Por Rodrigo Carazo Odio, ex Presidente de la Rep�blica.
En Publicaci�n de la Fundaci�n Arias de 2005, P�g. III Oscar Arias dice, analizando el gran problema del comercio de armas:
�No m�s armas para cometer atrocidades: La proliferaci�n y el mal uso de las armas convencionales -incluyendo desde tanques hasta lanzagranadas y pistolas de mano- fomentan la pobreza, el conflicto y las violaciones a los derechos humanos en todo nuestro mundo. Mientras escribo esta carta, millones de personas sufren a causa de los devastadores efectos de las transferencias irresponsables de armas. El da�o se produce no s�lo directamente a manos de autoridades abusivas, sino tambi�n indirectamente por la desviaci�n de recursos escasos de los servicios sociales…�
Estoy plenamente de acuerdo con argumentos tan s�lidos.
El TLC en su Cap. 93, seg�n lo dice el documento explicativo sobre ese Tratado publicado por el Ministerio de Comercio Exterior de Costa Rica en su p�gina 39, se�ala: �Ejemplo de productos en libre comercio otorgados por Costa Rica en el TLC a mercanc�as originarias en el marco de este Tratado� armas de guerra. Y agrega, con desgravaci�n lineal en 10 a�os: �rev�lveres y pistolas; partes y accesorios de armas; bombas, granadas, torpedos y similares y sus partes; armas blancas; armas de avancarga; armas de caza o tiro deportivo�.
Los costarricenses debemos rechazar esta exigencia que pretende imponernos la ratificaci�n del TLC, con la cual pasar�amos de ser un pa�s que rechaza las armas a otro muy distinto que ser�a una bodega de armas.
La coherencia es m�s elocuente que cualquier discurso. La coherencia est� �ntimamente ligada a la verdad y a la dignidad. No hay nada tan re�ido, como la conveniencia y la coherencia. Las convicciones que dicta la conciencia norman la vida de los seres humanos: Nelson Mandela y Mart�n Luther King, son ejemplos, el primero perdi� la libertad y el segundo entreg� la vida. Ambos hicieron gala de coherencia ante todo y nos han brindado una clara ilustraci�n de que la verdad es la luz. De que la verdad es Dios.
Ahora se pretende imponernos la conveniencia de unos pocos exigiendo la aprobaci�n del TLC, sembrando, mediante el libre comercio de armas, la violencia y la guerra, y olvidando lo que Oscar Arias dijo, como Premio Nobel de la Paz:
�…De hecho, las armas convencionales son tanto un factor en la cultura global de terror y violencia como son las �armas de destrucci�n masiva…�
Me niego a creer que un Presidente de Costa Rica, Premio Nobel de la Paz, se deje llevar a apoyar el TLC y a poner de lado su dignidad y coherencia con tal de satisfacer a unos pocos.
Todav�a es tiempo para evitar que Costa Rica sea un mercado de armas.
Columnista huésped | 19 de Mayo 2006
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