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Enfoque

Jorge Vargas Cullel | 6 de Julio 2006

De tanto ver llover, en Costa Rica hemos terminado creyendo que el agua es un recurso infinito. En verdad, puede ser que no lo creamos y que la lluvia nada tenga que ver, pero lo cierto es que nos comportamos como si el agua pudiese ser malgastada alegremente. Sin casi importarnos, hemos sentado las bases para una terrible paradoja debido a la explotaci�n desmedida de nuestras fuentes h�dricas, el uso del agua como medio de transporte y sumidero de desechos y la contaminaci�n resultante de r�os y mantos acu�feros. Un pa�s rico en agua puede acabar ahogado en una sopa sucia, entrampado en crecientes conflictos por el uso de las cada vez m�s escasas fuentes de agua limpia.

El problema comienza en nuestros hogares. Cada vez que vamos al ba�o, empleamos hasta cinco galones de agua: tremendo despilfarro de un recurso por el cual pelean las personas y los pa�ses. A esto se suma la contaminaci�n. Una parte de los desechos va directamente a los r�os pues menos del 2% del alcantarillado est� conectado a plantas de tratamiento. Por eso, la cuenca del r�o T�rcoles es la m�s contaminada de Centroam�rica, y el golfo de Nicoya est� muy afectado. Otra parte de los desechos va a tanques s�pticos. Hace unos a�os, en el �rea Metropolitana exist�an unos 200 000 tanques con filtraciones que contaminaban los mantos acu�feros, fuente o reserva para nuestro consumo. Una vez contaminado un manto acu�fero, resulta muy caro y dif�cil limpiarlo.

Por su parte, la econom�a genera fuertes presiones sobre la disponibilidad y uso del agua. Diversos investigadores han verificado la contaminaci�n de pozos y mantos acu�feros por los agroqu�micos empleados en la producci�n agropecuaria. La cuenca del r�o Tempisque est� siendo sobrecosechada para atender las crecientes deman-das del desarrollo inmobiliario y tur�stico. En varios r�os han emergido conflictos por el uso del agua: se la quiere al mismo tiempo para producir energ�a, para actividades tur�sticas o como patrimonio de las comunidades vecinas. La mayor�a de las veces no es posible compatibilizar estos intereses cruzados. Tenemos que poner la casa en orden. Hay que racionalizar la explotaci�n. Es indispensable regular la mayor�a de los pozos en Costa Rica, que son informales. Un asunto importante es el cobro del valor econ�mico del agua. Esto significa ajustar el canon que pagan los concesionarios y las tarifas de agua a hogares y empresas, que hoy solo pagan b�sicamente el costo de las plantas y tuber�as, como si el agua fuera gratis. Difundir nuevas tecnolog�as que conserven el agua en materia de saneamiento es prioritario, sea mediante la difusi�n del saneamiento ecol�gico o de artefactos para ahorrar agua en los inodoros. Al fin de cuentas, sin agua no hay desarrollo. As� de sencillo.

(La Naci�n)

Jorge Vargas Cullel | 6 de Julio 2006

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