Por Luis Diego Mar�n Schumacher, presidente de la Asociaci�n Preservacionista de Flora y Fauna Silvestre (APREFLOFAS).
Hace a�os cuando era un ni�o, mis pap�s acostumbraban visitar las playas de Guanacaste, en la �poca de verano. En uno de esos viajes, nos detuvimos en una venta de frutas a la vera del camino, justo en la entrada que conduce a Playas del Coco.
Un se�or nos ofreci� vender un pich�n de perico Catano. Mis padres lo compraron y lo llevamos con ilusi�n a nuestra casa para meterlo en una jaula y ense�arle a hablar. Paso un tiempo y “Chavelo” aprendi� a repetir unas cuantas palabras.
Lo que nunca volvi� a ver por el resto de su vida fue la libertad, tampoco a estar con otro de su especie. Que triste la historia de “Chavelo”. Esto ocurri� a principios de la d�cada de los a�os setenta. Justo en el momento en que pr�cticamente toda la provincia de Guanacaste, ca�a bajo la fuerza de las motosierras y de las llamas.
M�s de treinta a�os despu�s, miles de especies silvestres contin�an siendo sometidas al cautiverio en nuestro pa�s. Se calcula que una de cada cuatro familias costarricenses tiene un animal silvestre en sus hogares, o sea hay m�s de quinientos mil animales atrapados. Estos son sustituidos constantemente, pues se calcula que solamente viven cinco a�os en promedio, en estado cautivo. (Encuesta nacional sobre fauna silvestre en hogares de Costa Rica. Doc. Carlos Drews, a�o 1999).
Detr�s de todo esto, se encuentra un mercado clandestino sediento. El tr�fico de especies silvestres es un problema muy grave: seg�n datos del WWF (World Wildlife Fund), este ilegal negocio ocupa el tercer lugar en el mundo, despu�s de los negocios con drogas y armas. Supera con creces el tr�fico de Seres Humanos o “trata de blancas”. Genera anualmente, ganancias cercanas a los diez mil millones de d�lares. Los pa�ses centroamericanos no escapan de esta grave problem�tica, todos los a�os, anfibios, reptiles, aves, mam�feros, insectos y plantas son extra�dos de nuestras selvas.
La situaci�n es muy alarmante, pues los ecosistemas naturales, tambi�n se han reducido de forma acelerada. Tomando en cuenta el aumento de nuestra poblaci�n, podr�amos afirmar que esta f�rmula tendr� como resultado, la extinci�n masiva de muchas especies.
�C�mo enfrentamos la problem�tica? Organizaciones como APREFLOFAS, desde sus inicios hace dieciocho a�os, han tratado de buscar las mejores alternativas ante el problema.
En nuestro pa�s, existen leyes que proh�ben la captura, venta y tenencia de especies silvestres. Lamentablemente no se cumplen en su mayor�a. Adem�s, recordemos que la obsoleta Ley de Vida Silvestre, permite la captura de algunas especies de aves, como es el caso de los jilgueros y los setilleros, entre muchos otros. Esta situaci�n se da sobretodo en zonas rurales y aunque la Ley no permite su venta y tr�fico, existe un gran comercio clandestino, promovido por personas que se escudan en un permiso oficial, otorgado por el MINAE. En este momento, varias organizaciones estamos trabajando en un proyecto de modificaci�n de la Ley de Vida Silvestre. Pretendemos que esta costumbre sea completamente erradicada, as� como la pr�ctica de la cacer�a deportiva de cualquier animal.
Durante todos estos a�os hemos controlado miles de animales, mediante decomisos y entregas voluntarias, pero en los �ltimos dos a�os decidimos cambiar la estrategia. Nos percatamos que cuando decomis�bamos un animal, haciendo uso de la Ley, comet�amos un error, pues muchos de los infractores, sustitu�an al poco tiempo a su “mascota”. Aunque las aves son las que mayoritariamente se mantienen encerradas, los casos de mam�feros son comunes, sobre todo monos.
