Disminuir tamaño de letraAumentar tamaño de letraImprimir paginaEnviar esta pagina por e-mailAmpliar el ancho de la paginafluid-width

Los alemanes de la carta

Luko Hilje | 17 de Agosto 2006

NOTA DEL EDITOR: Complace mucho anunciar que acaba de salir el nuevo libro de nuestro colaborador Luko Hilje Q. intitulado Karl Hoffman: naturalista, m�dico y h�roe nacional (Editorial INBio, 2006). Est� a la venta desde hoy en el INBioParque y, a partir de la pr�xima semana, en varias librer�as de la capital y provincias. Quienes viven en el extranjero, pueden adquirirlo por Internet, en www.inbio.ac.cr/editorial. La presentaci�n de la obra se realizar� en el Museo Hist�rico Cultural Juan Santamar�a (100 al norte de la esquina noroeste del parque central de Alajuela) el jueves 7 de setiembre a las 19h00, con el auspicio de la Comisi�n de Celebraci�n del Sesquicentenario de la Campa�a Nacional 1856-1857. Ese mismo d�a habr� un tributo a la memoria del Dr. Hoffman en su tumba del Cementerio General (San Jos�).

En uno de los primeros art�culos de esta serie relat� que, al sobrevenir la agresi�n filibustera, el 1� de marzo de 1856 don Juanito recibi� una hermosa carta suscrita por 35 alemanes residentes en San Jos�, ofreciendo defender a esta su segunda patria. Pero cabe preguntarse qu� sucedi� con ellos en el curso de la Campa�a Nacional y posteriormente, por lo que aqu� incluyo datos sobre los destinos de algunos que, como se ver�, ser�an bastante dis�miles y hasta contrapuestos.

En realidad, pocos fueron al frente de batalla, quiz�s por tener hijos por los cuales velar, pero varios contribuir�an desde la capital, aportando v�veres o dinero. De hecho, all� morir�an de c�lera cuatro que no hab�an suscrito la carta, pero que se incorporaron despu�s a nuestro ej�rcito: Teodoro Sch�fer, Pablo von St�lpnagel, Franz Blotenberg y el bar�n Alexander von B�low. Este �ltimo, quien vivi� en Turrialba primero como jefe de la Sociedad Berlinesa de Colonizaci�n, desde 1854 era superintendente general de caminos, pero don Juanito lo nombrar�a coronel -con 55 a�os de edad entonces-, destacando como estratega militar en Rivas. En Prusia hab�a tenido un hijo que muri� infante y enviudar�a, por lo que all� se cas� con Mar�a Teresa von Picol, sin dejar descendencia. Adem�s de ella, a Costa Rica lo acompa�� su sobrino Carlos, quien se casar�a con Domitila Acosta y procrear�a tres hijos, pero su apellido desaparecer�a en el pa�s.

Cabe indicar que, aunque don Juanito respondi� la famosa carta a Guillermo Nanne y Horacio Lutschaunig -cercanos amigos suyos-, en realidad �sta fue redactada por el Dr. Francisco Ellendorf. Adem�s, supongo que �ste fue el de la idea de la carta, pues era un hombre solidario y cabal, tanto que fue de los pocos que se libr� de la mordaz pluma de su paisano viajero Wilhelm Marr, quien lo calificara como �un alem�n alegre y bondadoso�, as� como de �hombre fino y gallardo, [que] hab�a conquistado ya una brillante clientela y ser�a riqu�simo si no tuviese tan buen coraz�n�. Por cierto, tras participar en las batallas del r�o San Juan, a�os despu�s regresar�a a su patria, donde fungir�a como c�nsul honorario de Costa Rica en Westfalia.

Asimismo, junto con el Dr. Karl Hoffmann, que fungiera como Cirujano Mayor -a quien he mencionado varias veces en esta serie y sobre quien escrib� un libro completo-, figur� Rodolfo Quehl, con el grado de capit�n, aunque ser�a su ayudante de enfermer�a. Residente en Puntarenas, hab�a llegado en 1853 y se cas� con Alvine Johanning, con quien tuvo tres hijos. Fue ayudante de von B�low supervisando los caminos del Pac�fico y -tras la guerra- trabajar�a en lo mismo con Francisco Kurtze. Amigo fiel, acompa�ar�a a Hoffmann en su lecho de muerte, y le servir�a de amanuense y albacea. En 1868 se march� a El Salvador, donde ejerci� como ingeniero y militar, y muri� en 1896. Toda su descendencia proviene de su hijo Jos� Rodolfo, gracias a lo cual en dicho pa�s hoy se conserva el apellido en una numerosa prole, algunos muy notables all�.

Otro que destac� como estratega fue Kurtze, quien fue segundo ingeniero del Ej�rcito. Casado con Mar�a Francisca Bedoya, procre� siete hijos, pero su apellido desaparecer�a en el pa�s. Como ingeniero y director de Obras P�blicas construy� mucha infraestructura, como puentes, caminos y edificios, incluyendo el Hospital San Juan de Dios, la F�brica Nacional de Licores Nacional y la fachada de la parroquia de Heredia. Adem�s, elabor� una ambiciosa y detallada propuesta para construir una ruta ferroviaria interoce�nica, que no pudo financiarse entonces, lamentablemente.

Asimismo, de los que no fueron al frente de batalla, hubo tres (de los cuales el �ltimo no hab�a firmado la carta, no s� si por residir en Cartago o por adversar a don Juanito) que descollaron entonces, ya fuera por sus actividades econ�micas o intelectuales o por su actitud ante los sucesos econ�micos y pol�ticos de la �poca: Otto von Schr�ter, Guillermo Nanne y Fernando Streber.

