Por Gloria Valer�n
Muchos de quienes seguimos de cerca los acontecimientos pol�ticos hemos visto al Partido Acci�n Ciudadana y a su l�der manteni�ndose en las trincheras legislativas a prop�sito de la oposici�n al TLC.
Hace dos d�as don Ott�n hizo un llamado a una lucha civilista, democr�tica pero que ahora abarcar� tambi�n la protesta popular, la conformaci�n de un gran bloque de fuerzas anti TLC.
Para los detractores de esa lucha y de don Ott�n se sirve a la mesa un suculento platillo del que tratar�n de satisfacerse cuanto puedan. Para quienes creemos que hay que resguardar la democracia, el llamado de don Ott�n es un acto de coherencia entre su decir y su hacer.
La posibilidad de manifestar la opini�n en las calles es un derecho inalienable de los costarricenses y es absolutamente razonable, sobre todo, cuando se han violentado los procedimientos legislativos de manera grave, y con ello el mismo sistema democr�tico, como ha ocurrido con el tr�mite del TLC.
Se realizaron 46 audiencias pero quedaron pendientes otras tantas. Adem�s, muchas de las opiniones solicitadas por la comisi�n quedaron pendientes de recibirse, siendo esas opiniones importantes para que los legisladores tomaran una decisi�n reflexiva y sopesada antes de dictaminar el proyecto.
Se resolvi� establecer un plazo para la votaci�n del TLC en comisi�n, el 12 de diciembre. Y no es que establecer un plazo sea incorrecto. Lo que es necesario dilucidar es si ese plazo resulta razonable. Obviamente, cuando se cercena la discusi�n de casi 300 mociones, resulta evidente la violaci�n al derecho de enmienda y con ello al principio democr�tico. Por lo menos en estos t�rminos ha razonado la Sala Constitucional en los �ltimos seis a�os cuando acusa vicios graves en el procedimiento legislativo, similares a los aqu� ocurridos.
Se argumenta, con mucha ligereza, que habr� oportunidad de presentar esas mociones en la fase de Plenario. El camino legislativo de las mociones de fondo en Plenario no tiene la misma naturaleza que el de la comisi�n.
Esta permite un debate amplio, reflexivo, reposado mientras que los tres d�as que establece el Reglamento para que la comisi�n dictaminadora conozca las mociones v�a 137, resultan del todo estrechos para dar una discusi�n seria de las propuestas.
Si no quisieron dar la discusi�n en el seno de la comisi�n cuando era la oportunidad para hacerlo, es de esperar que mucho menos quieran dar esa discusi�n en el estrecho plazo de tres d�as que establece el 137, con lo que el resultado ser� que muchas de las mociones que antes no se conocieron tampoco puedan ser conocidas en esta oportunidad y se declaren rechazadas.
El conocimiento de un proyecto de ley, y sobre todo de uno como el TLC, no puede convertirse ni en tiran�a ni en formalismo. Es hora de exigir respeto a la democracia por todos los caminos posibles. Una actitud d�cil solo es esperable de aquellos que nunca hemos sido los costarricenses: siervos menguados.
(Diario Extra)
Columnista huésped | 20 de Diciembre 2006
3 Comentarios
Muy claro don Ott�n dijo que primero se iba a respetar el proceso en la Asamblea Legislativa, ahora, coherentemente est� llamando a la movilizaci�n porque son los del Lili quienes no lo est�n respetando. Adelante don Ott�n.
Comprendo el esfuerzo y el deseo de Do�a Gloria en querer lavar la cara de Ott�n, desgraciadamente fue el mismo Ott�n quien se la ensuci� con una serie de actitudes,expresiones y actuacionesen en contra de las manifestaciones callejeras
Lavar el bald�n que Ott�n ha inferido al pueblo no se logra ni con todo el IREX del mundo
Hay un error fundamental que Ott�n ha cometido: pretender renunciar a la movilizaci�n ciudadana como instrumento de lucha y confiarse tan solo al espacio parlamentario. Decir que primero deb�a agotarse la lucha parlamentaria -en la versi�n ottonista reducida a ritual formalista- antes de recurrir a la movilizaci�n, es exactamente lo que La Naci�n y compa��a quer�an oir. Entre tanto, el movimiento ciudadano se desmovilizar�a. Reactivarlo posteriormente ser�a tarea de titanes. Desde luego, Ott�n no ser�a quien asumir�a tama�o esfuezo.
Ahora parece que don Ott�n rectifica. Acepta que el patriotismo demanda no dejar espacios vac�os; ni el parlamentario ni el de la calle. Esta lucha ha de librarse en todos los frentes que sea necesario.
Esperemos que esa rectificaci�n no sea tard�a. Digo tard�a, en lo que a don Ott�n respecta, a ver si as� recupera estatura como l�der, despu�s del descalabro a que, por propia terquedad, se conden� ante el movimiento ciudadano organizado.
Bienvenida la participaci�n de Ott�n en la movilizaci�n ciudadana y popular en las calles.
Bievenida una lucha parlamentaria que no tema a las descalificaciones que La Naci�n proferir� por millares.
De cualquier forma, solo el tiempo dir� si Ott�n recupera el peso pol�tico y el respeto que alguna vez tuvo en el movimiento social organizado de Costa Rica.