Los diputados liberacionistas han recibido una advertencia muy sui generis, que consiste en que les han indicado, solicitado o exigido que no intenten modificar el proyecto de presupuesto para el 2007 que ha presentado el Poder Ejecutivo.
Es curiosa la indicaci�n, solicitud o exigencia, porque es la negaci�n redonda del principio que dio origen a la democracia. La democracia naci� en Inglaterra cuando los habitantes lograron que los gastos p�blicos debieran ser definidos y aprobados por los representantes del pueblo, con la capacidad de decir que no al gasto que no les gustara.
Y as� arrancaron la participaci�n popular en las decisiones p�blicas, y el poder de los cuerpos legislativos nacidos de elecciones populares.
Pero desde que los neoliberales, Chicago Boys o como se le llame a cierta escuela de economistas siglodieciochescos se infiltraron en los partidos tradicionales de Costa Rica, y se apoderaron de ellos, los dominaron y dominaron los gobiernos, entr� a regir una consigna neoliberal, que se reduce pr�cticamente a una dictadura casi absoluta del Ministro de Hacienda.
Los presupuestos nacionales dej� de elaborarlos el Ministerio de Planificaci�n y los asumi� el de Hacienda. Y hasta se lleg� a presentar, (por parte de don Miguel Angel Rodr�guez cuando fue diputado) una reforma constitucional que consagraba esa dictadura ministerial (pero sin convertir al ministro en funcionario de elecci�n popular), reforma que el redactor de esta columna logr� mandar al canasto en la Asamblea Legislativa 1994-1998, para alivio de la esencia democr�tica.
El Presupuesto Nacional, si ha de ser democr�tico, ha de ser producto de estudio y an�lisis por los diputados que conforman la Comisi�n de Asuntos Hacendarios, y no del asentimiento rotundo de los diputados yesmen que el Presidente Ejecutivo designa para integrar esa comisi�n.
Sabemos bien que desde hace d�cadas los economistas neoliberales (bachilleres, licenciados, maestros o doctores) han asumido toda la sabidur�a del mundo, raz�n por la cual el funcionario m�s alto del Estado es de facto el Ministro de Hacienda� ya que el Presidente de la Rep�blica no es obligatoriamente un economista� y menos un economista neoliberal.
De alguna manera tenemos que empe�arnos en que del verdadero poder pol�tico, naturalmente, no desaparezcan los economistas, pero s� en que el poder de facto que ahora tienen, lo compartan con los abogados (que dominaban anta�o), con los polit�logos, con los soci�logos y con los historiadores� puesto que tienen una visi�n de lo que el pa�s ha sido y de c�mo se ha desarrollado, visi�n m�s importante, a la hora de procurarle un futuro, si se basa en algo m�s que en los editoriales del Wall Street Journal, que algunos devoran con fruici�n.
Si el Partido Liberaci�n Nacional desconf�a tanto de la capacidad y buen juicio de sus diputados, se�al es de que politique� las papeletas y de que no procur� (como ocurr�a antes) elegir legisladores capacitados bien selectos, sino pegabanderas. Es terrible que un partido pol�tico tenga tan escasa confianza en sus diputados, que una vez elegidos les indica c�mo deben comportarse y olvidarse de lo que tradicionalmente y en todos los pa�ses democr�ticos, ha sido la pr�ctica parlamentaria respecto a los presupuestos.
(La Rep�blica)
Alberto F. Cañas | 13 de Septiembre 2006
1 Comentarios
De nuevo, hay que preguntarle a don Beto, entonces porqu� ellos s� votaban, como Yes Men, todo lo que don Pepe, Oduber y Orlich tiraban al ruedo.! Como la Ley Vesco, la ley de las Aut�nomas, para citar algunas.