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La Cultura de Paz y los deberes de la Neutralidad

Columnista huésped | 16 de Noviembre 2006

Por Luis Alberto Monge. Palabras en el aniversario 23 de la Proclama de la Neutralidad Perpetua, Activa y No Armada de Costa Rica.

El 17 de noviembre de 1983, cuando como Presidente de la Rep�blica emit� la solemne proclama, es fecha que se enlaza con otros hitos en el desarrollo hist�rico de la vocaci�n pac�fica de nuestra patria.

� El 1� de diciembre de 1948 fue la disoluci�n del ej�rcito como instituci�n permanente, decisi�n constitucionalizada en la Carta Magna de 1949.

� El 5 de diciembre de 1980 la Organizaci�n de las Naciones Unidas resolvi� hacer suya la iniciativa de Costa Rica que estableci� la Universidad para la Paz.

� El 10 de diciembre de 1987 el Presidente Constitucional cosech� el Premio N�bel de la Paz, tras cinco a�os de candidatura del Pueblo de Costa Rica en la instituci�n del Parlamento o en la persona del Presidente.

� El 8 de setiembre de 2004, el Derecho a la Paz fue reconocido como derecho humano fundamental, valor rector de la sociedad costarricense enmarcado en el Derecho de la Constituci�n.

Estos y otros jalones son elementos en la construcci�n de una Cultura de Paz, consustancial al proceso de desarrollo de nuestra nacionalidad.

La Cultura de Paz se arraiga en los valores del respeto a la vida, la libertad, la justicia y la equidad, la consideraci�n mutua y la integridad personal.

Costa Rica contribuye al avance civilizatorio de la humanidad al propugnar por la Cultura de Paz, contrapuesta a la dominante cultura de guerra.

La cultura de guerra se sostiene sobre el acceso inequitativo al poder y a los recursos naturales, la desigualdad social y la acumulaci�n de armamentos.

El porvenir de la especie humana depende de la superaci�n de la cultura de guerra por la Cultura de Paz. Es un desaf�o espiritual y �tico, de consecuencias pr�cticas.

� Es necesario apartar la l�gica de competencia entre enemigos y sustituirla por la comprensi�n, la tolerancia y la solidaridad.

� Los ej�rcitos y la carrera armamentista deben reemplazarse por un acuerdo de desarme completo que comience por regiones y pueda extenderse al mundo.

� El autoritarismo debe cambiarse por la participaci�n ciudadana.

� El secreto y la propaganda deben recambiarse por la libre circulaci�n de la informaci�n y el conocimiento.

� La violencia estructural y f�sica debe trocarse por el respeto de los derechos humanos.

� La dominaci�n de g�nero debe transformarse por la igualdad entre la mujer y el hombre.

� La educaci�n para la guerra debe permutarse por la educaci�n para la Cultura de Paz.

� La explotaci�n de los d�biles y del ambiente debe transformarse por un desarrollo socioecon�mico justo.

Como bien dijo este domingo Su Santidad Benedicto XVI: �Es necesario eliminar las causas estructurales ligadas al sistema de gobierno de la econom�a mundial, que destina la mayor parte de los recursos del planeta a una minor�a de la poblaci�n�.

Estos conceptos, aparentemente sencillos, encierran un programa de valores para la regeneraci�n del esp�ritu humano.

Nuestra acci�n individual, social y nacional se encuadra as� en una aspiraci�n que cada d�a gana m�s adeptos a la Cultura de Paz.

Dicho lo anterior, quiero recordar los deberes que impone la Neutralidad al Estado.

� No iniciar ninguna guerra.

� No hacer uso de la fuerza, incluyendo cualquier amenaza o represalia militar.

� No participar en una guerra entre terceros Estados.

� Defender efectivamente la neutralidad e independencia con todos los recursos materiales, jur�dicos, pol�ticos y morales posibles.

� Practicar una pol�tica exterior de neutralidad a fin de no involucrarse real o aparentemente en ning�n conflicto b�lico.

