La elecci�n del domingo con su esperable resultado, deber�a inducirnos a meditar sobre la forma que le venimos dando a la democracia costarricense, que, para algunos, se limita al voto, y que los elegidos hagan durante cuatro a�os lo que les d� la gana, aunque la votaci�n que obtuvieron estuviese lejos de ser un mandato.
Otros pensamos que la democracia hay que vivirla todos los d�as. Y nos sentimos contentos de que la gente vuelva a desfilar por las calles, como en 1938, 1941 y 1943: estudiantes, trabajadores sindicalizados o no, amas de casa, simples ciudadanos. Algunos timoratos se asustan de que sindicatos hayan participado en la organizaci�n de recientes desfiles, pero m�s bien debieron sentirse satisfechos. Los desfiles son, para los sindicatos, lo que los campos pagados para las c�maras. Ni las c�maras desfilan ni los sindicatos pagan campos.
El expresidente Monge ha lamentado que estemos por convertirnos en un pueblo con voto y sin voz. Lo que pas� el domingo nos puede hacer pensar que aunque tenga voto, no lo ejerce si no cree que va a servir de algo, y est� considerando que el voto en s� de poco sirve, si no hay medio de que se escuche la voz.
Nunca he cre�do en esa �democratizaci�n� que ha puesto los partidos en manos de muchedumbres. Si un grupo de ciudadanos pensantes funda un partido para sostener determinadas ideas, tiene derecho a dirigir ese partido, y no la obligaci�n de entregarlo (como lo sostiene la ley costarricense) al control de quienes se adhirieron a �l. Estamos viviendo hace a�os el resultado de asambleas en cuyas votaciones triunfa el l�der local que m�s primos, cu�adas y sobrinos llev� a la asamblea. Y nos quieren convencer de que eso es democracia aut�ntica, y que de algo sirve.
La elecci�n de alcaldes no interes�. Las elecciones municipales tampoco interesan. Desde que se cometi� el error de dar dietas a los regidores, se perdi� el esp�ritu de servicio y hasta de sacrificio que llevaba a pr�ceres como don Cleto a aceptar curules municipales.
Desgraciadamente, todas las tonter�as que a lo largo de las d�cadas vinieron cometiendo Liberaci�n y el PUSC, pasaron a ser leyes de la Rep�blica. Y el resultado es que cada vez un mayor n�mero de ciudadanos se desinteresa de las elecciones, pues sabe que la democratizaci�n de los partidos impuesta por ley, no ha democratizado nada, y ha conspirado contra la calidad y virtudes que se deben exigir de un funcionario.
De all� que los ciudadanos esperen y deseen cambios, pero no program�ticos sino morales: una �tica pol�tica como la que prevaleci� a partir del 48 y durante m�s de dos d�cadas.
Todo lo que se ha venido llamando democratizaci�n no ha pasado de ser formalismos legales sin contenido verdadero. Y llevamos ya cinco elecciones: las tres del 2002 y las dos del 2006, en que el descontento con esas cosas se ha hecho patente mediante el creciente abstencionismo.
La grader�a de sol se apoder� de la bola. El resultado es que el p�blico no la aplaude, ni se interesa en el resultado del partido (de los partidos, m�s bien). Quienes hemos venido sosteniendo con toda la fuerza de nuestro esp�ritu una posici�n fundamentalmente �tica, y andado escasos de dinero para que nuestro mensaje llegue a todos, podemos sentirnos, no digo satisfechos pero s� contentos de que las cosas salgan y vayan saliendo como hemos predicho. Mejor suerte para el pa�s en el 2010.
(La Rep�blica)
Alberto F. Cañas | 6 de Diciembre 2006
3 Comentarios
Creo como don Alberto que cada qui�n tiene su espacio en la sociedad. Que las calles son el espacio de los que la traducen en tribuna, cuando a las “otras tribunas” les colocan candados o “agujas” tan de moda para restringir el libre tr�nsito bajo la excusa del resguardo de la seguridad.
Por eso le he preguntado al mismo Ott�n, por qu� su resistencia a las marchas, si a menudo se queja de que las tribunas “legales” no le dan un campito. Como si los sindicatos estuvieran proscritos, fueran ilegitimos, o instrumentos del diablo, rehuye una alianza democr�tica.
�Acaso los democratas norteamericanos, por los que “mueren” algunos, no responden a las “unions”?, �o el flamante Primer Ministro Tony Blair no es acaso el l�der del partido laborista, el partido de los trabajadores…?
Los grandes l�deres pol�ticos se prueban en las calles. Los grandes acad�micos en la Universidad o en los Institutos de investigaci�n. Los dem�s en la gelatina, en el s�, como que no. Solo la capacidad de arriesgar hace grande a los l�deres, y solo los que rompen paradigmas y producen rupturas sirven para conducir en las grandes encrucijadas los pueblos hacia formas diversas de esperanza.
Mire Iris sin duda apreciable dama, no vengamos ahora a decir el cuentico de que Ott�n no marcha en las calles y que por eso la gente nio sali� a votar. Quiero decirle que yo no soy empleado p�blico ni universitario, adem�s siempre me opongo a los desplantes callejeros. Tengo mi propio negocio, y s� he salido a marchar contra el TLC, postul� mi nombre para concejal en las elecciones del pasado domingo, a los empleados p�blicos y universitarios a los cu�les acompa�e en las marchas contra el TLC ninguno de ellos fu� a votar por m� y mucho menos para el candidato a alcade de mi cant�n. Pero, tampoco fueron a votar por otros candidatos de otros partidos. Simplemente ten�an actividades m�s importantes, que el acudir a las urnas.
Si lecci�n clara me dejaron las pasadas elecciones es: que para muchos la democracia se defiende en horas de oficina,de lunes a viernes de 8am a 4pm, feriados no se defeiende…
Por eso las pr�ximas marchas sindicales contaran con este gato si son en domingo, no tengo tiempo entre semana para ir a manifestarme en contra de algo.