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Chisporroteos

Alberto F. Cañas | 16 de Agosto 2006

Es bueno que hayan declarado Benem�rito de la Patria al expresidente Trejos, que gobern� el pa�s con calma, talento y buena fe. Pero me parece que en eso de los benemeritazgos para los expresidentes estamos corriendo demasiado y hay como un af�n de concederles el honor antes de que se mueran, o antes de que los olviden. Basta ver que de los benemeritables del siglo XX (un ocho en conducta ha sido suficiente), el que no ha recibido el honor es don Ascensi�n Esquivel, y aseguro que esto se debe a que no dej� descendencia ni amigotes.

En esto del benemeritazgo de don Jos� Joaqu�n, s� se ha incurrido en una injusticia manifiesta. Tenemos que acreditarle, por ejemplo, cosas como el Movimiento de Desarrollo Comunal, que su gobierno cre� y que tantos beneficios ha tra�do al pa�s y a la gente.

Pero no es cierto, definitivamente no es cierto que el Banco Popular sea una obra que se le pueda atribuir. Es cierto que �l, como Presidente, le puso el �ejec�tese�; pero el proyecto fue presentado, tramitado y peleado por una diputada de la oposici�n: la liberacionista Cecilia Gonz�lez Salazar, a quien hay que atribuirle la paternidad (mejor: la maternidad) total del Banco Popular. Hoy est� pr�cticamente olvidada, pero ha sido una de las mejores diputadas que ha tenido este pa�s.

Por cierto que despierta celos. Siendo Presidente de la Asamblea Legislativa nombr� una comisi�n que propusiera los nombres de legisladores destacados con los que pudieran bautizarse las salas donde despachan las comisiones legislativas. El grupo que nombr� propuso, entre otros, los nombres, m�s o menos en orden cronol�gico, y prescindiendo sabiamente de aquellos que luego llegaron a la Presidencia de la Rep�blica, de Ernesto Mart�n, Julio Padilla, Ricardo Moreno Ca�as, Manuel Mora, Fernando Volio Jim�nez y Cecilia Gonz�lez.

El plan fracas� porque desde las filas liberacionistas objetaron el nombre de la se�ora Gonz�lez, exigi�ndome que la sustituyera por otra dama liberacionista, m�s propagandizada y m�s renombrada pero (seg�n la comisi�n) con m�ritos legislativos menores. Ante la intransigencia, cancel� el proyecto y a otra cosa.

He ah� dos nombres, sin conexi�n entre ellos: Ascensi�n Esquivel y Cecilia Gonz�lez, dos v�ctimas de la amnesia deliberada y cultivada en que se mueve el mundo pol�tico costarricense. El otro d�a mencion� en un corrillo de estudiantes el nombre de Humberto Arce. En cien d�as ninguno de ellos sab�a de qui�n les estaba hablando.

Alguien ha dicho que los aplausos de que fueron objeto algunos diputados en estos d�as (merecid�simos por otra parte), est�n prohibidos constitucionalmente. Error. Lo que est� prohibido es que la Asamblea emita votos de aplauso, que son cosa completamente distinta. Aplaudir en la Asamblea un discurso no se acostumbra, pero se han dado casos. El de la semana pasada no fue el primero.

(La Rep�blica)

Alberto F. Cañas | 16 de Agosto 2006

1 Comentarios

* #584 el 16 de Agosto 2006 a las 07:18 PM Carlos Roberto Lor�a dijo:

Muy buen comentario. Logra usted plantear de manera h�bil el inconveniente de los benemeritazgos en vida, del exceso de benemeritos, que deval�a ese honor, y la frecuente injusticia de algunos olvidos.

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