� Una reflexi�n sobre la paz en Costa Rica y los gritos de un ciudadano a Oscar Arias, presidente de la Rep�blica y Premio N�bel de la Paz.
Por Jos� Luis Amador, antrop�logo social.
1. Un llamado al Se�or Presidente.
En d�as pasados, mientras el Presidente de la Rep�blica inauguraba un encuentro internacional de alcaldes, un ciudadano de apellido Villalobos alz� su voz y lanz� varios gritos al N�bel de la Paz, se�or Oscar Arias. No creo para nada que este sea un hecho aislado. Todo lo contrario. El grito de este ciudadano expresa el sentimiento de un amplio sector de costarricenses que hasta ahora ha sido invisibilizado por la prensa. No al TLC, no a la privatizaci�n del ICE, no a la privatizaci�n de las medicinas, fueron algunas de las palabras que pudo expresar este ciudadano, antes de que lo sacaran los agentes de seguridad. Pienso que detr�s de este episodio, hay un fen�meno m�s complejo, que se resume en el ocultamiento de la voluntad de una parte importante de la sociedad y en la existencia de un clima de confrontaci�n y NO PAZ que no se soluciona con ignorar el pensamiento del otro. Sobre este aspecto es que quiero llamar la atenci�n.
Ha dicho la prensa que este ciudadano padece alg�n grado de inestabilidad. No s� si este dato sea correcto. El hecho es que todos, en este pa�s, estamos viviendo un momento de gran estr�s social y personal. Tras m�s de 15 a�os de asedio neoliberal sobre las instituciones del Estado, sabemos de trabajadores que han experimentado procesos personales de desajuste. Ocurre que lo que para el tecn�crata no es m�s que un peque�o cambio en la gr�fica de su laptop, en la pr�ctica social constituye un vendaval que golpea la vida de miles de ciudadanos. En ocasiones estos procesos pasan inadvertidos porque se manifiestan en el mundo privado de los individuos y ni siquiera las personas que los est�n viviendo se dan cuenta de la causa de sus desajustes. No puedo olvidar la vez que hablando de los a�os que llevan los trabajadores del ICE enfrentando la agresi�n neoliberal, un compa�ero dec�a apesadumbrado �solo quisiera despertarme un d�a y que esto ya no sea cierto�. Pero son casi 20 a�os y el asedio no termina. No me extra�a entonces saber que un profesional en psicolog�a afirma que a su consulta privada llega mucha gente del ICE solicitando apoyo. Lo mismo podr�a estar ocurriendo en otros sectores sociales donde los ciudadanos son agredidos, cuando no atrapados por la desaz�n, la incertidumbre y la manipulaci�n de los medios. Y sin embargo, a pesar de los millones de colones que han gastado en propaganda y manipulaci�n, grandes sectores de la poblaci�n siguen sin creer en el TLC, encabezados por maestros, intelectuales, estudiantes, artistas, sindicalistas, empresarios, gente de las iglesias, etc.
En la acera de enfrente las cosas no son distintas. Existen personas pobres que creen buenamente que el TLC les va a solucionar la vida y est�n desesperadas porque perciben al pa�s estancado. Se les ha hecho creer que solo cuatro gatos se oponen al TLC, y sienten verdadero malestar en su contra. Pero hay m�s que eso, sienten malestar en su vida, porque el pa�s entero est� acumulando malestar, sin mencionar el efecto que de por s� producen el alto costo de la vida, la inseguridad, el estr�s urbano, la desconfianza en los pol�ticos y la p�rdida de credibilidad en los medios. Ejemplos como estos se pueden extrapolar a otros sectores de la sociedad. Productores que saldr�an beneficiados con el TLC, y a quienes se les ha hecho creer que esta es la �nica forma posible de negociaci�n de un tratado. Para ellos quienes se oponen al TLC, se oponen al futuro. Esa es su honesta lectura de la situaci�n. Importadores que han hecho de esa actividad su modo de vida y poco les importa el deterioro del aparato productivo del pa�s. Grandes ganadores del Tratado que hace mucho abdicaron del proyecto pa�s y han descubierto que no hay mejor patria que sus negocios y un apartamento en Miami. Estos �ltimos est�n perdiendo dinero, est�n perdiendo opciones de negocios, est�n perdiendo prestigio� y est�n perdiendo la paciencia, la ecuanimidad y la mesura. �Hasta me quisieron dar un golpe de Estado�, asegur� el expresidente Pacheco.
