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Aprobaron lo desconocido

Columnista huésped | 11 de Abril 2007

Por Rodrigo Carazo Odio

Costa Rica ha vivido �pocas duras derivadas de la ilusi�n y las promesas: un ferrocarril que se entreg� a sus constructores por lustros y que cuando m�s se necesitaba era chatarra.

Muy ni�o, tuve la suerte de participar oponi�ndonos a las Compa��as El�ctricas, nacidas para traer luz a Costa Rica y que a pesar de ser negocio para sus due�os –empresa extranjera– jam�s impuls� la superaci�n social de nuestro pueblo.

Esos ejemplos podr�an ser acompa�ados por muchos otros.

Hoy, cuando el pa�s logr� comprender que la riqueza no surge solo del poseer recursos, sino particularmente de saberlos usar en beneficio de todos, nos viene el TLC: 22 cap�tulos en los cuales se destila la absorci�n del pa�s por las grandes empresas.

Desaparecer� el que seamos propietarios de la infraestructura de comunicaciones y de electricidad, aunque se diga que no se privatizan. Se impone el famoso Consenso de Washington que tiene m�s de Washington que de Consenso; se negocia con base en ideas ajenas diciendo s� a lo que se nos impone, con total desconocimiento de los alcances del TLC convertidos en mandatos importados; se abre el comercio libre a lo que desde 1924 descubrimos que era una pirater�a mundial: los seguros comerciales; desaparece la banca nacional argumentando que ahora los bancos privados abren m�s horas sus puertas pero ocultando que cierran casi en su totalidad los cr�ditos para el desarrollo; nos desean atraer argumentando que M�xico exporta hoy m�s mercanc�as, pero ocultando que el hermano pa�s ha exportado millones de seres humanos que han perdido sus oportunidades de trabajo en la patria y las buscan en patria ajena, sufriendo todo lo que ya se sabe. Se nos oculta lo que dicen los Notables de que el “TLC no significa para Estados Unidos ninguna modificaci�n sustantiva en su institucionalidad” en tanto “compromete al pa�s a la realizaci�n de cambios institucionales sustantivos” ya que la “Ley de implementaci�n aprobada por el congreso de aquel pa�s se�ala expresamente que las leyes ordinarias, federales y estatales, prevalecen sobre el tratado”.

Nos limita el TLC el dominio de nuestros mares y sus riquezas pero Estados Unidos define en el tratado lo que desea y le conviene.

Nos quitan el acceso propio a decenas de miles de kil�metros cuadrados de mar jurisdiccional.

Esos 22 cap�tulos del TLC constituyen una realidad y sorprende que se nos hayan impuesto as� como estan.

Me niego a renunciar al derecho a que Costa Rica sea Naci�n y abogo porque con los se�ores del Norte seamos siempre sus amigos, pero jam�s que aceptemos ser su propiedad.

La lucha es de coraz�n, no es ideol�gica, es costarricense.

En diciembre de 1993, La Rep�blica tuvo la gentileza de publicar un art�culo en el que afirm� que la habilidad del Presidente Clinton hab�a transformado la “parroquial Am�rica” en el mercado m�s grande del planeta: el TLC agregu�, suscrito con euforia por M�xico con Estados Unidos y Canad�, debe ser observado con cuidado por los costarricenses puesto que la realidad mecantilista norteamericana dirigida por una clase empresarial capaz y agresiva, hab�a transformado su mercado local en uno extenso y activo que va desde el estrello de Bering hasta el Usumacinta, desde Alaska hasta la frontera M�xico-Guatemala.

Pero lo incluido en ese art�culo no fue ninguna novedad: La Naci�n del 13 de noviembre de 1996 da cuenta de lo ocurrido en reuni�n de expresidentes de la Rep�blica celebrado en cada de don Luis Alberto Monge en la que “con la objeci�n del expresidente Rodrigo Carazo Odio, los restantes cinco exmandatarios recomendaron la venta de bienes estatales como la opci�n “m�s promisoria” para intentar reducir a la mitad la deuda interna y frenar su descontrolado crecimiento”.

Ahora, trece a�os despu�s, M�xico sufre su TLC, en Costa Rica se negoci� el TLC sin que los costarricenses se dieran cuenta de lo que era (hasta se incluyen 402 p�ginas en ingl�s en ese tratado tan desconocido: -desde la p�gina 2124 hasta la 2526 seg�n copia foliada y sellada por el Ministerio de Comercio Exterior de Costa Rica –en mi poder-, en cuya p�gina 2505 aparece en anexo 3.3, bajo c�digos 93011100 y 93011900 respectivamente seg�n su descripci�n “Self-propelled artillery weapons” y “Artillery weapons other than self-propelled” con un “Arancel Base” Free en ambos casos.

Tantos a�os despu�s del inicio de la negociaci�n del TLC, se incurre en el irrespeto a la patria de que lo negociado se aprob� en ingl�s y seg�n el Ministro de Comercio Exterior del gobierno anterior, fue archivado en la OEA sin haber sido debidamente foliado.

Sin ser abogado, como simple costarricense, me he opuesto a ese TLC y creo que los tribunales de mi pa�s, respetables como deben ser, jam�s lo aprobar�n.

A quienes no han le�do ese TLC les llamo la atenci�n: ser� posible que un pa�s democr�tico apruebe lo desconocido para que por all� transite la Naci�n.

Llevo quince a�os de luchar por la no aprobaci�n del TLC, en ello seguir� para vivir con la conciencia tranquila.

Columnista huésped | 11 de Abril 2007

2 Comentarios

* #1638 el 13 de Abril 2007 a las 10:44 AM arabella salaverry dijo:

Gracias, Don Rodrigo. Cada uno de los ciudadanos conscientes de este pa�s se lo agradecemos profundamente!

* #1646 el 15 de Abril 2007 a las 05:11 AM Erika Henchoz Castro dijo:

Siempre es necesaria la recapitulaci�n de hechos y cohechos! La frase aqu� dicha por don Rodrigo, debe convertirse en lema nacional!

“La lucha es de coraz�n, no es ideol�gica, es costarricense”!

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