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Chisporroteos

Alberto F. Cañas | 29 de Abril 2006

Antier jueves public� La Naci�n la respuesta que di a su respetada redactora D�riam D�az, que me pidi� opini�n sobre el plan de don Oscar Arias de reunir en un mismo sector de San Jos� la sede de los cuatro poderes del Estado, e instalar para ello la Casa Presidencial en la antigua F�brica de Licores, que el gobierno de Calder�n Fournier remodel� con exquisito gusto y entreg� solemnemente a la cultura costarricense y al Ministerio que vela por ella.

Mi opini�n fue favorable al prop�sito, pero insist� en que la Presidencia de la Rep�blica no cabe en el edificio que don Oscar tiene en mente, pues si acaso habr� en �l una decena de aposentos para instalar oficinas, y lo dem�s son dos teatros, un museo, un espacio para espect�culos al aire libre y otros espacios abiertos, de suerte que para instalar all� la Presidencia har�a falta llenarlo de tabiques y echar a perder totalmente la hermosa obra que realiz� all� Aida Fishman, y que ha sido el orgullo del gobierno al que ella sirvi�, y del mundo cultural costarricense, que, con esa salvedad tan destacable, viene sufriendo una permanente capitis diminutio por parte de los gobiernos que se vienen sucediendo a partir de 1978, y que han terminado (incluso el gobierno de poeta que est� concluyendo) por considerar el Ministerio de Cultura un ap�ndice, indigno de gozar de un presupuesto como el que tuvo en sus primeros a�os, y tan in�til como el ap�ndice que ocupa la ingle derecha de los seres humanos.

La idea de un centro c�vico alrededor del Parque Nacional la o� por primera vez de labios de Daniel Oduber cuando era Ministro de Relaciones Exteriores en el gobierno de Orlich. En 1994, cuando presid� la Asamblea Legislativa, hice gestiones para construir un capitolio entre la estaci�n de la Northern y el llamado Puente Negro, pero la Caja Costarricense de Seguro Social se neg� a deshacerse de una porci�n del terreno que es propiedad suya. Si mi proyecto hubiese progresado, la actual Asamblea Legislativa, que fue concebida como casa presidencial, habr�a recuperado esa condici�n con el Castillo Azul como residencia del Presidente de la Rep�blica como lo fue de 1914 a 1920. En 1974 hab�a fondos en la Asamblea para iniciar los trabajos. Ahora no s�.

Podr�a pensarse en otra cosa, o sea en construir la Presidencia donde yo intent� que se construyera el capitolio. Pero no s� si el Ejecutivo tendr� los fondos que en el 94 ten�a el Legislativo.

En la actual sede de la cultura (conocida con el innecesario y cacof�nico apodo de Cenac), repito, la Presidencia no cabe. All� s�lo cabe un ministerio peque�o, aunque quisi�ramos que el de Cultura fuese m�s grande.

Recuerdo, como un episodio paralelo al actual, que cuando en los comienzos de 1970 and�bamos Fernando Volio Jim�nez y yo buscando donde instalar el Ministerio de Cultura que �bamos a inaugurar, un buen amigo nos sugiri� que la manera de darle prestigio, era instalarlo en el mejor edificio que le iba a pertenecer, o sea en el Teatro Nacional. Por supuesto, el Ministerio no habr�a cabido en el Teatro Nacional y nos habr�amos quedado sin teatro.

Ojal� se nombre una comisi�n de alto nivel que, sin improvisaciones ni ocurrencias, busque una manera de satisfacer cuerdamente el importante y l�gico deseo de don Oscar Arias.

(La Rep�blica)

Alberto F. Cañas | 29 de Abril 2006

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