Nunca olvidar� un caso en particular, en donde proced�amos a decomisar un mono ara�a y su due�o muy indignado nos comentaba que al animal se le trataba como un rey, incluso los fines de semana hasta cerveza y chicharrones degustaba “Panchito” — a los pocos meses, tuvimos que aplicar eutanasia al animal, pues ten�a destruido su sistema digestivo.
Hace un a�o aproximadamente, nos unimos varias organizaciones ambientalistas y de protecci�n animal. Se constituyo AURA, Asociaciones Unidas por el Rescate de los Animales. Todos coincidimos en que la f�rmula id�nea para enfrentar la crisis se deb�a concentrar en una palabra: educaci�n. Nos percatamos que el porcentaje mayoritario de personas que mantienen un animal silvestre cautivo, ignora el enorme da�o ambiental que provoca.
Comprendiendo que una gran mayor�a de las personas desconoce el da�o que ocasiona, procedimos a iniciar una ambiciosa campa�a, cuyo mensaje principal es: Si tiene un animal silvestre en cautiverio, cuando muera, nunca vuelva a tener otro, adopte un animal dom�stico. Miles de perros y gatos esperan por usted en los albergues de animales abandonados. Y es que desde AURA tambi�n promovemos la adopci�n y tenencia de perros y gatos mestizos o “saguates”, pues existe un gran rechazo contra animales sin pedigr�. La Asociaci�n Nacional Protectora de Animales (ANPA), desarrolla grandes campa�as para enfrentar la problem�tica de perros y gatos abandonados. Si en un mediano plazo, las familias costarricenses que tienen animales silvestres, llegan a sustituirlos por dom�sticos, los beneficios ser�n enormes.
Quiz�s usted ya observ� en televisi�n un corto que transmite con claridad este mensaje. Somos muy optimistas y pensamos que en poco tiempo, la ciudadan�a costarricense comprender� que para apreciar la belleza de los animales silvestres, no hay necesidad de encarcelarlos de por vida. Solo visitar alguna de nuestras �reas silvestres o simplemente colocar alguna fruta en el patio de la casa. Nuestra biodiversidad es tan grande que en ciudades como San Jos� por ejemplo, podemos observar muchas variedades de aves, sin necesidad de capturarlas. Un privilegio que solo se puede disfrutar en una min�scula parte de los pa�ses del mundo.
�Ah!, olvidaba contarles en que par� “Chavelo”. Vivi� en su jaula pocos a�os, como cuatro seg�n recuerdo. Nunca volvimos a tener un animal silvestre en casa. Actualmente nos acompa�an m�s de veinte “saguates”, de todas los tipos que usted pueda imaginar, pero que mejor simbiosis podr�amos experimentar mestizos con mestizos, actualmente casi todos los seres humanos somos el resultado de la mezcla de muchas razas. �Somos como saguates tambi�n, no cree?
En todo caso esta especie fue domesticada por el Ser Humano y con el paso de los a�os, fue abandonada a su suerte. Ahora, (con excepci�n de algunos “Canis lupus” que aun permanecen en estado silvestre), los perros dependen de nuestro cuidado.
Es lamentable que muchas personas contin�en aferr�ndose a tontos y errados prototipos de poseer solamente perros de raza, tal vez para demostrar a los dem�s, que tienen un gran nivel adquisitivo. Pero la triste realidad es que miles de perros, deambulan por las calles, buscando alimento, as� como un poco de cari�o y cuidado. Al recibirlos en nuestra casa, nos convertimos autom�ticamente ante su percepci�n, en el o la “alfa” de la jaur�a y estar�n agradecidos hasta el �ltimo d�a de su existencia.
La moraleja de esta historia, se encuentra en las palabras de Milan Kundera: “La verdadera bondad del Ser Humano, s�lo puede manifestarse con absoluta limpieza y libertad en relaci�n con quien no representa fuerza alguna. La verdadera prueba de la moralidad de la humanidad, la m�s honda (situada a tal profundidad que escapa a nuestra percepci�n), radica en su relaci�n con aquellos que est�n a su merced: Los animales”.
