Disminuir tamaño de letraAumentar tamaño de letraImprimir paginaEnviar esta pagina por e-mailAmpliar el ancho de la paginafluid-width

Chisporroteos

Alberto F. Cañas | 9 de Agosto 2006

Leo en estos d�as, que los t�tulos del Estado constituyen la mayor actividad de la Bolsa de Valores. Esto dar� pena a algunos, pero a este servidor de ustedes m�s bien le da risa. Porque era inevitable.

Y es que es el producto ineludible de un deseo absurdo de imitar a las sociedades capitalistas sin que la nuestra lo sea. Las bolsas de valores son un elemento b�sico de las sociedades capitalistas. Pero Costa Rica no lo es.

El m�s importante economista de la segunda mitad del siglo XX, John Kenneth Galbraith, ha sostenido (y lo dijo en mitad de la guerra fr�a); que en el mundo no existen dos sistemas: capitalismo y socialismo, sino tres. Y el tercero es el sistema agr�cola. Las sociedades agr�colas no son capitalistas (aunque se basen en la propiedad privada de los medios de producci�n), ni socialistas. Y hacen mal, afirm� en 1977, las grandes potencias, al empe�arse en que se adhieran a uno o al otro de los sistemas que ellas propician.

La propiedad privada no es sin�nimo de capitalismo. Cierto grado de propiedad p�blica tampoco es sin�nimo de socialismo (aunque aqu� la ANFE venga sosteniendo semejante cosa desde 1959).

Algunos han venido empe�ados en que nuestra sociedad agr�cola se convierta en capitalista. Y como nuestra agricultura no es de sociedades an�nimas ni tiene acciones en el mercado (caracter�stica sine qua non del capitalismo), pues es b�sicamente de empresas individuales y familiares, se han empe�ado entonces en importar empresas capitalistas extranjeras, para sentirse ellos (no el resto de los habitantes) ciudadanos de un pa�s capitalista. Y claro, lo que est�n logrando es enajenar el pa�s, pues nuestra econom�a, por obra y gracia (�bendita gracia!) de ellos cada vez est� m�s y m�s en manos extranjeras.

Costa Rica ven�a desarroll�ndose, con firmeza, hacia una econom�a de agro-industria, similar a la de pa�ses como Dinamarca y Nueva Zelanda. Pero, como siempre, hay gente precisada, y presiones for�neas tambi�n precisadas.

Y son los precisados, los que han inventado que Costa Rica ha de ser una �econom�a de servicios�, con prescindencia de cualquier empe�o nacional de producir nacionalmente. Eso es lo que algunos cacrecos hemos calificado como la conversi�n de los costarricenses en camareros de hotel extranjero y en �clerks� de empresas extranjeras, con cierto t�tulo universitario.

Algo de lo que debemos enorgullecernos, es de que la actividad econ�mica que nos desarroll� hasta donde pudo, o sea el caf�, ha estado siempre en manos de residentes (costarricenses o no), y jam�s �como ocurr�a con el az�car cubano� en las de ausentistas y como lo estuvo el banano aqu�, que nada permanente nos dej� mientras estuvo en manos extranjeras: s�lo salarios y comisiones.

Una reflexi�n sobre estos puntos les vendr�a muy bien a los c�rculos financiero-pol�ticos que nos vienen gobernando y enajenando hace 20 a�os, y cuyos programas de gobierno, cuesti�n de leerlos con cuidado, implican un abandono total de lo que Costa Rica emprendi� desde los tiempos de Carrillo, con un criterio nacional de Patria, y que gobernantes como Ricardo Jim�nez, Alfredo Gonz�lez Flores, Jos� Figueres, Francisco Orlich y Daniel Oduber impulsaron hasta llevarnos a ocupar lugares primer�simos de desarrollo en nuestro hemisferio.

Cosa que siempre choc� mucho a los adalides del Destino Manifiesto.

(La Rep�blica)

Alberto F. Cañas | 9 de Agosto 2006

1 Comentarios

* #558 el 9 de Agosto 2006 a las 06:47 PM Wendy Rockwell dijo:

Primero quisiera agradecerle a usted por sus comentarios y adem�s me interesar�a conocer sus pensamientos sobre estas palabras escritas por Mart�n Chaverri, quien me cont� que varios de los presidentes cuales usted menciona conoci�n la filosof�a expuesta por Henry George y hasta intentaron implementarla.

wendy rockwell

�Filosof�a Georgista: usamos este t�rmino para referirnos al an�lisis econ�mico y social desarrollado por el economista norteamericano Henry George. Esta filosof�a invoca derechos iguales para todos y privilegios especiales para ninguno. Afirma el derecho universal de todos para compartir los dones y las oportunidades que nos da la Naturaleza.

El meollo de esta filosof�a es el convencimiento de que los problemas sociales deben ser investigados hasta las causas en sus ra�ces y remediados en este nivel, en vez de tratar �nicamente los s�ntomas. La ciencia de la econom�a pol�tica, cuyo fin es explorar tales causas en las ra�ces, puede � y debe � ser comprendida no solo por los expertos, sino por todo el pueblo. El an�lisis econ�mico muestra que los valores de la tierra, que son debidos a los procesos naturales y sociales, deben ser la fuente de las entradas p�blicas, y los impuestos al trabajo, el comercio y la industria, deben ser eliminados. Propiamente comprendida, la econom�a no es una ciencia aburrida, sino una gu�a para obtener justicia y prosperidad sostenible.

George nos dice que la causa de la pobreza resulta de la forma en que la riqueza es distribuida entre los factores b�sicos que la producen: tierra, trabajo y capital. Por tierra, se entiende no solo la capa terrestre que nos soporta, sino tambi�n los recursos naturales, y oportunidades. Su cantidad es fija (limitada, ya se ha dicho), no es el producto del trabajo humano, pero es necesaria para toda producci�n, es m�s para toda vida. Los propietarios de la tierra no hacen nada para contribuir a la producci�n, sin embargo, ellos reciben una entrada monetaria, o de otra especie, por permitir que la tierra sea usada � y si lo desean, pueden retirar la tierra de uso, esperando mayores beneficios. Cuando tierra valiosa se mantiene fuera de uso, el trabajo va a sitios menos productivos. Las rentas suben inexorablemente a la expensa de los salarios y de las inversiones productivas, creando desempleo y ciclos de subidas y depresiones. La retenci�n de tierras tambi�n produce el desparramamiento de la ciudad, creando un tremendo gasto de energ�a e infraestructura.

La soluci�n que George propone es la apropiaci�n p�blica de la renta de la tierra. Esto devolver�a a la sociedad � y a la tierra misma �lo que ha creado. Desaparecer�a la desastrosa tendencia de mantener sitios valiosos fuera de uso. ( Por el hecho de que pagando la renta de la tierra, no solo baja el valor de esta, sino que es inconveniente mantenerla sin producir y pagando). Y por �ltimo, apoy�ndose en la renta de la tierra para financiar los servicios p�blicos liberar� el trabajo y el capital de la carga de los impuestos.

Ing. Mart�n Chaverri Roig

Publique su Comentario




Recordar mis datos?


Reglas para publicar comentarios: Antes de publicarse, cada comentario ser� revisado por el moderador. Su direcci�n de e-mail no aparecer�.