Nuestra Costa Rica, ha sido un pa�s muy especial, donde desde que se recibi� la noticia que ser�amos independientes de Espa�a, se tom� con la paciencia y la mesura que requer�a un evento tan relevante. La imperecedera frase �esperar a que se aclaren los nublados del d�a� marc� indeleblemente la inclinaci�n del pueblo costarricense a la prudencia y la paciencia como partes esenciales de la v�a costarricense para hacer las cosas.
La gran tradici�n c�vica costarricense, se inicia con don Juan Mora Fern�ndez, nuestro primer jefe de Estado que es un maestro y no un militar, que supo dar forma a un estado donde el pensamiento y no la fuerza decidir�an el porvenir.
Esa forma de tomar decisiones en el momento apropiado, nada tiene que ver con la pasividad o la renuncia de ideales. Fue Juanito Mora quien en 1856 hizo un llamado inminente a los costarricenses cuando dijo: ��Compatriotas! a las armas! Ha llegado el momento que os anunci�, demostrando que somos un pueblo que cuando llega el momento oportuno tiene valor para resolver sus asuntos.
El ex Presidente Ricardo Jim�nez dec�a que en nuestro pa�s para lograr que algo funcionara deb�a hacerse �a la tica, sancochado en nuestro propio fuego de le�a de caf� y servido con nuestra salsa�.
La abolici�n del ej�rcito, nos evit� desperdiciar recursos en mantener una in�til milicia, y en su lugar nuestros esfuerzos se encaminaron a la educaci�n y la salud de las mayor�as, alcanzando con ello niveles de bienestar comparables a los de pa�ses grandes y con mayor desarrollo.
Con el sacrificio de varias generaciones llegamos a tener para orgullo del pa�s, obras magn�ficas como el ICE que alumbr� y comunic� al pa�s de mar a mar y de frontera a frontera. Con la creaci�n del Banco de Seguros y luego del INS, el pa�s protegi� a los costarricenses de las adversidades mercantiles, industriales, agr�colas y personales; cubri�ndolos adecuadamente ante la adversidad y siendo una industria netamente nacional. Hoy es la m�s desarrollada del �rea.
Nuestra democracia solidaria ha demostrado ser exitosa. S� hay cosas por mejorar, ese es el reto permanente de la humanidad. No es destruyendo lo que se ha construido, como se consigue el progreso.
La forma herm�tica y secreta en que se “negoci�” el Tratado de Libre Comercio, al extremo que nuestro �equipo negociador� dijo no pod�an revelar la estrategia, priv� al pa�s del conocimiento oportuno de lo que estaba en juego, algo m�s que un acuerdo comercial.
Esta actitud se agrava con la firma apresurada el texto negociado. Para mayor sorpresa de la ciudadan�a la Comisi�n de Asuntos Internacionales, el recinto parlamentario que por excelencia debe ser de debate e intercambio, se ha convertido en una camisa de fuerza que una vez m�s priva a los costarricenses de manifestarse libremente.
Prueba de la afirmaci�n anterior, es que la Comisi�n de Asuntos Internacionales no ha dado audiencia a sectores de ciudadanos de la sociedad civil que leg�timamente la han solicitado como Costa Rica Solidaria, UNDECA y al se�or ex Vicepresidente de la Rep�blica Lic. Germ�n Serrano Pinto, quien es una autoridad en materia de seguros y ocupaba el cargo de Presidente Ejecutivo del INS durante la negociaci�n.
Y a nosotros, simples ciudadanos costarricenses, �cuando tendremos la oportunidad de opinar y discutir sobre el TLC y de que se nos escuche?
La instancia de una consulta popular mediante el Refer�ndum Consultivo, es la �nica posibilidad de dar una salida pac�fica a la discusi�n del TLC y lograr la paz antes que la violencia comience. Es esa una de las razones por las cuales la Conferencia Episcopal, reconociendo que la decisi�n final recae en la Asamblea Legislativa, recomend� hacer antes la consulta popular.
Durante la pasada campa�a, quien hoy ostenta el cargo de Presidente de la Rep�blica, s�lo fue favorecido con el voto de 1 de cada 4 costarricenses y se neg� sistem�ticamente a debatir el tema en campa�a. Pero adem�s un abstencionismo del 35% del padr�n es algo que no puede ignorarse.
La peligrosa polarizaci�n que vive el pa�s, obliga a escuchar al pueblo. No hacerlo, nos aparta de la v�a costarricense para resolver las diferencias mediante el di�logo y el entendimiento.
La reciente encuesta realizada por CID-Gallup y publicada la semana anterior por La Rep�blica, viene a poner en evidencia que un 61% de la poblaci�n adversa el TLC, sin embargo una minor�a, favorecida por la fortuna, es la que pretende imponer el Tratado que vendr�a a cambiar para siempre nuestro pa�s al sustituir un modelo solidario por uno en el que de manera eufem�sitica habla de �sectores perdedores�, pero no dice c�mo se les apoyar�a para que salgan adelante.
Detr�s de los �sectores perdedores� hay personas que quedar�n desempleadas, perder�n sus tierras o empresas, ser�n desplazadas, migrar�n o se morir�n de hambre como ha sucedido en M�xico. �Llamemos las cosas por su nombre!: este es el capitalismo salvaje del que nos hablaba SS Juan Pablo II.
