado nuestro pa�s, inmerso en esta Am�rica Hispana, hoy convertida en experimento vivo de quines concibieron el “Consenso de Washington”.

Don Armando Vargas Araya recoge en su libro El Doctor Zambrana (EUNED, 2006) -extraordinaria pieza de nuestra historia patria- el pensamiento y la obra de este gran inspirador de las reformas sociales que cristalizar�an a principios del siglo XX y culminar�an con el Estado Social de Derecho -Constituci�n Pol�tica de 1949-.

Hoy sin embargo, un esp�ritu contrario pretende desterrar el de solidaridad inspirado por Zambrana. El eslab�n que culminar�a la destrucci�n de casi dos siglos de conquistas sociales y humanistas -que horrorizar�a a Zambrana y a muchos m�s- es un TLC (CAFTA) asim�trico, impuesto, que atenta contra la dignidad y la soberan�a, contra un desarrollo aut�ctono y que pondr�a en riesgo los servicios p�blicos y los recursos naturales.

Zambrana, hijo de Am�rica, naci� en Cuba, vivi� sus mejores a�os en Costa Rica y sembr� en muchos otros pa�ses sus ideales de libertad y solidaridad. Merece ser recordado para que defendamos con renovada inspiraci�n, un pa�s libre, soberano, �nico, gracias a su extraordinario aporte y al de muchos de sus hijos intelectuales.

Columnista huésped | 27 de Abril 2007

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