En medio de todos quedan los que se quejan de la confusi�n. ��Es que no entiendo! No me est�n diciendo toda la verdad. Unos me dicen que el TLC es bueno y otros me dicen que es malo y no s� qu� pensar�. �Cu�ntas veces hemos o�do expresiones como esta? Millones de colones invertidos en propaganda que no informa, que no explica el contenido del TLC.
2. Costa Rica: un pa�s de NO PAZ
Momentos dif�ciles ciertamente. Eso es lo que todos estamos viviendo. Pero la inestabilidad y la zozobra pueden ser causa de violencia y polarizaci�n. Estoy convencido de que a veces, los seres humanos estamos inmersos en procesos sociales de los que no nos damos cuenta. Vivimos sus efectos devastadores como si fueran situaciones personales, y seguimos adelante, acumulando conflictividad social, hasta que es demasiado tarde. Eso es lo que se llama perder la paz. �No nos asustemos entonces por un grito! Puede haber m�s�
Yo creo que todos los costarricenses sentimos en el coraz�n que la paz se ha venido perdiendo. No se necesita disparar un arma para abrir fuego. Pero lo realmente delicado de todo esto es que hace rato el Premio N�bel est� al volante de esta maquinaria de NO PAZ. Porque un sistema social dise�ado para ocultar, acallar y doblegar el pensamiento de un amplio sector de la poblaci�n que aglutina maestros, profesores, intelectuales, trabajadores, artistas, no es una maquinaria de Paz. Mucho menos cuando se llega incluso a sugerir la eliminaci�n de las personas, como ocurre en el reciente art�culo de un se�or que plantea que son �costarricenses� �nicamente los que est�n con el TLC, y los que est�n en contra del TLC no son costarricenses. Es m�s son �un estorbo�, �un peligro�, hay que expatriarlos, barrerlos, y esto es un �imperativo biol�gico�. �En verdad es esta Costa Rica? �Es esta la �tica en que se fundamenta su visi�n de mundo y de sociedad?
�Qu� hacer entonces? �Cu�l puede ser el camino a seguir? �Dejar que pasen sobre el cad�ver de la Patria? �Dejar que destruyan irreversiblemente el modelo de pa�s solidario que forjaron nuestros abuelos? �C�mo hacer para que comprendan que el di�logo muro, el di�logo de estatua de granito, el no-di�logo que est�n practicando en la Asamblea Legislativa a prop�sito del TLC, es anti-costarricense? Que no sirve, que no lleva a ninguna parte, que no ofrece una salida de paz.
Como han dicho ya algunos, la coyuntura que estamos viviendo exige un verdadero y oportuno Acuerdo Nacional. O hacemos un alto en el camino y construimos una Nueva Patria, pensada para que todos quepan: los empresarios y sus negocios, al lado de los sectores sociales y la esperanza, o se acaba para siempre la Costa Rica de paz que nos heredaron nuestros abuelos. Pero eso significa humildad y sabidur�a.
Por eso es que hay gritos, se�or Presidente. Por eso es que hay voces que se elevan y le llaman. Porque este es el tiempo de clamar. Hoy es el d�a de ta�er la campana y el cencerro del pastor. Este es el tiempo en que los profetas salen del desierto con ojos desorbitados, a llamar a los gobernantes y gritarles con b�blica voz, que hasta las bestias del campo saben cu�ndo devolverse. Los mercaderes, que no logran ver m�s all� de sus monedas, les llaman locos y siguen con sus tratados y sus negocios. Pero ellos siguen clamando porque saben que despu�s puede ser demasiado tarde. Se�or Presidente, premio N�bel de la Paz. No se extra�e entonces de los gritos� Porque la Patria est� en peligro. La paz est� en peligro. �Y alguien tiene que advertirlo!