La pol�tica es ciencia de realidades, ignorarlas y anular el sentir popular es poner en peligro la paz social y el entendimiento que nos han caracterizado. Es important�simo se�alar que la oposici�n al TLC ha rebasado a las organizaciones sociales y sindicales. Insistir en reducir a �grup�sculos de delirantes y trasnochados quienes se oponen al desarrollo y al progreso defendiendo privilegios�, es otro grave error.
Desde las Universidades hasta la Defensor�a de los Habitantes. Desde las instituciones m�s severamente perjudicadas con el TLC como son el INS y el ICE hasta sectores productivos como el cooperativista y el agr�cola, han manifestado p�blicamente sus serias preocupaciones por lo negociado en este Tratado.
A ellos debemos sumar a los ambientalistas que dejaron de ser �quienes se preocupaban por sembrar �rboles o cuidar animales a velar por la supervivencia de la especie humana�, como lo se�ala acertadamente nuestro querido Alfonso Chase. Los peque�os y medianos empresarios y muchos otros sectores que integran la base de la democracia econ�mica tambi�n est�n inquietos y desean tener mayor informaci�n y discusi�n transparente.
Los premios Mag�n y el sector cultura se han manifestado p�blicamente y han se�alado inquietudes con relaci�n a este TLC. De igual forma, animados por do�a Mar�a Eugenia Dengo, do�a Hilda Chen Apuy y don Eugenio Rodr�guez Vega en sus cartas y recados, los docentes estudiaron el TLC y una vez m�s se dan cita con la historia y tambi�n externan serias preocupaciones con el Trato Nacional que podr�an recibir instituciones de educaci�n privadas y extranjeras.
Tanto los grupos que se oponen al TLC como quienes defienden el Tratado, debemos tener la oportunidad de ser tomados en cuenta. �C�mo va a ser que en una democracia, una minor�a pretenda imponer su criterio con relaci�n al Tratado aduciendo que �tiene la mayor�a� si no es as�?
Lo que est� en juego en este momento no es si tendremos celulares m�s baratos o p�lizas de vida m�s amplias. Es convertirnos en una rep�blica bananera que exporta agua embotellada, cacao, az�car y frutas e importa toda la comida.
Con el TLC negociado, sin una agenda de desarrollo en discusi�n, podr�amos terminar importando toda la comida subsidiada, nuestros agricultores arruinados. Hasta quienes exportan saben que el dinero no se come. La seguridad alimentaria es parte de esta discusi�n y se ha eludido en todo momento.
Hoy los costarricenses tenemos el derecho y la obligaci�n de manifestarnos en una u otra forma sobre el destino de nuestro pa�s. No convocar un Refer�ndum Consultivo representar� un costo pol�tico para el gobierno que ser� alt�simo. Las movilizaciones probablemente comenzar�n peque�as, nunca un gran movimiento comienza grande, pero ir�n creciendo a medida que el pueblo entre en calor.
El costo econ�mico superar� el de las protestas del a�o 2000 que obligaron al gobierno a retroceder con el Combo. �Es necesario llegar tan lejos hoy que contamos con la posibilidad de trocar la democracia representativa por la participativa? �No es mucho m�s positiva y productiva la consulta popular o llamada al Refer�ndum Consultivo?
Ni el Presidente de la Rep�blica ni los y las Diputadas est�n facultados a decidir por la gran mayor�a en un asunto tan relevante. Demos cauce libre a las aguas de la democracia y no les impongamos diques que har�an saltan en mil pedazos nuestra convivencia pac�fica.
�Esta es la hora de la verdad y de la paz!
Flora Fernández | 27 de Agosto 2006
1 Comentarios
Comparto las afirmaciones de do�a Flora, como Naci�n libre, democr�tica y “soberana”, debemos tomar una decisi�n muy seria, que marcar� el devenir de nuestro pa�s por las pr�ximas d�cadas. La transformaci�n de la vida de los ciudadanos no descansar� ya m�s en manos del Estado, sino de transnacionales, con el �nico af�n del lucro. Esa es una realidad, que toda la poblaci�n debe conocer y -si est�n de acuerdo; entonces, aguantar el “aguacero” que vendr�. Sin embargo, como dem�cratas, como personas que hace tan s�lo 20 a�os, decidieron convencer a fan�ticos -marxistas; de dejar las armas y realizar elecciones libres, organizaci�n de partidos pol�ticos, participaci�n de la sociedad civil y el fortalecimiento de instituciones fundamentales para la vida democr�tica. Los decisores de hoy en nuestro pa�s -que fueron los mismos de esa �poca; olvidan la herencia institucional, democr�tica y de participaci�n ciudadana que nos dejaron. Hoy, s�, es cierto, nos imponen una “camisa de fuerza”, dise�ada exclusivamente para su disfrute y exhibici�n, parad�jicamente, estos ilustres estadistas, abjuran de su credo liberal, al negarle al soberano su LEG�TIMO DERECHO, de manifestarse -como bien lo defendi� en su oportunidad el Movimiento Libertario; bien sea a favor o en contra del CAFTA. De paso, tendr�amos, un fortalecimiento de nuestra institucionalidad democr�tica, al final, tanto ganadores como perdedores, habremos aprendido sobre Libre Comercio, y al final, nos abocaremos a seguir construyendo un pa�s mas democr�tico y libre, pero sin resquemores, sin sombras de duda, sino con la seguridad que manifestamos nuestra soberana opini�n,