Por Rodolfo Silva, Otto Escalante, Manuel S�enz, Mauricio Guti�rrez, Rodrigo Cuesta, Juan Jos� Sobrado
Entre 1997 y 1999 el gobierno adopt� un Plan Maestro para el aeropuerto internacional, dise�� y licit� la construcci�n de la nueva terminal de pasajeros, que qued� terminada en el 2000, licit� y construy� el edificio de control de tr�fico a�reo, y licit� contratar por “gesti�n interesada” el manejo del aeropuerto y las obras de ampliaci�n y modernizaci�n requeridas, que se adjudicaron a un consorcio liderado por Grupo Internacional de Aeropuertos (GAI), con amplia experiencia en manejo aeroportuario.
Sin embargo, en el 2000 se vari� la constituci�n del consorcio y se convirti� en Alterra, encabezado por Bechtel, empresa de construcci�n sin experiencia en manejar aeropuertos. Aunque la Contralor�a puso reparos al cambio, la administraci�n sigui� adelante con un consorcio que no era el adjudicatario. Ah� comenzaron los problemas.
Desde mayo 2001, en que entr� en vigencia el contrato, se han venido se�alando graves incumplimientos de Alterra en la construcci�n de las obras. Dos administraciones fueron omisas o incapaces de resolver una serie de anomal�as, conforme a derecho y al inter�s p�blico. A la inoperancia de Alterra se sum� la debilidad y complacencia de la fiscalizaci�n por parte del gobierno.
En octubre 2001 el due�o de Bechtel vino al pa�s y negoci� con el presidente Rodr�guez diferir su obligaci�n de un pago por $12.4 millones, que alegremente se le autoriz�, lo que equivale a que Costa Rica prestara recursos a la empresa. A rengl�n seguido, por presiones de “arriba”, el Consejo de Aviaci�n Civil aprob� los llamados “acuerdos de medianoche” el 3 mayo 2002, que le aprob� a Alterra facturas por “gastos de desarrollo” por $18.6 millones, aunque el contrato estipulaba un tope de $3.4 millones. Estos cargos il�citos fueron imputados a las tarifas, en violaci�n a �rdenes previas de la Contralor�a, que los rechaz� y orden� corregir las tarifas ilegales y devolver a los usuarios lo cobrado en exceso. A pesar de ser un pronunciamiento vinculante, el CETAC no lo acat�, lo que llev� a la CGR a afirmar que “se ha actuado en forma irresponsable, en abierto incumplimiento a �rdenes giradas, mediante el uso de subterfugios legales y recursos infundados, dirigidos a incumplir las disposiciones del �rgano contralor”.
El rechazo por la CGR de esos $18.6 millones ilegales sirvi� de pretexto a Alterra para suspender las obras y presionar al gobierno. Las mantuvo paralizadas sin justificaci�n durante 3 a�os, con enorme perjuicio al pa�s, con el agravante de que ni siquiera se han tramitado las sanciones y multas a la empresa, en claro incumplimiento de deberes por las autoridades de gobierno. Lo m�s ir�nico es que durante esa par�lisis ilegal, Alterra continu� recibiendo alegremente los ingresos del aeropuerto, sin que el gobierno la obligara a cumplir.
Adem�s de este cobro indebido, Alterra y sus socios han tratado de obtener ganancias exorbitantes del proyecto a costa del pa�s, mediante el pago de sobreprecios: pretende haber invertido $83 millones en obras que valen solo $37 millones a precios de contrato, seg�n la inspecci�n de obras, y alega haber gastado $59 millones en operaci�n y mantenimiento los primeros 4 a�os, cuando lo pactado eran $23 millones. Solo en estos 3 rubros Alterra se estar�a recetando casi $100 millones en exceso de lo establecido en el contrato.
El alegado “desequilibrio financiero” ha sido creado por la misma Alterra con los sobreprecios pagados a sus subcontratistas, que son sus propios socios. Esto se ha pretendido resolver con una serie de ilegales “addendum”, que han sido rechazados por la Contralor�a en 4 ocasiones, pues le hubieran producido a la empresa ingresos adicionales por el orden de $ 120 millones. La CGR no encontr� prueba de que existiera tal desequilibrio. Alterra ha contado con $ 90 millones en pr�stamos, $30 millones de aporte de capital y $125 millones de ingresos del aeropuerto en 5 a�os, m�s que suficientes para haber hecho todas las obras previstas, que deber�an haber sido concluidas en 2004, por lo que tienen un retraso de 3 a�os. Las obras seguir�an paralizadas si no fuera porque la CGR, en diciembre de 2005, dio un ultim�tum para que “en un plazo m�ximo de 10 d�as, se ordene a Alterra el reinicio inmediato de las obras”, y a la vez “que el CETAC determine las responsabilidades que corresponden a la empresa”.