3. El gran reto nacional y la responsabilidad de Oscar Arias
El reto que tiene Oscar Arias en sus manos, es m�s grande esta vez que hace 20 a�os, porque no es la paz del vecino la que est� en juego. Es la paz de su propia patria. Hoy, el actor clave no es Daniel Ortega, ni es Ronald Reagan como en aquel entonces. Hoy el actor clave podr�a ser el propio Oscar Arias. �Por qu�? Porque Oscar Arias no puede hablar de di�logo sin someterse a un cambio. No puede hablar de paz sin beber su propia f�rmula de hace 20 a�os. Sin aceptar el di�logo, en el sentido dial�ctico y autotransformador. O cambiamos con el di�logo o se acaba la paz. O nos o�mos mutuamente o nos destruimos.
El argumento que han querido imponer, de que hay que firmar el Tratado as� como est�, porque no hay otra alternativa y nada se puede cambiar, es el argumento l�gico y simplista de quienes planearon el TLC. Hace 20 a�os Oscar Arias y sus asesores propusieron el Plan de Paz para Centroam�rica, y rompieron en pedazos la l�gica establecida, la l�gica sensata y �nica, la l�gica de la prensa, la l�gica de Washington. No siguieron el libreto, rompieron el libreto. Por supuesto que no hubo aplausos del peri�dico La Naci�n. Todo lo contrario. Pero ese era el camino. Nadar contra corriente no fue f�cil y eso le vali�, con justa raz�n, un Premio N�bel a Oscar Arias.
Hoy, al igual que ayer, la soluci�n al acertijo pol�tico que vive el pa�s es cortar el nudo gordiano por la mitad. El TLC es inaceptable. Hoy, como hace 20 a�os, la soluci�n no est� en la p�gina de lo establecido que nos han puesto a firmar. La soluci�n est� fuera de la p�gina. El tratado debe negociarse otra vez. Esa es la respuesta. Claro que es un camino duro, se�or Arias. Claro que har� falta, como hace 20 a�os, una buena dosis de realidad y hasta de poes�a. Pero aqu� poes�a no son palabras bonitas, poes�a es energ�a creadora, como poes�a fueron los hombres de la Segunda Rep�blica, tomando lo mejor de su �poca y aplic�ndolo a la realidad social de este pa�s, incluyendo logros y aportes del derrotado movimiento calderocomunista, eso es poes�a. Poes�a es un salto hacia lo posible, es un salto hacia la historia. No un salto a los brazos del BID o del FMI, no una genuflexi�n a las transnacionales. Es un salto a la esperanza�
Hoy poes�a ser�a encontrar esa f�rmula pol�tico-econ�mica que deje espacios razonables de operaci�n al capital, pero proteja a los sectores vulnerables y preserve el modelo costarricense de sociedad con solidaridad y no exclusi�n que hemos venido construyendo hist�ricamente y que este TLC viene a desmantelar, por m�s cosm�ticos y agendas complementarias. �C�mo hacerlo don Oscar? �Cu�l es esa f�rmula? Es un gran reto ciertamente, pero usted quer�a asumir la conducci�n de este pa�s y para eso cuenta con �mil gentes� pensando… �O ser� que esta vez no har� otra cosa que cumplir con el �script�?
Pi�nselo don Oscar y escuche los gritos… Hay gente que no viene de sus tiendas pero quiere buenamente y por la v�a costarricense, abrir caminos de entendimiento y compromiso hacia el futuro. Sectores patri�ticos que no creen que todo est� escrito en piedra, �como las tablas de Mois�s�. No don Oscar, no cerremos la puerta de la historia, no convierta la paloma de la paz en una quebradiza figura de porcelana. D�jela volar por los cielos de la Patria…
Mientras tanto don Oscar, estaremos aqu�, un d�a s� y otro tambi�n, en los puestos de trabajo, en los laboratorios, en las aulas, en el surco, en los buses, en las calles, gritando como aquel ciudadano: no queremos ese TLC, no queremos ese pa�s vulnerado, no con nuestra anuencia. Y si usted no oye este grito multitudinario es porque la prensa nos acalla, es porque sus polic�as no nos dejan, es porque no quiere o�r.
Pero la situaci�n es esa. Por eso hay gritos, por eso NO HAY PAZ, se�or Presidente. Por eso se miran descoloridos y de medio lado, su toga y su birrete. Por eso debe usted revisar el rumbo� urgentemente.
(Boletin de Historia, Escuela de Historia, Universidad de Costa Rica)
Columnista huésped | 2 de Agosto 2006
1 Comentarios
me parece excelente este texto!tienen raz�n y viva mi patria COSTA RICA