Esperamos que alg�n d�a, la mayor�a de Seres Humanos entienda y aplique esto, que se logre comprender que solamente somos una especie m�s, entre miles. Mientras tanto, desde nuestras organizaciones continuaremos pregonando la aplicaci�n de “El Poder de Uno”, en las campa�as de educaci�n ambiental.
Ay�denos usted tambi�n a transmitir estos mensajes: detengamos la �ltima esclavitud.
Columnista huésped | 7 de Abril 2007
4 Comentarios
Siempre recuerdo un pensamiento muy hermoso de Facundo Cabral: “Quisiste atrapar el ave y solo lo has enjaulado, quisiste ser su se�or y solo lo has matado, te equivocaste hermano, la fuerza no esta en las manos, para ser due�o del ave hay que gozar de su color, de su canto y de su vuelo, que de nada vale la alegr�a si es a costillas del llanto”. Y es tan sencillo ese proceder, solo basta la buena voluntad de colocar en el patio de la casa unos pedazos de banano todas las ma�anas y se disfrutar� de viudas, yiguirros, pecho amarillos, zetilleros. Todos ejerciendo plenamente la libertad.
Gracias Luis por su comentario. Resulta un verdadero paliativo en esta amargura consumista que a diario tenemos que llevar como castigo… y que precipita nuestra propia ca�da. Una carencia SERIA del costarricense, dentro de su educaci�n, es “dar por descontado” que la riqueza natural existe a su alrededor en abundancia, por lo que hay que agotarla “a lo loco”. (Un proceso inconsciente realmente extra�o, inaceptable, y que mueve una voluntad “macabra” de visi�n de la naturaleza). Por eso siempre valorar� los enormes esfuerzos que en APREFLOFAS, ustedes llevan a cabo.
Luis Mar�n, me parece que su preocupaci�n es compartida por muchas personas, incluso por algunas que hayamos ocupado posiciones en las que pudimos haber hecho m�s por combatir esta barbaridad. Lo que hay que hacer es prohibir totalmente ese tipo de esclavitud as� como el exterminio, ll�mese cacer�a deportiva o cultural. Ya nadie caza para alimentarse. Pero la decisi�n, como yo lo pude comprobar, debe ser inducida desde afuera porque adentro, me refiero a la autoridad competente, no lo veo factible aunque t�cnicos y directores del SINAC est�n de acuerdo y lo promuevan. Coincido en que la educaci�n es el mejor instrumento para resolver este y muchos otros problemas que enfrentamos respecto al uso que damos a la naturaleza, pero ahora debemos actuar r�pido, solicitar la prohibici�n total de cacer�a y captura e iniciar un buen proceso de educaci�n en todo el pa�s y en todos los niveles. Yo aprend� de una manera dura, pero me qued� para siempre. Era un jovencito de 13 a�os cuando con unos amigos, “disfrutando” de la naturaleza con un rifle de copitas, matamos siete yiguirros, yo dispar� a uno y me doli�, pero me enferme cuando de regreso uno de los supuestos amigos, el due�o del rifle, tra�a una varilla de guitite con los siete inocentes asesinados colgando pico abajo, con orgullo como si fuera un trofeo. A�n recuerdo lo que sent� y de c�mo pas� los sguientes d�as. Nunca m�s podr�a hacer una cosa de esas. El problema es que ahora es de cierto modo legal y oficialmente permitido, pero quienes apoyan esta posici�n oficial y esta legislaci�n. Se deben contar con los dedos, aunque sean los dedos gordos.
Me llena de orgullo pensar que en nuestro pa�s a�n existan personas y organizaciones preocupadas por nuestra biodiversidad, y en especial de aquellas especies animales que se encuentran confinadas a un carcel, sin haber cometido crim�n alguno. La problematica es ser�a, las personas no comprenden que al encerrar un animal, estamos acabando con su descendencia, estamos acabando con la posibilidad de que miles se semillas puedan ser dispersadas, entre muchas otras funciones ecol�gicas que cumple un animal, por ahora, la educaci�n y una Ley con m�s peso,son nuestras mejores armas, pero hay que trabajar duro para cambiar esa cultura y lograr que muchos otros se nos unan.