Por Marjorie Ross
Las personalidades a las que su tiempo no les hace justicia, seguro han de so�ar secretamente con que alg�n magn�fico bi�grafo futuro los resucitar� y los har� valer para las nuevas generaciones. Eso es justamente lo que ha hecho Armando Vargas Araya con el Dr. Antonio Zambrana (1846-1922), sac�ndolo de las p�ginas empolvadas de libros, peri�dicos y revistas olvidados, para ofrecernos sus aportes invaluables.
Son muchas las aristas desde las cuales hacer una lectura de esta nueva obra de Vargas (El Doctor Zambrana, EUNED, 2006). Si lo vemos desde el punto de vista del g�nero literario, hablaremos del estilo actual que ha aplicado el autor, contextualizando de manera admirable la �poca en la que vivi� el Maestro Zambrana, mencionando con pertinencia a sus contempor�neos notables, las obras que influyeron en su pensamiento, los azarosos mares de la pol�tica cubana y de la nuestra en los que naveg�, sus encuentros y desencuentros con Mart�, Maceo, Dar�o y otras figuras c�lebres.
Es un lugar com�n insoslayable se�alar que el buen bi�grafo se convierte en detective de la historia, buscando con acuciosidad los menores fragmentos de la vida del personaje que es su objeto de estudio, para irlo reconstruyendo desde los m�s variados �ngulos. Debe decirse que esto lo hace Vargas Araya con el apasionamiento y la honestidad intelectuales que no pueden menos que producir obras impecables, tambi�n llenas de entusiasmo y contagiosas en su admiraci�n por el protagonista, de quien �nos cuenta don Armando� Luis Dobles Segreda dijo que la naturaleza �lo hab�a dotado con dones excelsos: una mente poderosa, una visi�n prof�tica, una palabra profunda, una energ�a formidable y un coraz�n desbordado de belleza. Y fue suyo el verbo de la democracia y fue suyo el verbo de la libertad: la libertad que fue siempre en �l fundamento de su tolerancia, la democracia que fue siempre en �l base de su fraternidad sin l�mites�.
Por otro lado, si aplicamos al libro el lente de las identidades, veremos irse conformando influencias culturales elaboradas desde la cuban�a (a Zambrana se le llam� alguna vez �un pedazo del coraz�n de Cuba�), pero dentro de un amplio escenario mundial al que no le son extra�as las grandes ciudades de entonces, y que termina reelaborando un s�lido hilo de lo costarricense, de una manera tal que hermana al biografiado con su bi�grafo en su amor por Costa Rica. No en balde a Zambrana se le defini� tambi�n como �el ap�stol m�s avanzado de las ideas democr�ticas� en nuestro pa�s. La lectura de la vida del Maestro Zambrana nos da una lecci�n acerca de las ra�ces de la Costa Rica de hoy y este libro excelente deber�a ser de lectura obligada para fortalecer el ideario democr�tico de nuestras juventudes.
Gracias a Armando Vargas Araya por esta mirada apasionada sobre nuestra historia.
(Semanario El Financiero)
Columnista huésped | 16 de Enero 2007
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