El primero era un prominente cafetalero y banquero (cofundador del Banco Anglo Costarricense), llegado en 1852 como representante de la sucursal londinense de la empresa importadora Fruhling & Goschen; despu�s se aliar�a con el ingl�s Eduardo Joy en la Sociedad Joy & von Schr�ter. Casado con la estadounidense Mary Francis Riotte, tuvo dos varones, y morir�a en Suiza a los 80 a�os. En el pa�s a�n hay numerosa descendencia con su apellido, derivados de su hijo Luis Otto, quien se cas� con Melanie Adelman y tuvo tres hijas y dos hijos.

Por su parte, Nanne naci� en 1828 y hab�a llegado a California durante la fiebre del oro, pero se marchar�a a Per� y Chile, para despu�s recalar en Costa Rica, donde se dedic� al comercio, la producci�n de caf� y la miner�a. Fue socio de don Juanito y hombre de su confianza. De hecho, tras el destierro de �ste, en diciembre de 1859, mientras Mora permanec�a de paso en un barco atracado frente a Puntarenas, se le solicit� actuar como intermediario para negociar un pacto que inclu�a varios beneficios econ�micos para aqu�l. Fue entonces cuando llev� la oferta escrita de Juli�n Volio, ministro de Hacienda, y trajo consigo la carta de respuesta a Volio. Esto derivar�a en una situaci�n muy lamentable, pues despu�s Mora neg� haber escrito lo que dec�a su carta y aleg� que era falsa, lo que oblig� a Nanne, sumamente dolido, a confrontarlo por la prensa.

A pesar de esto, no se enemistaron. Por el contrario, casi un a�o despu�s, cuando de veras ocurri� la invasi�n, arrib� con varios paisanos a Puntarenas (de ellos, Alberto Collar morir�a en combate) e incluso comand� una lancha ca�onera estacionada frente a La Angostura. Sin embargo, en cierto momento, prudente aconsej� a don Juanito pactar, para evitar la tragedia que sobrevendr�a, y anunci� que se retiraba. No obstante, se le encausar�a por sedici�n y se le condenar�a a muerte junto con otros, pero despu�s su pena ser�a conmutada. Por cierto, con el ej�rcito hab�a llegado como m�dico Alexander von Frantzius, naturalista y amigo cercano del Dr. Hoffmann.

En 1873 Nanne ser�a nombrado director general del Ferrocarril de Costa Rica. Casado con Mercedes Escalante -con quien tuvo nueve hijos-, se trasladar�a a vivir en Guatemala, donde muri� en 1895. Se involucr� con sus hijos en la construcci�n del ferrocarril del puerto de San Jos� a Escuintla. De ellos, Ricardo -de quien descienden todos los Nanne de nuestro pa�s- regres� a Costa Rica, y los dem�s permanecieron all�, donde hay una amplia prole con dicho apellido.

Finalmente, Streber hab�a llegado en 1853 desde Nicaragua, donde su esposa lo abandon� junto con su hijo Ricardo, quien de adulto regresar�a a Alemania. En Costa Rica, con Pantaleona Fallas procre� a Federico, de quien se deriva una amplia descendencia. Conflictivo, aunque brillante y vers�til, fungi� como abogado y funcionario de la Sociedad Berlinesa, tras lo cual litig� por muchos a�os. Ac�rrimo opositor a don Juanito y allegados, a quienes fustigaba desde el peri�dico Nueva Era -vocero de los golpistas, el cual dirigi� por un tiempo-, ser�a magistrado, fundador del Registro P�blico, primer director de la Oficina de Estad�stica, director de La Gaceta, autor de la Ley Hipotecaria y secretario del primer Cuerpo de Bomberos. Regresar�a Alemania, donde fue Ministro Consejero de Costa Rica en Berl�n, y morir�a all�.

S�. Destinos dis�miles los de estos alemanes, marcados por una �poca convulsa que los empujar�a a militar en bandos irreconciliables en nuestra sociedad de entonces. Quedaban atr�s, apenas para la a�oranza, aquellos d�as de concordia cuando, ante el peligro que se cern�a sobre su nueva patria, hab�an anotado con firmeza sus nombres en la memorable carta enviada a don Juanito.

Luko Hilje | 17 de Agosto 2006

5 Comentarios

* #637 el 6 de Septiembre 2006 a las 09:46 PM Luis Rojas dijo:

Luko, felicitaciones por una brillante joya hist�rico-geneal�gica, digna de los Hilje, de quienes solamente conozco bien a Brunilda. Y personalmente a vos por breves momentos, cuando adquir� tu libro anterior y que tengo a mucho orgullo autografiado.

* #640 el 8 de Septiembre 2006 a las 11:30 AM Conrad Streber dijo:

Gracias por darnos a conocer aunque sea una parte de nuestra historia, como podr� saber no es muy f�cil encontrar alguna informaci�n sobre nuestro origen, muy agradecido….

* #2345 el 30 de Agosto 2007 a las 11:06 AM Esteban Rivera dijo:

Hola, me parece muy buena la informacion. Me gustaria tener contacto con ud para una investigacion que hago sobre esos primeros alemanes y los pasajeros del barco ANTOINETTE que llego en 1853. Mi mail es [email protected]

* #2700 el 27 de Octubre 2007 a las 09:24 PM Charlie dijo:

es muy interesante el conocer esos datos de nuestras raices, gracias al autor x encender una luz en esa parte de nuestra genealog�a. Carlos Fonseca Streber

* #30163 el 10 de Noviembre 2009 a las 05:54 PM ricardo streber dijo:

Gracias por toda esta informacio, no se si habra mas sobre los streber, de ser asi le agradeceria informarmelo

Publique su Comentario




Recordar mis datos?


Reglas para publicar comentarios: Antes de publicarse, cada comentario será revisado por el moderador. Su dirección de e-mail no aparecerá.