Termino hoy mi labor por este a�o, dese�ndoles a todos, o sea al conjunto de todos nosotros que se llama Costa Rica, un 2007 mejor que el a�ito que estamos comenzando a despedir.
Un editorial aparecido el 21 en La Naci�n, pretende dividir a los ticos en dos grupos, en estos t�rminos: �Diferentes grupos� se han combinado para objetar no la pr�ctica sino los principios del sistema democr�tico costarricense, para anteponer la democracia callejera a la democracia representativa, y con aquella la descalificaci�n de la Asamblea Legislativa y de los tribunales de justicia�.
Generalizaci�n peligrosa, puesto que pretende, mentirosamente, que quienes protestan en la calle est�n violando los derechos sacrosantos de los diputados. (Lejos est�n los a�os 54 a 58, cuando La Naci�n editorializaba contra la �soberbia� de la fracci�n mayoritaria de la Asamblea).
De lo que se trata, claramente, es de que los ciudadanos tenemos el derecho de expresar a los diputados c�mo querr�amos que votaran los asuntos que tienen en estudio, y entre los medios que tenemos para ejercerlo est� el concurrir a la barras de la Asamblea. Lo que pasa es que en las barras cabe poca gente (las del viejo Palacio Nacional acomodaban con facilidad a m�s de doscientas personas; las actuales ni a veinte).
Y cuando las barras est�n llenas, �d�nde? A lo largo de la historia, se han dado casos en que manifestaciones callejeras han detenido proyectos de ley peligrosos. El editorialista de La Naci�n debi� averiguar qu� sucedi� en San Jos� y por obra de qui�nes, el s�bado 15 de mayo de 1943, antes de escribir lo que escribi� contra esa supuesta democracia de calle. Ese 15 de mayo es una fecha hist�rica de nuestra democracia, como lo fue (aunque no estaba el Legislativo de por medio) el 7 de noviembre de 1889. Y ambas ocurrieron en la calle. Como sucedi� en la calle lo del �combo� del ICE pronto har� siete a�os.
La calle, no suplantando sino indicando una voluntad.
El editorialista a lo mejor cree que el fraude que se tem�a en el 89, la entrega a los diputados del recuento de votos en el 43 y la destrucci�n del ICE en el 2000, debieron ser aprobadas, dado que, seg�n deduzco, los funcionarios o diputados, en cada caso deb�an haber podido hacer lo que les diera la gana (a ellos o a los de arriba).
Los ciudadanos, creo, tenemos el derecho de expresar nuestra opini�n sobre los asuntos p�blicos. Y los funcionarios, la obligaci�n de atender la opini�n de los ciudadanos. No s�lo, como algunos pretenden, la �opini�n que se publica�, sino tambi�n, la que no tiene acceso a la prensa y se manifiesta como puede.
No se trata de una cosa contra la otra, sino de que convivan, como ha sido siempre y espero que lo siga siendo.
(La Rep�blica)
Alberto F. Cañas | 23 de Diciembre 2006
4 Comentarios
De esto se trata.
Y hay gente que no lo entiende, en todas partes, lamentablemente.
Por eso es por lo que vale la pena trabajar.
! Gracias Don Alberto! por su comentario de hoy. Ese guante no s�lo se le debe plantar al editorialista del d�a 21, sino tambi�n al que hizo el de hoy 23. Por sus frutos les conocer�is, dice el libro de los libros, lo que hace suponer que es la misma persona que cree, que los derechos de disenso de los ciudadanos, son un cheque en blanco para que sus �representantes� hagan lo que su inepcia les permita o lo que los grandes y vedados intereses les impongan. Lo que hemos visto en lo actuado por la Comisi�n de Internacionales, no deja otra opci�n para que se oiga nuestra voz, que las calles.
Gracias Don Alberto, su oportuno art�culo nos recuerda que La Naci�n siempre ha estado al servicio de los grandes intereses, algunos abogamos por el Referend�n Resolutivo, est� en el TSE, sabemos que es dif�cil pero es un instrumento que nos da nuestra CP.Enero ser� mes de definiciones, estara presente en las calles toda la ciudadan�a hoy preocupada por el tr�mite de este TLC.Saludes desde Curridabat.
El d�a que se prohibi�, con el desd�n de todos los diputados, manifestarse a la gente en las calles, ese mismo d�a se acept� la tiran�a intelectual que hoy nos consume.