Por Jaime Garc�a Gonz�lez y Luis Paulino Vargas Sol�s, catedr�ticos universitarios; Mario Valverde Montoya, presidente de la Asociaci�n de Tutores; Mario Alfaro Z��iga, secretario general del sindicato UNE-UNED; en representaci�n del Frente UNED contra el TLC
Ante la posici�n que el peri�dico La Naci�n atribuye en estos d�as a uno o varios de los rectores universitarios que conforman el Consejo Nacional de Rectores (CONARE) expresamos lo siguiente ante las comunidades y autoridades de las universidades p�blicas y la ciudadan�a costarricense en general:
1) Lamentamos profundamente la manipulaci�n que se ha hecho de CONARE, y por su medio de las universidades p�blicas, con el fin de respaldar la imposici�n del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos. Tal es lo que han hecho autoridades del gobierno y poderosos medios comerciales de prensa, con motivo de la invitaci�n que en d�as pasados fue realizada a los rectores y la rectora a Casa Presidencial. Ello contradice y mancha toda una tradici�n universitaria basada en el pensamiento cr�tico e independiente y en el compromiso con la soberan�a, la justicia y la democracia. Al respecto, no es en modo alguno aceptable el que CONARE haya podido olvidar que este Tratado tan solo viene a radicalizar la agenda neoliberal que por m�s de veinte a�os se ha demostrado incapaz de promover un desarrollo justo, inclusivo, democr�tico y ambientalmente respetuoso. Recordemos, adem�s, que esos medios se caracterizan por violar sistem�ticamente los principios m�s b�sicos del pluralismo y la libertad de expresi�n, y que las citadas autoridades hacen un ejercicio antidemocr�tico del poder al negar todo espacio de di�logo ciudadano abierto y equitativo. Es simplemente deplorable que se manipule de esta manera la imagen y el prestigio de las universidades p�blicas para hacerlas aparecer respaldando tan tristes realidades.
2) Advertimos que un compromiso con la promoci�n del di�logo, para ser genuino, necesariamente debe reconocer lo inapropiado y peligroso que resulta la idea de una democracia reducida a simple ritual y procedimiento, tal cual sucede en este momento en la Asamblea Legislativa. Si la democracia consiste tan solo en emitir el voto cada cuatro a�os y, a partir de ah�, guardar manso silencio, de lo que estamos hablando es, en realidad, de una democracia sin contenido. Por el contrario, sectores cada vez m�s amplios del pueblo costarricense exigen un ejercicio pleno de la ciudadan�a, cosa que inevitablemente conlleva la vigencia de una participaci�n efectiva y la certeza de que las voces ciudadanas ser�n escuchadas y respetadas. No nos queda claro que es lo que, seg�n La Naci�n, proponen al respecto alguno o algunos de los rectores �Se trata acaso de acallar a esa ciudadan�a, negarle voz y derecho a manifestarse y participar a fin de que reine, sin l�mites ni contrapesos, un simple ritual basado en los procedimientos? Esta es, a todas luces, una idea de raigambre antidemocr�tica, que, adem�s, resulta por completo falaz a la luz del hecho, bien demostrado, de que la ruptura del orden institucional ha venido precisamente de estos mismos sectores oficiales.
3) Enfatizamos que nada pone en mayor peligro esa institucionalidad -por la que ciertos medios y autoridades gubernamentales se rasgan hip�critamente sus vestiduras- que la negativa al di�logo. El movimiento social de oposici�n al TLC ha sido reiteradamente injuriado por autoridades del gobierno y de la Asamblea Legislativa y por los medios comerciales de prensa que son sus aliados y, frente a eso, ese movimiento ha respondido una y otra vez con argumentos serios y fundamentados y con una actitud de gran madurez c�vica. Frente a esta sistem�tica violencia gubernamental y medi�tica, ha primado la protesta y resistencia pac�ficas. Negarse al di�logo con un movimiento ciudadano a tal punto pluralista, democr�tico y maduro no solo es cerrar las v�as para que, a futuro, podamos avanzar hacia una efectiva profundizaci�n y ampliaci�n de la democracia. Es tambi�n negarse a canalizar los procesos sociales por v�as civilizadas y respetuosas. Si esto no se hace, con ello se propiciar� la acumulaci�n de las tensiones sociales y, por lo tanto, se crear�n las condiciones para que la paz social pueda verse alterada. Pero, en tal caso, los responsables ser�n quienes se parapetan en el ritual como medio para acallar la voz de la ciudadan�a �Es a esa idea de “di�logo” a la que se hace referencia cuando se insiste que tan solo son aceptables los procedimientos estatuidos? �Resulta �ticamente aceptable y pol�ticamente conveniente esa tesis que promueve una aplicaci�n de la ley divorciada de las realidades sociales e ignorante de la vida concreta de la personas? �No instituye esto la injusticia como criterio de base del orden social? �Est�n concientes aquellos rectores, que aparentemente apoyan esta idea, acerca de las graves implicaciones que esto conlleva?
Es en este contexto que hacemos un respetuoso llamado al CONARE para que restituya el respeto a la tradici�n universitaria p�blica, hoy tristemente mancillada, y para que, si en efecto le interesa el di�logo, no se deje atrapar en el ritualismo de los procedimientos por cuyo medio se quiere vaciar de contenidos democr�ticos efectivos el sistema pol�tico de Costa Rica.
Mercedes de Montes de Oca, martes 13 de marzo del 2007
Columnista huésped | 14 de Marzo 2007
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