Adem�s, Costa Rica se comprometi� a extender sus deberes de Estado perpetuamente neutral a los conflictos armados dentro de los Estados.

Los deberes de la Neutralidad aparejan estos derechos.

� Ejercer el derecho fundamental del Estado a elegir nuestro sistema pol�tico, econ�mico, social y cultural.

� Rechazar cualquier intento de violentar ese derecho fundamental del pueblo.

� Defender con voluntad inquebrantable nuestra paz, nuestra libertad y nuestra democracia.

� Desarrollar una pol�tica de relaciones pluralistas en el campo internacional.

� Participar y cumplir con los compromisos contra�dos en la Organizaci�n de las Naciones Unidas, en la Organizaci�n de los Estados Americanos y en aquellos organismos internacionales cuyos objetivos de paz, amistad y cooperaci�n sean compatibles con nuestra neutralidad perpetua.

� Respetar la libertad de expresi�n y a suministrar a los ciudadanos una informaci�n adecuada sobre la situaci�n internacional y sus implicaciones para nuestra naci�n.

Asimismo, Costa Rica dispuso:

� Luchar en todos los foros contra la carrera armamentista y contra la soluci�n militar de los conflictos pol�ticos.

� Mantener la decisi�n de no reestablecer el ej�rcito y de mejorar los cuerpos de polic�a civil.

� Continuar fincando nuestra defensa externa en la voluntad del pueblo y en los mecanismos de derecho internacional que hacen realidad el principio de la seguridad colectiva.

� Luchar permanentemente en el �mbito de las ideas y de la pol�tica por la prevalencia del sistema democr�tico de Occidente; por el respeto a la dignidad de la persona y de los derechos humanos; por lograr un r�gimen econ�mico y social justo en las relaciones entre Estados.

� Servir con honestidad, cuando as� nos sea solicitado, la causa de la mediaci�n y la conciliaci�n, y realizar toda gesti�n y obra humanitaria que nos sea posible, en los casos de conflicto, inclusive los de car�cter b�lico.

Estos son los deberes y derechos que Costa Rica asumi� serena y seriamente ante la comunidad de las naciones.

Las derivaciones de estos deberes y derechos son muchos. En la hora actual cabe mencionar dos.

� Costa Rica opt� voluntariamente por limitar su libertad de acci�n en temas relacionados con la manufactura y el comercio de armas. M�s a�n, se comprometi� a luchar en todos los foros contra la carrera armamentista y contra la soluci�n militar de los conflictos pol�ticos. As� fue notificado a todas las naciones en un acto soberano que conlleva responsabilidades normadas por el Derecho Internacional. El pa�s podr�a exponerse a sanciones internacionales de permitirse aqu� la elaboraci�n de cualquier tipo de armas b�licas.

� La Constituci�n Pol�tica fija en sus art�culos 50 y 74 las caracter�sticas principales del Estado Social de Derecho. Para cambiar el modelo solidario por otro, se requiere no un acto legislativo sino la decisi�n de una Asamblea Nacional Constituyente. No puede violentarse el derecho fundamental del pueblo a elegir nuestro sistema pol�tico, econ�mico, social y cultural.

La Neutralidad impone obligaciones al Estado, no a las personas.

La proclama Presidencial del 17 noviembre 1983, fue integrada como elemento esencial del Derecho a la Paz, parte del esp�ritu que inspira la Constituci�n de 1949, seg�n la sentencia de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia n�mero 09992, de las catorce horas, con treinta y un minutos del ocho de setiembre de 2004.

Gracias, infinitas gracias, por acompa�arnos a recordar el d�a en que la peque�a Costa Rica se sinti� potencia moral y decidi�, unilateralmente, declararle la paz al mundo. Con inquebrantable fe y con firme esperanza en la Cultura de Paz para la humanidad, los invito a otro encuentro el �D�a de la Neutralidad 2007�.

Columnista huésped | 16 de Noviembre 2006

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