Me pregunt� el lunes un periodista, mientras conmemor�bamos los cien a�os de Don Pepe, cu�l pienso yo que habr�a sido la reacci�n del viejo ante el TLC. Ampl�o ahora la breve respuesta que le di.
Don Pepe nunca habr�a accedido a negociar un tratado de libre comercio que incluyera a otros pa�ses que viven una etapa hist�rica diferente a la nuestra y no han tenido un desarrollo similar al de nosotros, y m�s bien le habr�a pedido a los Estados Unidos, como buenos amigos nuestros que han sido, un tratado particular con Costa Rica que tomara en cuenta esas diferencias de desarrollo y de espacio-tiempo hist�rico. Adem�s, habr�a confiado la negociaci�n del tratado a plenipotenciarios de alt�simo nivel, incluyendo en el equipo negociador a representantes de los distintos grupos sociales y partidos pol�ticos, pues habr�a estimado que en un asunto de tant�sima trascendencia hay que tomar en cuenta la opini�n de todos los sectores, y no s�lo la de los adictos al gobierno, y habr�a instruido al equipo negociador para plantear tesis costarricenses que ser�an del conocimiento p�blico, y no s�lo para decir s� a cuanto propusiera la contraparte, y conceder y comprometerse a cuanto les pidieran, ni ofrecer lo que no les estaban pidiendo. En dos platos, la negociaci�n no habr�a estado a cargo exclusivamente de neoliberales convictos y confesos, y se habr�a realizado a la luz del d�a, para llegar a un tratado que no mezclara a Costa Rica con econom�as que pasan por etapas de desarrollo distintas a la nuestra.
Ahora bien, la pregunta que me hac�a el colega periodista se refer�a concretamente al tratado que est� en la Asamblea. Es obvio que a Don Pepe no le habr�a gustado, porque no toma en cuenta las diferencias que existen entre los otros pa�ses que lo firmaron con Estados Unidos, y nosotros. Pero si Don Pepe hubiese estado vivo, la negociaci�n no se habr�a hecho como la hicieron sino, me parece, como acabo de suponer.
Como puede verse, las diferencias entre la Costa Rica de Don Pepe y la que estamos padeciendo ahora, no son solamente de fondo. Tambi�n lo son de forma, de tr�mite, de manera de ver, enfocar, hacer y resolver las cosas.
Pongo por ejemplo esto que me dijo en estos d�as un compa�ero de aquel entonces. Don Pepe siempre legisl� de manera general y para todos. Jam�s se le ocurri� dictar o proponer leyes para proteger a este grupo o a aquel otro. Legislaci�n a favor de los exportadores, exoneraciones a favor de ciertos inversionistas, ley para favorecer la pensi�n de determinados funcionarios o educadores. Nada de eso. Aunque le puso el ejec�tese a cierta legislaci�n de ese tipo, ella la originaron diputados liberacionistas de partida espec�fica y de ley espec�fica, de esos que le hac�an problemas a Don Pepe. El gobernaba para el pa�s, sin dividirlo en departamentos estancos, y no para los grupos de presi�n. Por ejemplo, y ya que dije estancos: en los del Consejo de Producci�n pod�an abastecerse, si as� lo quer�an, los millonarios. Estoy seguro de que algunos lo hac�an aunque abominaran de su existencia.
(La Rep�blica)
Alberto F. Cañas | 30 de Septiembre 2006
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