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Las migajas del tirano

Columnista huésped | 2 de Febrero 2007

Por Oscar Aguilar Bulgarelli, historiador

Lo que est� pasando en Costa Rica, a nadie le debe extra�ar. Fuimos perfectamente advertidos, pero una minor�a apenas superior al 40% del electorado que fue a las urnas en febrero del 2006, no quiso creerlo o pusieron o�dos sordos a las advertencias.

El actual Presidente de Costa Rica, Oscar Arias S�nchez, siendo candidato del PLN, declar� sin tapujos en el peri�dico La Prensa Libre del 3 de setiembre del 2005, que “la ingobernabilidad se ha adue�ado de la administraci�n Pacheco de la Espriella y por eso, las reformas importantes como el Plan Fiscal y el TLC no avanzan. Bajo esa premisa, creo que es mejor evitar el caos y la anarqu�a y PROMOVER LA TIRANIA EN DEMOCRACIA…

No escucharon, ignoraron aquellas palabras, y hoy vivimos esa tiran�a, sustentada en varios hechos y estrategias: la gran prensa nacional, copart�cipe de la tiran�a, por medio de su dictadura medi�tica oculta y apoya las imposiciones del gobernante de turno, que fue impuesto por sus due�os; tambi�n es la creadora de una imagen medi�tica del tiranuelo, al que no se cansan de alabar, publicando obras y logros que no son solo de su gobierno, aunque eso sea vestirse con ropa ajena; o bien, exponiendo sin “bondadosa” actitud de tirar migajas de su sueldo presidencial que, como �l dijo, no lo hace ni m�s pobre ni m�s rico; es decir, regalar con tremendo aforo medi�tico lo que le sobra, pero eso no es caridad, es un insulto; cabe entonces recordar aquella sentencia: lo que haga tu mano derecha…que no lo sepa la izquierda…

Se lanza contra la tiran�a de Fidel Castro en Cuba, cuya mala fama es bien merecida; pero se regodea con la herencia neoliberal de la dictadura pinochetista de Chile, que por ser de derechas, si se la traga. Entonces, vamos conociendo los gustos de don Oscar.

Pero cada quien corre por su migaja, as� algunos diputados van a Zapote a recoger las suyas convertidas en proyectitos de ley, a cambio de su docilidad legislativa para avalar actos antidemocr�ticos, desp�ticos y dictatoriales, ordenados en la Presidencia de la Rep�blica y ejecutados por un napoleoncito en la Asamblea Legislativa; lo que a su vez es festejado en Llorente, por medio de la empresa period�stica que tiene la sart�n por el mango y editorializa, con vela o sin ella, a favor de los actos que hacen sus aliados y empleados gubernamentales.

Pero adem�s, han logrado a trav�s de la manipulaci�n medi�tica, que los costarricenses crean que “di�logo” es estar de acuerdo con la imposici�n tir�nica, y que disentir de ella es ser, casi, aliado del diablo, comunista y anticostarricense.

Tir�nicamente se puede afirmar que “es m�s f�cil cambiar los 10 mandamientos que el TLC” y a eso llaman di�logo, lo que es igual a dar por cerrada la discusi�n en la Comisi�n de Asuntos Internacionales, sin dar la palabra a representantes populares anti TLC, tan leg�timos, como los que se postran ante el TL�.

Se ha llegado a tal extremo, que hasta nombraron como embajador ante un organismo internacional, a un m�sico que recogiendo sus “limosnas al piano” y, cantara una opera tr�gica porque no lo dejaban escuchar las loas al TLC., sordo debe ser.

No, esta no es la l�nea costarricense; se equivoca quien quiere jugar de “tiranuelo” y los que lo acuerpan, aupan, bendicen (�que los hay y de alta jerarqu�a!, porque a los sacerdotes de parroquia los acusan por decir la verdad, como es el caso del padre Ronald Vargas de la Cruz, Guanacaste) y le cantan loas. Di�logo es verdadero inter�s en conciliar; pero a eso siempre los tiranos de verdad, le han tenido miedo y no lo permiten, pero m�s los “tiranuelos” que, generalmente, son m�s limitados, por eso no hay que tenerles miedo.