Se esperaba que el nuevo gobierno cambiar�a esta situaci�n radicalmente, y se pedir�a a la empresa rendir cuentas, pero poco ha cambiado, no se ha pedido siquiera una auditor�a independiente de en qu� gast� Alterra esa millonada. Tampoco se han cobrado las multas contractuales que ascienden a unos $40 millones; m�s bien se hacen esfuerzos para ver c�mo las reducen. Por otra parte, en junio 2006 el nuevo gobierno apoy� ante la CGR el �ltimo addendum tambi�n ilegal que dej� planteado la anterior administraci�n en otro “acuerdo de medianoche” el 5 de mayo 2006. Mientras, Alterra ha interpuesto 13 demandas arbitrales por $117 millones contra el Estado, de las que ha perdido m�s del 90%, pero las que ha perdido las ha apelado. Con socios as�, no se inexplica que las autoridades sigan buscando complacer caprichos de Alterra.
Despu�s del rechazo del cuarto addendum por la CGR en agosto pasado, en lugar de resolver de una vez por todas los reiterados incumplimiento del contrato, se han continuado “negociaciones”, ahora con participaci�n de los bancos acreedores de Alterra, y se present� al CETAC en diciembre una carta de intenciones de Alterra y en enero la propuesta para generar el quinto addendum. Hemos tratado de obtener copia de esta nueva solicitud –que suponemos debe ser “m�s de lo mismo”-, a juzgar por lo que ha trascendido en la prensa, pero nos ha sido negada por el CETAC con el pretexto de que “su conocimiento puede comprometer informaci�n confidencial…”, o sea que algo que deber�a ser de conocimiento p�blico, pues compromete fondos p�blicos, ha sido declarado “secreto de Estado”.
Muy lamentable esta falta de transparencia, m�s aun cuando la prensa ha tenido acceso a la informaci�n de que Alterra pide, como “premio”, una extensi�n del contrato por 5 a�os m�s, sea hasta el 2026, que le dar�a ingresos adicionales de unos $200 millones y en la pr�ctica impedir�a construir el nuevo aeropuerto internacional que se ha propuesto en Orotina – el Santamar�a se satura antes del 2020 -, porque el contrato dice que habr�a que indemnizar a Alterra si se construye otro aeropuerto internacional. Revela que se ha logrado que el Banco Centroamericano preste a Alterra otros $48 millones –innecesarios si no hubieran gastado los fondos disponibles en rubros no autorizados- y que se dejaron previstos “unos $9 millones para el pago de multas como consecuencia de la suspensi�n de obras en forma unilateral”. Esto parecer�a indicar que Alterra espera le rebajen las multas de unos $40 millones seg�n el contrato, a solo $9 millones. Para colmo, agrega que “le solicitaron a Alterra y a los bancos hacerle algunos cambios al do-cumento”, sin los cuales “hubiese fracasado el intento por rescatar el proyecto…”. Esto deja grandes dudas sobre la claridad de las actuaciones de Alterra y de las autoridades de gobierno.
Columnista huésped | 1 de Abril 2007
1 Comentarios
A lo expuesto debe agregarse algunos elementos cuestionables en el c�lculo de las tarifas, tanto aeron�uticas como no aeron�uticas:
-Mayores gastos de operaci�n y mantenimiento de los cotizados.
-Inclusi�n de un costo adicional denominado “intereses sobre desermbolsos” (el costo de los intereses sobre las inversiones en obras terminadas y puestas al servicio de los usuarios, est�n ya reconocidos en la amortizaci�n de las inversiones, en el P(capex))
Costos de los terrenos expropiados para obras que no se han puesto al servicio de los usuarios.
Monto de las reservas para el sistema nacional de aeropuertos y futuro aeropuerto internacional, que no son costos de operaci�n del AIJSM.
No se asocia costo alguna en la determinaci�n de la tarifa de seguridad.
Para efectos de cubrir los costos de operaci�n y mantenimiento del aeropuerto y los costos de la amortizaci�n de las obras, no se toman en cuenta los ingresos que le produce a ALTERRA el impuesto de salida. que si no es el m�s importante del aeropuerto es uno de los m�s significativos.
Agunas otras partidas o consideraciones no menos importantes.