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Rechazo a las armas

Columnista huésped | 12 de Junio 2006

Un valor moral o un l�mite circunstancial; se vislumbra un choque �tico que perdurar�a

Por Rodrigo Madrigal Nieto

Hace pocos d�as un reportero de otro peri�dico me pregunt� si a mi juicio hab�a alguna contradicci�n entre la posici�n del presidente Arias, contraria a la proliferaci�n del comercio de armas, y la cl�usula del Tratado de Libre Comercio que autoriza el establecimiento de una f�brica de ellas en Costa Rica y facilita su mercadeo. Mi respuesta fue afirmativa.

Me parec�a contradictorio, en un pa�s que ha renunciado a la guerra y al ej�rcito como instrumentos de su pol�tica exterior; que ha hecho de la neutralidad activa un principio cardinal de su conducta frente a Gobiernos vecinos, que ha condenado la venta de armas menores por lo que contribuyen a la violencia en nuestras sociedades y donde el Presidente pregona como una causa personal que, aunque iniciada desde hace bastante tiempo por las Naciones Unidas, dice haber hecho suya hasta lograr cautivar a todos los premios Nobel de la Paz existentes, que en alguna forma se propiciara la venta o fabricaci�n de ellas.

Posteriormente el ministro de Comercio Exterior tuvo la amabilidad de mandarme una declaraci�n en el sentido de que, si bien el Tratado de Libre Comercio contempla una tasa de desgravaci�n a 0% para la importaci�n de armas, esta podr�a impedirse con la aplicaci�n de medidas para cumplir con el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales y aun para proteger muchos intereses esenciales de nuestra seguridad. Eso est� claro, pero no es el punto. Desde luego que el tr�fico local de armas puede controlarse. El punto es de �ndole moral: La contradicci�n que surgir�a entre los postulados que el Presidente proclama y la eventual instalaci�n en el pa�s de una f�brica de armas peque�as, cuya producci�n total ser�a para el mercado internacional -es decir, no afectar�a en nada nuestra estructura pol�tica ni nuestra paz- y que por su calibre y dimensiones no pudieran catalogarse como generadoras de un arsenal para amenazar -�m�s de lo que est�?- la paz del mundo. Ese esquema cabr�a dentro del Tratado de Libre Comercio, mas el choque �tico denunciado perdurar�a.

Por cierto que he de reconocer con gran benepl�cito que, seg�n la prensa de hoy, 6 de junio, cuando escribo este art�culo, el Presidente orden� presentar oficialmente, como propio y original, un proyecto de resoluci�n ante la Organizaci�n de Estados Americanos, “seg�n el cual los pa�ses deben reducir los gastos militares y de armas para reutilizarlos en �reas como la educaci�n”, a cuyo fin, supuestamente, se pedir�a a “los pa�ses desarrollados que condonen parte de la deuda que mantienen con las naciones en desarrollo (sic), siempre y cuando estos demuestren que han reducido su gasto en armas para dedicar los recursos a atender el sector social”.

Es para m� muy alentador conocer que al Presidente le haya surgido esta idea porque es exactamente la misma que formul� en una conferencia que di en Klindernhall, Holanda, y que hice p�blica en un art�culo en La Naci�n del 31 de agosto de 1992 titulado “De la insensatez a la esperanza”, en el cual expliqu� ampliamente que en aquel foro hab�a “propuesto que se estableciera un mecanismo financiero, por medio del cual se les otorgaba a los pa�ses del Tercer Mundo una rebaja en el monto de su deuda externa igual a la cantidad en que redujeran los gastos en seguridad, o bien, por el tanto en que mantuvieran un gasto inferior al promedio de lo que destinaran a ese rubro pa�ses similares de su regi�n -como es el caso de Costa Rica en Centroam�rica-, siempre y cuando la suma rebajada de la deuda externa fuera invertida en obras de desarrollo y beneficio social para sus pueblos”.

Ojal� que ahora que la idea “es original” del Presidente, el Gobierno logre que esta medida, que ha esperado 14 a�os, se convierta en una norma jur�dica de obligada observaci�n para beneficio de los pueblos pobres de Am�rica Latina.

�Qui�n no aplaudir�a si el Gobierno logra que estas disposiciones lleguen a ser mandatos claros y definitivos de la estructura jur�dica de la OEA?

(La Naci�n)

Columnista huésped | 12 de Junio 2006

1 Comentarios

* #414 el 12 de Junio 2006 a las 08:46 AM Pedro "Pito" P�rez dijo:

Que fea costumbre esa pretender lucirse con ideas prestadas o con ideas ajenas, sin reconocer la paternidad ajena. Es parte del problema de leer en p�blico lo que escriben plumarios a sueldo.

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