� China le vende $250.000 millones a Estados Unidos sin ning�n tratado comercial
Por Ott�n Sol�s, economista
Costa Rica ha sido y seguir� siendo parte de la econom�a global. El asunto est� en c�mo competir exitosamente: para algunos, simplemente firmando programas de Ajuste Estructural o Tratados de Libre Comercio. Estos son paquetes de pol�ticas id�nticas para todos los pa�ses, independientemente de sus diferencias. Los PAE y el TLC parten de dogmas ideol�gicos, y por ello no construyen pol�ticas a partir del estudio de las especificidades y de las aspiraciones de cada pa�s, sino de su recetario.
Los dogmatismos siempre han encontrado pensadores locales que, al profundizar en sus propuestas, las acogen con lealtad y las defienden con celo, a tal grado que reiteradamente ignoran las propuestas hechas desde el pa�s.
Esos pensadores locales no afirman, al atacar a quien dude del TLC, que sus propuestas sean deficientes o que est�n erradas, sino que no existen. Para esos pensadores, globalizaci�n es homogeneizaci�n; avance es decir s� al dogma importado de manera ciega y total; expresar dudas o proponer reformas es obstruccionismo; oponerse al recetario universal es no tener propuestas; imitar la prontitud con que Nicaragua o Guatemala acogen el recetario es ser estadista.
Existe un conjunto de medidas sustantivas que permitir�an vender m�s en Estados Unidos y a cualquier parte del mundo. Se trata, por un lado, de bajar costos promedios de producci�n, lo que es esencial para la competitividad; por el otro, de reducir los riesgos de invertir, lo que es clave para la retenci�n y la atracci�n de capitales sanos. Las reiteramos una vez m�s aqu�, por supuesto de manera resumida, debido al poco espacio.
En cada caso, mediante an�lisis rigurosos realizados por acad�micos de prestigio o por personas con experiencia empresarial y laboral, se han identificado las herramientas espec�ficas para alcanzarlos.
Primero, debemos mejorar la calidad del capital humano por medio de un mejoramiento de la calidad de la educaci�n p�blica. Segundo, debemos desarrollar la ciencia, la tecnolog�a y la innovaci�n, y apropiarnos de ciertos mercados por medio de ventajas tecnol�gicas. Por ejemplo: el pa�s tiene posibilidades de innovar en la agricultura org�nica, el manejo de desechos, la maricultura y la acuicultura, la industria limpia, para competir en los mercados verdes. Tercero, debemos mejorar la productividad del sector p�blico para que preste servicios baratos y eficientes al sector privado. Cuarto, debemos mejorar la infraestructura de transporte por tierra, as� como la calidad de los aeropuertos y puertos. Quinto, debemos bajar las tasas de inter�s y la inflaci�n, y estabilizar el tipo de cambio, con disciplina fiscal y monetaria. Sexto, debemos bajar la corrupci�n al m�nimo, mejorar la transparencia, y garantizar requisitos y procedimientos neutrales y predecibles. S�timo, debemos tener un plan de largo plazo que evite las ocurrencias y oscilaciones electorales y que le sirva de gu�a al empresario para decidir d�nde invertir. Octavo, debemos garantizar la paz social mejorando las oportunidades de las personas esforzadas y honrada y construyendo decisiones mediante el di�logo con las organizaciones sociales y pol�ticas.
Tambi�n hemos estudiado la historia de los pa�ses exitosos. De ah� hemos aprendido que no hay uno solo que haya puesto en pr�ctica el conjunto de pol�ticas que Costa Rica tendr�a que adoptar si se ratificara el TLC. No lo hacen hoy, y menos cuando ten�an nuestro nivel de desarrollo. Por ejemplo, para sorpresa de algunos que parecen creer que sin TLC no podremos vender a EE. UU., China le vende $250 000 millones sin tratado. Sus bajos costos de producci�n debidos, dentro de otros factores, a sus bajos salarios, explican parte del �xito. Nosotros m�s bien queremos salarios crecientes, pero el asunto de los costos debe ser afrontado, en nuestro caso, incrementando la productividad con las medidas arriba enumeradas.
No intentamos tener el monopolio de la verdad. En Costa Rica existen propuestas de la Tercera Rep�blica, de Crisol, de la Uccaep, el Informe de los Notables, s�lo para mencionar algunas. En todas ellas encontramos opciones serias y numerosas convergencias. �C�mo es que algunos escogen ignorar todo esto y suponer que no existen propuestas excepto las contenidas en el TLC?
(La Naci�n)
Columnista huésped | 9 de Septiembre 2006
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