� Una prensa pluralista y libre es importante para la democracia
Por Rodolfo Brenes Vargas, abogado
Seg�n los fil�sofos de la Ilustraci�n, la libertad de expresi�n es “uno de los derechos m�s preciosos del hombre”. Los tratados internacionales sobre derechos humanos la conciben como la libertad de recibir, buscar y difundir informaciones, ideas u opiniones de toda �ndole y sin consideraci�n de fronteras. Entendida en su justa dimensi�n, implica el reconocimiento del car�cter pluralista de la sociedad y obliga a proteger la libre manifestaci�n de las distintas opiniones art�sticas, culturales, pol�ticas, econ�micas, etc.
La protecci�n del pluralismo tiene consecuencias sobre todas las personas, emisores y receptores de mensajes, pero de modo especial sobre los medios de comunicaci�n. Primero en cuanto a los mensajes que emanan de ellos, pues deben reflejar las diferentes posiciones, ideas o criterios respecto a los asuntos de inter�s p�blico. Segundo, en cuanto a la existencia y organizaci�n de los medios, pues el Estado debe garantizar una libertad que permita crear f�cilmente empresas de period�sticas, de manera que haya una pluralidad de operadores y no una o unas pocas empresas que dominen el mercado.
Pero el pluralismo no se protege exclusivamente permitiendo la libre creaci�n de empresas, sino tambi�n procurando que ese pluralismo inicial se mantenga y no sucumba a las fuerzas del mercado, que tienden a la concentraci�n de los medios. La “concentraci�n” es el fen�meno de apropiaci�n progresiva de los medios por parte de una o varias empresas predominantes. A menudo sucede que esas empresas de prensa son adquiridas por bancos, entidades financieras, fondos de inversi�n y afines, lo que puede suponer la primac�a de intereses comerciales y econ�micos en el tratamiento de la informaci�n.
La Unesco, la Comisi�n Interamericana sobre Derechos Humanos, el Consejo de Europa y la Uni�n Europea, entre otros, han se�alado que la concentraci�n de los medios de comunicaci�n conlleva gran peligro para la libertad de expresi�n. Sin duda, si una sola voz llegara a ser predominante, se lesionar�a la libre expresi�n de las diversas concepciones pol�ticas, art�sticas o culturales. Asimismo, podr�a ocurrir un empobrecimiento y “uniformaci�n” del contenido, la amplitud y el enfoque de la informaci�n period�stica, con peligro para la democracia.
En Costa Rica comienzan a verse fen�menos de concentraci�n. El Grupo Naci�n comprende los peri�dicos La Naci�n, Al D�a, el semanario El Financiero y revistas como Perfil. Tiene tambi�n participaci�n en el Grupo Latinoamericano de Radiodifusi�n, titular de 3 frecuencias de radio. El Grupo de Comunicaci�n Monumental es titular de 6 frecuencias de radio, entre ellas las de Radio Monumental y Radio Reloj. La Sociedad Period�stica La Extra, Ltda., agrupa el Diario Extra, La Prensa Libre, Extra TV 42 y Radio Am�rica. Por �ltimo, Repretel acapara las frecuencias de los canales de televisi�n 4, 6 y 11. A ello debemos agregar que, de acuerdo con informaciones publicadas recientemente en el Diario Extra, los Grupos Naci�n y Repretel tienen inter�s en adquirir el Grupo Monumental.
Si bien estimo que en el caso costarricense no se puede afirmar que estos fen�menos de concentraci�n est�n lesionando la libre expresi�n, lo cierto es que es importante abrir un debate al respecto. La existencia de una prensa pluralista y libre es tan importante para la democracia que no debemos sustraernos por m�s tiempo de la discusi�n y an�lisis de la cuesti�n.
(La Naci�n)
Columnista huésped | 1 de Agosto 2006
2 Comentarios
Y para rematar, La Naci�n que tan mala administraci�n tiene, donde las utilidades son �nfimas para los accionistas pretende dictar c�tedra sobre c�mo el ICE (la empresa m�s grande de Am�rica Central) debe manejarse.
�Qu� bocado m�s sabroso pretenden tragar “con la cacareada apertura de telecomunicaciones” los lagartos que con fauces abiertas, est�n a la espera de un TLC que acaba con el ICE!… y llevar grandes ganancias a los bolsillos de unos pocos.
La concentraci�n de la riqueza es tan grande que pronto las 14 familias de El Salvador, ser�n democracia econ�mica comparado con lo que sucede en Costa Rica donde no llegar�n ni a diez las familias ricas y todos los dem�s seremos peones del capitalismo salvaje.