Columnista huésped | 2 de Febrero 2007

1 Comentarios

* #1342 el 2 de Febrero 2007 a las 11:51 AM Jorge Rodr�guez Hern�ndez dijo:

“La mala fama de la tiran�a de Fidel Castro en Cuba, es bien merecida”

Por el Lic. Jorge Rodr�guez Hern�ndez, C�nsul General de Cuba

El t�tulo contiene las palabras que sobre Cuba, dijo el Dr. Oscar Aguilar Bulgarelli en su art�culo publicado en el No. 521 de este Semanario.

Efectivamente, Cuba tiene mala fama porque en 1959 la tierra de las empresas norteamericanas y latifundistas fue repartida entre los campesinos; se cerraron los prost�bulos y los casinos de juego; se erradic� la mendicidad; se nacionalizaron las empresas y los bancos extranjeros y su propiedad pas� a manos del pueblo; se elimin� el analfabetismo y el parasitismo infantil, entre otros.

Tambi�n porque a los esbirros; torturadores y asesinos de la tiran�a en lugar de ser linchados por el pueblo se les someti� a juicios p�blicos donde fueron sancionados de acuerdo a la gravedad de sus cr�menes; porque los m�s de 1200 mercenarios que organizados y financiados por la CIA invadieron Cuba en 1961, no purgaron largas condenas de c�rcel ni se les aplic� la pena capital por su delito de alta traici�n a la patria y fueron canjeados por alimentos y medicinas.

Fidel tambi�n goza de mala fama porque habiendo sido hijo de un hombre acaudalado y pudiendo haber accedido al gobierno utilizando su poder econ�mico, prefiri� abrazar la causa de los pobres; suicidarse como clase; arriesgar su vida; someterse a la voluntad popular en dos elecciones cada cinco a�os y correr el riesgo de m�s de 600 intentos de asesinato por desafiar a la mayor potencia imperial.

Muy merecida la mala fama porque en 48 a�os de Revoluci�n no haya habido un desaparecido; un torturado; un periodista o pol�tico asesinado; no se conozcan escuadrones de la muerte; fuerzas paramilitares ni ejecuciones extrajudiciales; que los cubanos tengamos el derecho a postular candidatos; aspirar y ser electos a cualquier cargo sin necesidad de pertenecer a un partido pol�tico ni gastar sumas millonarias en campa�as medi�ticas y acudir a las urnas cada dos a�os y medio para elegir a nuestros representantes y que en nuestros procesos electorales participe m�s del 95% de los electores y nunca haya habido un fraude.

No es buena reputaci�n que la esperanza de vida de los cubanos haya pasado de 62 a�os en 1959 a 78 a�os en 2006; que la mortalidad infantil sea hoy de 5,3 por mil nacidos vivos la m�s baja de Am�rica Latina y mejor que la de Estados Unidos; que practiquemos la solidaridad y no la caridad p�blica; contar hoy con m�s de 36 mil trabajadores de la salud prestando servicios en m�s de 68 pa�ses salvando vidas; que m�s de 2 millones de personas hayan podido alfabetizarse con el m�todo “Yo si puedo” y que la UNESCO haya premiado a Cuba por esta modesta contribuci�n a la erradicaci�n del analfabetismo.

Obviamente es una muy mala fama que la tasa de desempleo en Cuba sea de 1,9%; que el 85% de la familia cubana sea propietaria de su vivienda; que nadie se muera de hambre o desnutrici�n ni por falta de asistencia m�dica; que la escolaridad m�nima sea de 9no. grado; que se hayan formado m�s de 800 mil profesionales y que otros m�s de 600 mil cubanos est�n estudiando actualmente en nuestras universidades. Es mala fama que podamos proclamar que en Am�rica Latina hay 209 millones de pobres; 81 millones de indigentes, de ellos 41 millones de ni�os menores de 12 a�os y que 22 millones trabajen agotadoras y largas jornadas; 53 millones de hambrientos y 42 millones de adultos analfabetos y ninguno sea cubano. Para Cuba es un honor y un orgullo tener mala fama por concitar el odio del imperialismo y contar con el amor; el respeto; la amistad y solidaridad de millones de seres humanos que aspiran a un mundo mejor y con mayor justicia social. Por ello nos tenemos muy bien merecida nuestra mala fama. A mucha honra.

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